En el marco de la quinta jornada del juicio oral contra los nueve médicos del Hospital Central de San Isidro imputados por el homicidio culposo de Alejandro Cohn (35), se tejió una hipótesis de lo que pudo haber ocurrido durante su internación.
Según la especialista en tanatología, Cristina Bustos, quien dio cuenta de las distintas fracturas que halló en el cadáver del joven, argumentó que los golpes se produjeron porque “el paciente no tenía barandas en la camilla, empezó a convulsionar y se cayó, por eso tiene todas las lesiones del lado derecho, donde tiene un extenso derrame, un hemotorax, que no es espontáneo sino traumático”. “Es lo más razonable de pensar en el contexto de este infortunio, ya el accidente vehicular se había descartado absolutamente, y somos médicos, a nadie se le ocurre que vayan a pegarle a un paciente”, señaló.
Además, la perito integrante del Cuerpo Médico Forense de la Justicia Nacional -que participó de la autopsia- especuló que “las mismas fracturas pudieron haber hecho el hemotorax, que contribuye a una descompensación hemodinámica, es decir, al deterioro del sensorio y la pérdida de conciencia” lo que derivó en el fallecimiento por muerte cerebral ocurrido el 29 de julio de 2015.
Vale recordar que el 27 de julio a la noche, Cohn fue auxiliado en la vía pública por una ambulancia del hospital municipal que lo dejó en la guardia con una descompensación diabética. “La diabetes puede convertirse en una urgencia médica y requiere de un tratamiento delicado y urgente”, sostuvo Bustos.
Dos días después, según la batería de estudios realizados, presentaba muerte encefálica, una herida en el cráneo de 6,5 x 4,5 cm, tres costillas rotas, la clavícula derecha fracturada y una luxofractura de la sexta vertebra cervical.
De acuerdo a la autopsia, Alejandro, insulino dependiente, murió como consecuencia de una hipoxia prolongada, lo que implica la falta de oxígeno en el cerebro. ¿Pero cómo fue que se agravó el diagnóstico si el paciente entró, según las constancias de la guardia médica, “orientado”, “lúcido” y con una escala de Glasgow 15/15, es decir, consciente? “La desatención empeora el pronóstico de un paciente diabético”, sugirió la forense en su declaración ante el juez Facundo Ocampo, titular del Juzgado Correccional N°4 de San Isidro a cargo del debate.
“Con el cuadro clínico con el que ingresó -Alejandro-, el médico cuando llega con la ambulancia al hospital le tiene que entregar el paciente a otro médico, que tiene que actuar, tiene que atenderlo. No se lo puede dejar en una camilla por un tiempo indeterminado. Su cuadro indica una necesidad de atención urgente porque puede derivar en convulsiones y en deterioro del sensorio”, precisó Bustos ante una pregunta del fiscal Diego Molina Pico.
“¿Cómo sería el procedimiento terapéutico en un caso como este?”, indagó el querellante Juan Carlos García Dietze, representante de la familia Cohn en el proceso. “La terapéutica es hidratación, colocación de un catéter en la vía central: lo básico de una residencia, al ABC de la medicina”, señaló la especialista. Luego aclaró que ninguna de esas indicaciones médicas estaba registrada en la historia clínica.
Traslado, muerte e imputaciones
El procedimiento penal se inició hace dos semanas en los Tribunales de San Isidro e intenta esclarecer los tratos que se le dispensaron a Alejandro durante su internación. El hermano menor del multipremiado cineasta Mariano Cohn (48) falleció la mañana del 29 de julio en el Hospital Italiano luego de ser trasladado desde la sala de terapia intensiva del Hospital “Melchor Posse” de San Isidro por pedido insistente de sus familiares.
Los médicos imputados por los delitos de homicidio culposo y eliminación de pruebas -las hojas de enfermería nunca aparecieron- son Darío Campos, Martín Montagna, María Quiroga, Maximiliano Ragazzoli, Ana Sánchez, María Seijo, Carla Setti, Marcelo Toro Solano y Marina Vogelin.
Según las constancias clínicas, tras su paso por la guardia, donde no se constató el horario de ingreso, el paciente fue llevado al shock room -una zona de atención crítica- porque empezó a convulsionar. Allí intentaron intubarlo para “asegurar la vía aérea” pero esa maniobra se dificultó como consecuencia de una espondilitis anquilosante -rigidez física- que padecía Alejandro.
Entonces llamaron a los médicos de terapia intensiva que terminaron practicándole una cricotomía. Durante ese proceso el joven tuvo un parocardiorespiratorio que duró aproximadamente dos minutos.
Además de Bustos, este martes declararon desde las 9 los peritos médicos Guillermo Maciá, Pablo Ferrari, Laura del Gesso, Daniel Valenti, Carlos Bruno, Andrea Sánchez, Claudia Becerra, Vilma Nassif, María Preibisch y Gustavo Cardonatti.
Para la querella, durante la jornada “quedó claro” que en el hospital municipal le realizaron una tomografía donde se interpretó que Alejandro no tenía lesiones, y que luego con las mismas imágenes el Cuerpo Médico Forense -tras un examen con una metodología más exhaustiva- detectó las quebraduras del cuerpo.