El juicio oral contra los acusados por el crimen del ex secretario de Cristina Kirchner, Fabián Gutiérrez, asesinado el 2 de julio de 2020 en El Calafate, comenzará este lunes. En el banquillo estarán sentados Facundo Zaeta, Facundo Gómez y Pedro Monzón. Se sospecha que se aprovecharon de él y lo torturaron para que revelara dónde tenía el dinero. Están acusados de “homicidio calificado por ensañamiento y alevosía”, un delito que prevé la pena de prisión perpetua.
Según informó el diario local Tiempo Sur, el debate comenzará a las 9 en el Centro Cultural de El Calafate, un espacio adaptado por primera vez para llevar adelante un juicio oral. Se implementará un control estricto de seguridad a cargo del personal de la Policía de Santa Cruz, con la prohibición de ingresar con teléfonos celulares.
Está previsto que en el debate declaren 58 testigos, entre ellos amigos y familiares de la víctima, allegados de los imputados, policías y peritos de parte. El tribunal de jueces estará encabezado por el juez Joaquín Cabral, acompañado de los magistrados María Alejandra Vila y Jorge Daniel Yance.
La fiscalía estará a cargo de Verónica Zúvic, quien mantendrá la acusación contra los procesados. Como querellante, en nombre de la hermana y madre de la víctima estarán los abogados Lucio Giordano, Sandro Levín y Natalia Crnkovic. Entre los defensores están Carolina Scamperti, Romina Gueri, Lucas Barrios, Tomás Rodríguez, Alejandro Monzón, Carlos Telleldín y Sabrina Burrueco.
Gutiérrez fue secretario de la Presidencia de la Nación, entre mayo de 2003 y mayo de 2005, y secretario adjunto de la Presidencia entre diciembre de 2007 y enero de 2010, y antes lo había sido en distintas áreas del Gobierno de Santa Cruz.
En 2011, el juez Claudio Bonadio había sobreseído a Fabián Gutiérrez y a otros ex secretarios investigados por enriquecimiento ilícito. Sin embargo, en 2017, la UIF lo denunció por lavado y enriquecimiento. El caso estuvo en manos del juez Marcelo Martínez de Giorgi, hasta que estalló el caso de las anotaciones de Oscar Centeno y el expediente pasó a la órbita de Claudio Bonadio.
Gutiérrez fue procesado en la causa de los cuadernos por encubrimiento. Estuvo preso y se convirtió en imputado colaborador. Salió de prisión. Mientras tanto, José López, el ex secretario de Obras Públicas, lo acusó de haberle entregado el dinero que llevó al convento, aunque el tribunal oral que lo condenó por enriquecimiento ilícito entendió que el dinero pertenecía a López y que el ex funcionario solo buscó aprovechar la causa de los cuadernos.
El 2 de julio de 2020, en medio de la pandemia, Gutiérrez fue asesinado, pero su cuerpo recién fue encontrado dos días después: estaba enterrado en una casa del barrio Aeropuerto Viejo. Los peritos revelaron que Gutiérrez recibió “torturas que dejaron varios signos”. Y explicaron que fue asfixiado mecánicamente con un trozo de cable y que participó más de una persona para ejercer “violencia corporal”.
El ex secretario de los Kirchner tenía dos golpes en el cráneo, en la frente y en el parietal izquierdo. Un fuerte golpe en el ojo, múltiples golpes y escoriaciones en el rostro y la cabeza. En el cuello presentaba tres puntazos realizados con un “cuchillo tipo Tramontina” -que fue encontrado en la casa de Guitiérrez con sangre-. Varias marcas de ahogamiento en el cuello por la presión realizada con un cable. La causa de la muerte fue asfixia mecánica.
Los acusados fueron Facundo Zaeta, Facundo Gómez y Pedro Monzón. Se sospecha que se aprovecharon de él y lo torturaron para que revelara dónde tenía el dinero. Están acusados de “homicidio doblemente calificado por ensañamiento y alevosía y para preparar, facilitar, consumar u ocultar otro delito o para asegurar sus resultados o procurar la impunidad para sí o para otro, o por no haber logrado el fin propuesto al intentar otro delito”.
