El Tribunal Oral Federal (TOF) Nº 6 de Ciudad de Buenos Aires condenó este lunes a 15 años de cárcel al ex marino Adolfo Donda Tigel, juzgado por su responsabilidad en la apropiación y ocultación de la identidad de su sobrina Victoria Donda Pérez, nacida en el centro clandestino de detención de la ESMA durante el terrorismo de Estado. El acusado ya tiene otras dos condenas por los crímenes ocurridos en ese centro clandestino.
El tribunal, integrado por los magistrados Ricardo Basílico, María Gabriela López Iñiguez y Daniel Horacio Obligado, anunció su veredicto: lo encontró partícipe necesario penalmente responsable en la apropiación y ocultación de la identidad de su sobrina. También sostuvo que los hechos fueron crímenes de lesa humanidad y, por lo tanto, “imprescriptibles”.
Hubo aplausos en la sala de audiencias de parte de las personas que acompañaban a Victoria Donda. Los fundamentos se darán a conocer el próximo 6 de mayo.
“Hoy condenaron a 15 años de prisión a mi tío, Adolfo Donda, por mi apropiación y ocultamiento de identidad. Aunque sigo sin saber dónde están mis padres, sé que desde hoy descansan en paz. “Estos juicios son fundamentales para cicatrizar las heridas que dejó la última dictadura militar en la Argentina. Hoy la mía comienza a sanarse”, dijo la ex funcionaria en la red social X.
Y añadió: “Que quede claro: no son pobres abuelitos. Son represores que se apropiaron bebés y que secuestraron, mataron y desaparecieron a 30 mil personas con un plan sistemático de terror y tortura para instaurar un modelo económico desigual y entreguista. Lo que quieren volver hacer hoy”.
Un rato antes había dicho sus últimas palabras el acusado: dijo que era inocente. “Se han usado dichos de dichos que no pueden ser corroborados, de montoneros, fallecidos y de personas sin identidad”, afirmó. Y añadió: “No supe que mi cuñada estaba embarazada, tampoco mis padres y tampoco supe dónde y cuándo dio a luz”
Durante los alegatos, tanto la querella como la fiscalía pidieron que se condene a Donda Tigel a 15 años de prisión, máxima pena prevista para los delitos de sustracción, retención y ocultamiento de un menor de 10 años -en este caso perpetrados contra su propia sobrina-, y que los mismos sean declarados crímenes de lesa humanidad; en tanto la defensa pidió su absolución. La querella de Abuelas de Plaza de Mayo, representada por los abogados Emanuel Lovelli y Carolina Vilella, se refirió durante su alegato al hecho de que Donda Tigel haya tenido que comunicar a su superior que tenía un hermano militante de la organización Montoneros. Al momento de nacer Victoria, su tío no era parte del plantel estable de represores de la ESMA, pero era “visto con frecuencia”, según dieron cuenta varios testigos.
Su padre, José María Laureano Donda Tigel, fue secuestrado a los 21 años, al igual que su madre, María Hilda “Cori” Pérez, quien por ese entonces estaba embarazada de cinco meses y daría a luz a Victoria en cautiverio en 1977 en la maternidad clandestina que funcionaba en la ESMA. Victoria fue apropiada por el prefecto Juan Antonio Azic -represor ya condenado- y recién podría recuperar su identidad 27 años después, en octubre de 2004, gracias a la labor conjunta de Abuelas de Plaza de Mayo y la Comisión Hermanos de la Regional Capital de HIJOS.
La ex funcionaria bonaerense y actual parlamentaria del Mercosur refirió que el juicio, que se extendió por casi un año y medio “no fue una causa sencilla” de sobrellevar y que implicó “un alto costo en términos personales” pero que “lo vivió muy acompañada”. ”Fue muy difícil también por lo que está viviendo el país, rodeado de discursos de odio, negacionistas, de discursos que reivindican la dictadura, el horror y el secuestro”, dijo Donda.
Actualmente, el represor se encuentra cumpliendo condena en la unidad 31 de Ezeiza y aún no se sabe si concurrirá de manera presencial a los tribunales de Comodoro Py o si lo hará vía remota desde el penal donde está detenido.
Es el tercer juicio que enfrenta Donda Tigel, ya condenado a prisión perpetua en las causas “ESMA II” y “ESMA Unificada” por ser coautor de los secuestros, torturas, homicidios y sustracción de menores en perjuicio de alrededor de 400 víctimas en la ESMA
A partir de 1978 ese fue su destino, donde llegó a estar a cargo de la jefatura de Operaciones y de Inteligencia Tactica. La fiscalía resaltó durante su alegato que el crimen cometido por el acusado es “un caso especialmente atroz” en tanto “muestra la atrocidad propia de toda apropiación de niños nacidos en cautiverio con sus madres durante el terrorismo de Estado”, pero destacó que en, en esta oportunidad, además, “se suma que el acusado, como parte del sistema represivo, cometió estos delitos contra su propia familia, lo que lo convierte en un caso único en la historia de estos juicios”.