Son historias invisibles que se repiten en los tribunales federales. El choque de trenes ocurrido el viernes pasado en la línea San Martín, que dejó un centenar de heridos, dejó a la luz el problema que estaba a la vista de todos: el robo de cables en los ferrocarriles. Ahora, esa situación es una de las hipótesis de lo ocurrido. Mientras el juez federal Julián Ercolini y el fiscal Carlos Rívolo esperan los primeros informes para poder determinar si hubo negligencia, fue Omar Maturano, el secretario general del gremio La Fraternidad, que agrupa a los conductores de trenes, el primero en asegurar que el sistema de señalización no funcionaba desde hacía diez días porque se habían robado los cables.
Para Comodoro Py 2002, que ahora debe esclarecer qué fue lo que pasó el viernes a la mañana, el escenario del robo de cables no es nuevo. De hecho, todos los días, todos los juzgados, lidian con este tipo de denuncias cuando se logra atrapar a algún sospechoso. Y lo mismo sucede en el resto del país.
La figura aplicada es el artículo 164 del Código Penal: “Será reprimido con prisión de un mes a seis años, el que se apoderare ilegítimamente de una cosa mueble, total o parcialmente ajena, con fuerza en las cosas o con violencia física en las personas, sea que la violencia tenga lugar antes del robo para facilitarlo, en el acto de cometerlo o después de cometido para procurar su impunidad”. La mayoría de los casos en grado de tentativa.
No son las únicas cosas que se roban de los trenes. A Comodoro Py llegaron denuncias por más robos: desde una reja hasta un inodoro. Aquí algunas de esas historias que reflejan los expedientes.
“Subí a fumar”
Hace unos días, el Tribunal Oral Federal 8 recibió la investigación que sustanció el juez federal Sebastián Ramos: dos detenidos por robar cables ferroviarios casi en el mismo lugar de Palermo, donde ocurrió el choque el viernes pasado. La diferencia: no era el ferrocarril San Martín, sino el Mitre que pasa muy cerca de allí.
Fue el 6 de julio último, cuando un policía se encontraba cumpliendo sus funciones sobre la Avenida Bullrich entre las Avenidas Cerviño y Del Libertador de esta ciudad. Un empleado de seguridad encargado de la vigilancia del sector de vías de la Línea Mitre de ferrocarril le avisó que había dos personas que, instantes previos salían de ese sector por un alambrado de tejido metálico dañado hacia la Avenida Infante Isabel. Se llevaban una estructura metálica apostada al costado de las vías para sustraer los cables eléctricos resguardados en su interior.
“Venía del puesto 5B ubicado entre Fraire y Avenida Alcorta, y me dirigía al puesto 6, así, caminando por las vías sentido ‘3 febrero’ observo que había dos personas que estaban juntas, con una o dos bolsas de consorcio cargando cables, cuando ellos me ven, es que se retiran del lugar por un agujero del tejido, que ya estaba roto hace meses, hacia la calle Infante Isabel. Yo los seguí hasta cruzar Libertador, y di aviso a dos policías de la ciudad que se encontraban por Libertador y Bullrich, señalándoles a las dos personas que cargaban los cables, así, los siguieron hasta que se detuvieron. Uno, el más grande de ellos, estaba alcoholizado, y el otro no recuerdo”, declaró el empleado de seguridad.
El policía los interceptó: tras pedirles los documentos les pidió ver qué había adentro de la bolsa de consorcio que llevaban: eran los cables sustraídos reconocidos por el empleado de seguridad como los faltantes del sector de las vías. Había según el inventario: “1) un cable color negro de aproximadamente 4 metros, 2) un cable tipo coaxil de aproximadamente 7 metros de largo, 3) un cable color negro de aproximadamente 7 metros de largo, 4) un cable violeta de 30 cm de largo, 5) un cable violeta de aproximadamente 8 metros , 6) un cable violeta de 4 metros de largo aproximado; los cuales se hallaban dentro de una estructura metálica perteneciente a la alimentación de semáforos del sector vías ubicado en la altura de Avenida Coronel Marcelino Freyre y Avenida Infanta Isabel de la Línea Mitre de ferrocarriles”.
Los cables tenían la función de alimentar a los semáforos. “Cuando la policía abre la bolsa ví los cables, parecían cortados, pero no ví ningún cuchillo ni nada de eso”; declaró el empleado de seguridad. “... Se meten, más que están rotos los tejidos. Hay gente que se sube a sacar fotos. Luego del hecho, en el mismo lugar, hubo entre dos o tres robos más. Hoy tuve que pasar por allí para tomar el tren, y ví que habían sellado las jaulas con concreto, no podría decir cuando, pero es Trenes Argentinos la encargada de los arreglos”, señaló.
Uno de los acusados negó los hechos: dijo que estaba ahí con otras tres personas, y que había subido al sector de las vías con la intención de alejarse del cúmulo de personas donde había menores, para fumar. Que cuando se iba delante suyo justo iba un chico con una bolsa negra, y que luego ambos fueron detenidos, pero que al otro detenido no lo conocía. El otro imputado se negó a declarar. En febrero pasado, Ramos procesó a los implicados por tentativa de robo y les fijó embargo por 500 mil pesos a cada uno. Con la confirmación del procesamiento, el caso fue elevado a juicio oral en donde por sorteo recayó en el TOF 8.
“El pedido de Hugo”
En 2022, N.P. fue detenido en el predio de FerroSur (de la empresa “Belgrano Sur”) subiendo rieles de ferrocarriles a un camión de su titularidad. Cuando observó la presencia de las fuerzas de seguridad buscó descargar el material. No tenía ninguna autorización de la administración del lugar ni para obras ni para el retiro de cosas.
