La octava audiencia del juicio oral contra el ex gobernador de Tucumán José Alperovich por abuso sexual en perjuicio de su sobrina estuvo cargada de una tensión inédita. Por primera vez desde que comenzó el debate, el 5 de febrero pasado, un testigo de la causa estuvo al borde de quedar preso este lunes. Y es que el fiscal Sandro Abraldes solicitó su inmediata detención por el delito de falso testimonio ante el juez Juan Ramos Padilla, encargado de conducir el proceso como titular del Tribunal Oral Federal 29.
Se trata del cabo primero David Cayatta, ex custodio, colaborador y chofer del exsenador nacional durante su campaña proselitista para volver a la gobernación tucumana en 2019. Fue el primero de los seis testigos convocados a las 10 de la mañana para declarar en la planta baja de los tribunales porteños de la calle Paraguay al 1500.
Alperovich llegó a esta instancia acusado de haber cometido tres hechos de abuso sexual -dos de ellos en tentativa- y seis sucesos de violencia sexual agravada por haber sido con acceso carnal contra la hija de su primo hermano -y su asistente personal de entonces- entre el 14 de diciembre de 2017 y el 26 de marzo de 2018 en las ciudades de San Miguel de Tucumán y Yerba Buena, y en un departamento del exfuncionario en el barrio porteño de Puerto Madero. Todos esos sucesos habrían sido perpetrados “mediante abuso de poder y autoridad” y generando un “sometimiento sexual ultrajante” a la víctima.
En rigor, la denunciante trabajó como mano derecha del exlegislador nacional entre 2017 y 2019, mientras él ejercía su cargo tras ser electo en 2015. El 24 de mayo de 2019 la joven de 29 años presentó su renuncia. A fines de ese año publicó una carta donde acusó de abuso sexual a su exjefe, quien pidió licencia sin goce de sueldo en la Cámara Alta. Allí se abrieron dos investigaciones -una en Tucumán y otra en Buenos Aires- que luego se terminarían unificando por orden de la Corte Suprema.
Dos de los hechos elevados a juicio habrían ocurrido en uno de los autos que utilizaba el imputado para recorrer Tucumán durante la campaña electoral. Bajo ese marco fue llamado a prestar testimonio el chofer y custodio Cayatta a instancias de la fiscalía, que rápidamente empezó a preguntarle sobre su relación con F.L., quien era la encargada de armar la agenda del exgobernador y de definir los movimientos diarios dentro de las actividades proselitistas.
Cayatta se desenvolvió durante años como uno de los principales colaboradores del exsenador. Como su chofer personal, tenía contacto permanente con F.L.. De hecho, al expediente se han incorporado distintos chats que mantuvieron a través de Whatsapp e Instagram. Sin embargo, según fuentes judiciales, el testigo llegó a borrar al menos unos 50 mensajes propios vinculados a conversaciones con la joven denunciante. Sobre ese punto indagó el fiscal Abraldes, sin lograr que el testigo recordara el contenido de esas charlas.
En efecto, para el acusador las respuestas de Cayatta durante el juicio fueron evasivas e implicaron ocultamientos que lo llevaron a considerarlo como un “testigo reticente”. Por esa razón le solicitó al juez Ramos Padilla su detención por el delito de falso testimonio. Frente a este pedido, el magistrado ordenó detener provisoriamente al testigo en un calabozo contiguo a la sala de audiencias y continuar con las declaraciones testimoniales hasta resolver el planteo de la fiscalía al final de la jornada. “Le pido que durante este tiempo reflexione”, le dijo el juez Ramos Padilla al ex custodio de Alperovich.
Luego de un cuarto intermedio, comparecieron los testigos convocados por la defensa, en manos de Augusto Garrido, y por la querella, representada por Pablo Rovatti y Carolina Cymerman. Todos respondieron preguntas de las partes como consecuencia de haber participado de la campaña electoral donde el tres veces gobernador de Tucumán intentó regresar al Poder Ejecutivo provincial compitiendo contra su ex aliado político Juan Manzur. Esas elecciones tuvieron lugar en junio de 2019 y el imputado salió cuarto con casi el 12% de los votos.
Casi al final de la jornada, cerca de las cinco de la tarde, el juez Ramos Padilla volvió a interrogar a Cayatta. Allí respondió a las consultas de todas las partes y, ya en el final de la jornada, el magistrado resolvió diferir la decisión respecto al planteo del fiscal Abraldes hasta incorporar más evidencias dentro del juicio. Se acordó, en tanto, que la próxima audiencia se llevará a cabo el próximo lunes a las 10 de la mañana.