El titular de la Fiscalía Especializada en Delitos Económicos y contra la Administración Pública en Jujuy, Diego Funes, pidió juicio para 23 penitenciarios, incluido el jefe del Servicio Penitenciario de la provincia.
El motivo del requerimiento de enjuiciamiento es por las vejaciones y apremios contra Nahuel Morandini y Roque Villegas, que estuvieron más de 50 días presos por haber posteado mensajes sobre la vida personal del ex gobernador Gerardo Morales.
Las vejaciones incluyeron obligarlos a desnudarse, comer con las manos, no permitirles ir al baño y mantenerlos en condiciones denigrantes y hasta dejarles en el piso la única comida diario que recibían, colocada al lado del agua para limpiar sus celdas, repleta de orín y defecaciones de otros detenidos.
Morandini y Villegas fueron detenidos el 5 de enero, a raíz de una denuncia que presentó María Eugenia Tulia Snopek, esposa de Morales, el ex gobernador de la provincia. La denuncia afirmó que ambos “con pleno conocimiento de su falsedad, por lo que conocían las consecuencias de su accionar, iniciaron publicaciones en las redes y plataformas sociales, así como en medios de comunicación digitales que consistieron en atribuir la paternidad de la menor G.M. a una persona distinta de la de su padre biológico, afirmando que su madre la engendró en una relación extramatrimonial”.
La denuncia agregó que “estas afirmaciones se viralizaron en forma exponencial en redes sociales y de esta forma tornaron incierta la identidad de la menor G.M. y provocaron lesiones psicológicas en la señora María Eugenia Tulia Snopek”. En la causa se abrió una segunda denuncia a una amiga de ellos. La mujer no fue detenida porque se encontraba en ese momento de vacaciones en el exterior.
Tras más de 50 días de detención y la difusión del caso, los acusados fueron liberados aunque siguen investigados. El ex gobernador de Jujuy sostuvo que los dos hombres cometieron “un delito grave” y vinculó el hecho directamente a gente relacionada con la agrupación Tupac Amaru. “El daño que le provocaron a mi hija es irreparable”, afirmó.
Al salir de prisión, Morandini y Villegas denunciaron los vejámenes que sufrieron en prisión. Esto es lo que se investiga aquí. “Las vejaciones y severidades impuestas de forma sistemática a los presos alojados en el Pabellón Nº 2 de la Unidad Nº 1 del Servicio Penitenciario de Jujuy, fueron ordenadas y dirigidas por quienes ostentaban un rol jerárquico dentro de la estructura del Servicio Penitenciario, es decir por el Director del Servicio Penitenciario, el imputado Julio Vaca y los Jefes del sector, Pablo Herrera, Hernan Flores y Marcos Espinosa”, afirmó ahora el fiscal Funes. El resto de los acusados son celadores.
Los detalles de la acusación
Según el dictamen al que accedió Infobae, el fiscal sostuvo que “entre los días 5, 6 y 7 de enero de 2024, en las dependencias de la Unidad penitenciaria N° 1″ en el pabellón de castigo, los imputados, funcionarios penitenciarios (...) impusieron severidades a Marcelo Nahuel Morandini y a Roque Villegas, quienes se encontraban cumpliendo prisión preventiva en el Legajo P-273609-MPA, y a otras personas a establecer alojados en el mismo pabellón, consistentes en hacerlos ingresar a las celdas de aislamiento manteniéndolo por tres días en el pabellón de castigo de manera ilegal y sin causa justificada”, se afirmó.
El dictamen afirmó que “los imputados impusieron vejaciones a la víctima Morandini, Villegas y otras personas a establecer, con tratos rigurosos y humillantes durante su detención en el Pabellón Nº 2 de castigo, obligándolos a desnudarse cada vez que aparecía un funcionario penitenciario y manteniéndolos en dicha condición, sin ropas, durante su estadía en castigo y aislamiento, en condiciones infrahumanas, en reductos sin la debida ventilación ni iluminación y faltos de higiene, haciendo sus necesidades fisiológicas en un balde, orinando en una botella, no brindando los elementos necesarios para higiene, no brindándoles los utensilios necesarios para alimentarse, no entregando los anteojos a personas cortas de vista, poniendo el pan en lugares con agua sucia para que los internos lo ingirieran en ese estado, en condiciones serviles, afectando la dignidad de las víctimas con restricciones ilegítimas e irrazonables”.
También se resaltó que el personal del servicio penitenciario que guardaba a los presos que se alojaban en el Pabellón Nº 2 del Establecimiento Penitenciario Nº1 del Servicio Penitenciario de Jujuy “les imponían a dichos reclusos de manera habitual y sistemática, la realización de actos humillantes y degradantes que atacaban su dignidad como personas”.
Las condiciones en que debían vivir “no se debían a falta de elementos, ni mucho menos a una carencia en la infraestructura sanitaria en la cárcel, puesto que el Pabellón Nº 2 cuenta con un baño lo suficientemente amplio para permitir que todos los presos allí alojados puedan realizar sus necesidades fisiológicas y además, los internos tenían su propia ropa, por lo que la desnudez que padecían no era bajo ningún aspecto producto de la carencia de vestimentas. Por el contrario, éstas prácticas tenían un claro y único sentido, degradar y humillar a los seres humanos que allí se encontraban, mellando su dignidad y quebrándolos en su ánimo”, se resaltó.
Hay filmaciones, inspecciones y testimonios que corroboran la acusación. Morandini relató que apenas ingresó, tuvo que “limpiar los elementos que me dieron para hacer mis necesidades fisiológicas”, que estaban sucios de otros detenidos. “Que no tengo que molestar, que tengo que decir siempre ¡si, señor!, que tengo que tener las manos en la espalda [...] así estuve las tres noches y a partir de ahí cada vez que se presentaba un personal yo tenía que desnudarme [...] en algunas de esas noches se me filmó, [...[ entre las siete o siete y media (estimo yo) se daba el desayuno, cuando esto ocurría la taza con las piezas de pan eran dejada afuera de las celdas, en la puerta [...] el guardia abría la puerta yo tenía que estar desnudo, me decían ahí está el desayuno y si tenía que limpiar los recipientes donde hacía mis necesidades fisiológicas era el momento para hacerlo, salir afuera era tener que salir si o si desnudo [...] todos los internos estaban desnudos”, agregó.
“Me llamó la atención la mala persona que fue uno de los guardias, porque me trajo el té, nos dejaban el té ahí en la puerta, pero el pan lo pusieron en el suelo y ese pan se mojó con el agua que yo mismo había limpiado el orin de la celda”, relató el otro de los detenidos.
En la acusación de la fiscalía se sostuvo que el hecho se desarrolló entre el 5 de enero de 2024 (fecha en la cual arriba al Penal Morandini) hasta el día 2 de marzo de 2024 (fecha en que se realiza la última inspección de cámaras de seguridad en el marco de la actual investigación), ·pero todo indica que las prácticas vejatorias constatadas forman parte de una larga, ilegal y arraigada costumbre dentro de los muros de la referida cárcel”.