En su descargo, P. aseguró que ese día se encontraba en un depósito de chatarra llamado Fuscam y que allí una persona que dijo llamarse “Hugo” (que le fue derivada por una empleada) le consultó si podía realizar un flete, citándolo en la intersección de Vélez Sarsfield y Olavarría. En el lugar, la persona que le propuso el trabajo, junto con otras cuatro, se dedicaron a cargar el camión. Debido a un desperfecto del rodado, “Hugo” y los demás se retiraron en busca de ayuda, pero nunca regresaron. Por ello comenzó a descargar los rieles.
La Cámara Federal evaluó que no fue aportado ningún dato concreto de quien supuestamente encargó y ejecutó parte de la actividad, ni del resto. No obstante se llevaron adelante medidas para evacuar sus dichos: la misma trabajadora del depósito que Ponce refirió en su indagatoria dijo no conocer a “Hugo” ni haberlo contactado con nadie y, “su versión no fue respaldada por el resultado de las diligencias ordenadas para corroborarla; a priori, se dio lo contrario”.
El juez Ramos lo procesó y los jueces de la Sala II confirmaron la decisión. “Está entonces suficientemente probada la responsabilidad en el hecho, cuyos pormenores (descriptos por la policía) dan cuenta de una maniobra que había tenido principio de ejecución y que no fue consumada por razones ajenas a la voluntad del agente (la intervención de los preventores) y no por iniciativa propia de desistir de aquella”, afirmaron.
La filmación que lo llevó las rejas
En noviembre del 2023, J.Y. fue detenido por la policía en las inmediaciones de la estación Once de Septiembre (línea Ex Ferrocarril Sarmiento) con once perfiles de metal de distintos tamaños y cuatro recortes de chapa. Pocos momentos antes, personal de la empresa había alertado a la prevención sobre dos personas que estaban extrayendo los elementos –forzándolos para arrancarlos del techo de la estación-. Las imágenes quedaron registrados en videos que sirvieron como prueba.
El joven negó los hechos pero las imágenes lo comprometían. “El ostensible valor económico de las cosas se contrapone a la alegada insignificancia del perjuicio patrimonial”, subrayó la Sala II de la Cámara Federal al confirmar el procesamiento dictado por el juez Julián Ercolini.
En ese incidente también negaron su excarcelación por sus antecedentes: había sido condenado en 2020 en dos causas por robo a la pena única de 5 años y medio de cárcel. En 2021 se lo condenó a 4 meses de prisión de efectivo cumplimiento y se lo declaró reincidente. Y en 2023 se le declaró otra condena por robo simple. “Estos extremos revelan la existencia de un serio riesgo procesal de fuga, a lo que cabe sumar que el imputado ha registrado declaraciones de rebeldía en procesos previos y que carece de domicilio u otros lazos indicadores de arraigo”, se determinó.
Cables manchados de barro
En mayo del 2023, dos sujetos aparecieron en el predio ferroviario de obras de construcción de la estación Retiro del ferrocarril Mitre: con una sierra, cortaron un tramo de cable de los utilizados para la señalización férrea -de considerable grosor- y, por su peso, los dos lo arrastrándolo hasta un camión marca Fiat Iveco de la empresa contratada por la empresa Trenes Argentinos para la remoción y traslado de tierra y escombros.
Cuando el camión se retiraba, fue demorado por el personal de seguridad. No lo dejaron llevarse un cable con vaina negra tipo coaxil distribuido en tres tramos. El camión se fue, pero un rato después volvió a entrar y al salir, volvieron a revisarlo: tenía en la batea del camión dos trozos de cables de vaina color negro (manchados de barro) conteniendo material cobre de aproximadamente dos y seis metros de largo cada uno; otro trozo de cable “manchado de barro” (del mismo material); 2) debajo de la carga del camión y del interior de la tolva un rollo de cable color violeta de alto grosor aproximadamente de seis metros; otro rollo de cable del mismo color y ocho bultos de cables color negro de distintos tamaños, un hierro tipo “plancheta” parte de freno para trenes”.
En aquel momento, el fallo dejó constancia que lo robado “…posee precio actual en el mercado calculable por 210 kg aproximadamente de material cobre de unos aproximadamente $400.000…”. La empresa Trenes Argentinos valuó lo habido en la suma de u$s7500. La defensa intentó hacer caer el procesamiento por la figura de insignificancia, pero la Cámara Federal rechazó el planteo.
Robarse un inodoro
El 27 de noviembre de 2022, en la estación Núñez del ferrocarril Mitre, tres personas fueron acusadas de querer llevarse un inodoro marca “Ferrum” y un termotanque marca “Saiar”. No lograron tener éxito porque apareció personal de seguridad y policial. El que llevaba el termotanque lo dejó abandonado y salió corriendo. El del inodoro fue detenido. Un tercer sujeto también se fugó.
“La aducida insignificancia para el bien jurídico protegido, que tornaría atípica la conducta enrostrada, en lo que la defensa centró sus agravios, cede ante la debida constatación de la vulneración del citado bien, toda vez que las cosas que se pretendieron sustraer tenían indudable valor patrimonial”, dijo la Cámara Federal.
En otro incidente, la Justicia también acusó a un joven de haber robado una reja de metal perteneciente al Ferrocarril Belgrano Sur que se encontraba en el interior del predio perteneciente a la estación Buenos Aires. En su caso tuvo más suerte: revocaron su procesamiento.