Según Zaeta, Gómez le encomendó seducir a Fabián Gutiérrez “para concretar un encuentro sexual, luego reducirlo y taparle los ojos para robarle”. En su relato, recordó que Gómez le dijo sobre la plata que tendría Gutiérrez en efectivo en su domicilio. El robo tendría, siempre según ese plan, un punto a favor: el origen ilícito del dinero en presuntos hechos de corrupción desalentaría a Gutiérrez a denunciar el asalto “porque le traería más quilombos y no podía justificar lo que le robáramos”.
El acusado puntualizó que la seducción duró dos meses con el envío de “fotos de alto contenido sexual y todo tipo de comentarios para lograr su atención” Gómez siempre le recomendó “qué decirle” a su víctima. “Facundo está hace bastante en el mundo de la venta de marihuana y se junta con gente pesada de Calafate”, describió sobre su cómplice.
Según Zaeta, toda la secuencia consistió en un plan de Gómez. Cuando el ex funcionario kirchnerista lo pasó a buscar el 2 de julio pasado, los asaltantes fueron a su casa en la calle Perkic 124 y allí Zaeta confesó que tomó la iniciativa: “Inmediatamente en el interior, le pegué dos golpes en la mandíbula, porque practico boxeo, y lo desmayé”.
De acuerdo a su versión, Gómez continuó golpeando a Gutiérrez y lo amenazó con matarlo tras preguntarle dónde estaba la plata, a lo que la víctima respondió “no saber de qué dinero me están hablando”. “Yo sé que la tenés, a mí no me vas a mentir, nos conocemos, dónde está”, habría replicado Gómez.
Monzón y Gómez lo golpearon varias veces en el cuerpo y lo redujeron, y me pide a mí que busque la plata arriba...”, declaró Zaeta, para luego relatar cómo fue que se produjo la secuencia del homicidio de Gutiérrez. “Veo que Facundo Gómez trae una piedra del patio de atrás de la casa y se la da en la cabeza varias veces a Gutiérrez, hasta casi reventársela, no tranquilo con eso, agarró la soga y se la pasa alrededor del cuello, ahorcándolo”, añadió.
En ese momento, el joven bajó de la habitación superior para recriminarle. “¡¿Estás loco?!, me dijiste que Fabián no iba a salir lastimado”, habría dicho en su declaración. “Me asusté muchísimo. Mi único fin era sacarle el dinero, no dejarlo sin vida a Gutiérrez”, agregó el imputado.
“Estoy seguro de que fue derecho a matarlo y nos usó a Monzón y a mí para cumplir su objetivo”, concluyó Zaeta. Según se desprende de la indagatoria, los sospechosos ocultaron el cuerpo -al que envolvieron en una alfombra- y lo subieron a la camioneta. Se bañaron en el quincho de la casa, se cambiaron de ropa y luego intentaron tirar todo, junto a la piedra. Al cuerpo lo llevaron hasta la cabaña que alquilaba Gómez.
Para Zaeta, Facundo Gómez lo abandonó junto a Monzón para limpiar la escena del crimen y que luego él “se iba a ocupar de todo” con sus contactos para dejar impune el hecho. “También nos dijo que nos lleváramos la tele y el equipo de música”, dijo. Sin embargo, cuando quisieron llamarlo, el cerebro del robo los insultó y les cortó el teléfono.
Los asesinos lo enterraron en el patio de la casa donde vivía Facundo Zaeta. Éste le dijo al juez y a la fiscal Natalia Mercado -la sobrina de la vicepresidenta de la Nación e hija de la gobernadora Alicia Kirchner- que el cuerpo sin vida estaba en la casa, pero cuando llegaron no lo encontraron. Lo hicieron después de recorrer los alrededores y en un patio descubrieron una sábana con sangre, y el cuerpo de la víctima semienterrado debajo de un árbol.