Los jueces del Tribunal Oral Federal 6 Sabrina Namer y Adrián Grünberg rechazaron en duros términos la recusación que había planteado contra ellos la defensa de Nicolás Gabriel Carrizo, el llamado jefe de los copitos que está acusado de ser partícipe secundario del atentado contra la ex vicepresidenta Cristina Kirchner. La defensa había planteado temor de parcialidad por parte de esos magistrados. Pero en sus informes los magistrados responden en duros términos las sospechas planteadas en torno a su supuesta vinculación con Justicia Legítima o presuntos “beneficios” hacia la ex presidenta y deslizaron la idea de que lo que se intenta es “violar la garantía del juez natural”.
Fueron dos escritos de alto voltaje que ahora deberán ser evaluados por el tercer integrante del Tribunal Oral Federal 6, Ignacio Fornari (que viene del fuero penal en lo económico), y otros dos magistrados que serán sorteados la semana próxima.
El atentado a Cristina Kirchner ocurrió el 1 de septiembre de 2022, cuando la entonces vicepresidenta llegaba a su casa donde la esperaban militantes, como ocurría desde dos semanas antes cuando la fiscalía pidió su condena a doce años de prisión por la causa de Vialidad. En ese momento, entre la multitud, se le acercó Fernando Sabag Montiel y le apuntó con un arma en la cabeza. A pocos metros lo esperaba Brenda Uliarte. El tiro no salió y el joven fue arrestado por los simpatizantes de CFK. El domingo 4 de septiembre fue atrapada Brenda. Los dos fueron acusados de ser coaturores del atentado.
Pero los investigaciones pusieron foco en su entorno y así quedaron en la mira “los copitos”, el grupo de vendedores de azúcar con los que trabajaban. El jefe de esos “copitos” Nicolas Carrizo terminó preso por los diálogos que encontraron en su teléfono que entregó como testigo. Ahí decía que el joven se había adelantado y que temía que hubiera hecho eso con un arma que él le dio. Ese arma nunca apareció. Carrizo dijo que es inocente y que todo fue una broma de humor negro. Ahora pide un polígrafo como estrategia de defensa.
Pero antes que se defina la prueba que se usará en el juicio oral, el abogado Gastón Marano, defensor de Carrizo, había reclamado el apartamiento de Grünberg por su vinculación a Justicia Legítima, su afinidad con el ex juez Eugenio Zaffaroni y el sobreseimiento que dictó previamente en causas para Cristina Kirchner. “Para despejar cualquier ‘temor de parcialidad’, vengo aquí a reafirmar que en mis 38 años de tribunales siempre me he conducido y desempeñado conforme a derecho, sin que sentimiento alguno particular, por más íntimo que fuera, pudiera haberme desviado de dicho camino. Me considero un juez independiente, imparcial y que sólo actúa conforme a las mandas impuestas por la Constitución Nacional; lo que juré solemnemente aquel día”, comenzó diciendo Grünberg.
El juez también rechazó las sospechas de la defensa en las actuaciones en la causa Dólar futuro y en el expediente Los Sauces-Hotesur, en donde Grünberg se había pronunciado por el sobreseimiento de la ex presidenta. En la causa dólar futuro su voto fue en minoría pero la Casación acompañó la decisión. En la segunda causa Grümberg votó junto a juez Daniel Obligado, en una decisión revocada por la alzada. El abogado Marano había subrayado que allí se “benefició” a CFK.
“Es claro que el haber tomado una decisión hace más de dos años (noviembre de 2021) en una causa que ninguna vinculación tiene con la presente, en nada puede conmover la debida imparcialidad de este juzgador”, sostuvo Grünberg “Si de nombres se trata, el señor defensor también olvida que, en su oportunidad, como miembro del Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 1; por ejemplo, he condenado al señor José Francisco López en la conocida causa ‘de los bolsos’”, añadió.
Pero la defensa también había hecho hincapié en la pertenencia del juez al “”think tank” jurídico ‘Justicia Legítima’ estrechamente vinculado con el partido cuyo liderazgo detenta la Dra. Fernández”. El juez dijo que renunció a esa agrupación en 2019, pero aclaró que no se trata de una “asociación consubstanciada con alguna ideología o partido político” sino que busca “promover un sistema de justicia más plural e independiente, tanto de los otros poderes del Estado como de los poderes fácticos, así como fomentar la transparencia en los procesos y las decisiones de los jueces”.
Otro de los puntos que mencionó la defensa fue que, según la prensa, Grünberg reconoce seguir las enseñanzas” del ex juez de la Corte Suprema Raúl Eugenio Zaffaroni, el jurista más admirado por CFK. “Entiendo que el descabellado argumento cae por sí mismo -dijo Grünberg-. No hace falta aquí rememorar la rutilante trayectoria del Profesor Zaffaroni, en cuya ‘escuela’ me he formado” y en la que “somos muchas las personas que valoramos al doctor Zaffaroni”. Eso, no obstante, “no significa necesariamente identidades de pensamientos o de ideologías políticas por parte de todos sus ‘admiradores”'”
Para Grumberg, aceptar una recusación con meras conjeturas “podría desembocar en la violación de la garantía constitucional vinculada con el Juez Natural, dejando en manos de una parte la posibilidad de seleccionar a quien más le caiga en simpatía o convenga a otros intereses”
Namer escribió más de once páginas de respuesta. Lo primero que dijo la jueza es que la defensa reconoció que ella no se encontraba dentro de las causales de recusación. Pero además afirmó que la objeción en su contra no apareció cuando se integró el tribunal, el tramite de morigeración de la detención de su cliente u otras incidencias, “en las que mantuvo absoluto silencio sobre mi objetividad”.
Sobre los cuestionamientos a su apartamiento en la causa Memorándum, incluyendo un artículo periodístico con un cuadro con fotos de distintos funcionarios, Namer afirmó: “Desconocía la existencia de esas notas y de la ilustración aportada por el recusante, por lo cual debí buscarlas para responderle. Lo primero que advierto es que se trata de un comentario al pasar que ni siquiera tiene un autor al que atribuírselo (...) El resto de la nota habla de otra jueza y de la Dra. Fernández de Kirchner. Salvo el género que compartimos, nada dice la publicación de algún aspecto que nos vincule más allá de los roles funcionales que desempeñamos”, dijo.
En ese contexto, Namer subrayó que fue ella misma la que dio pie a ese trámite de recusación, al pedir a las partes que se expidieran sobre su intervención ya que había sido fiscal de la UFI AMIA tras la muerte de Alberto Nisman. “Sinceramente, no sé cuáles fueron los motivos por los que la Dra. Fernández de Kirchner, o el Dr. Oscar Parrilli o el señor Luis D’Elía recurrieron la decisión de mi apartamiento, pero sospecho que podría tratarse simplemente del legítimo ejercicio del mismo derecho que ejerce aquí el recusante. Empero, si esa actividad fuera leída como un interés especial en mi intervención, tendría que pensar que la garantía del juez imparcial solamente sería exigible para algunos imputados, y otros, deberían quedarse quietos ante lo que consideran -mal o bien-, una afectación a sus derechos constitucionales y convencionales”.
Sobre Justicia Legítima, Namer afirmó: “Efectivamente fui una fiscal legítima y legal, designada por resolución del entonces Procurador General Esteban Righi como Fiscal de la Procuración General de la Nación; función que implicaba la actuación en las dependencias o expedientes en los que fuera necesaria mediante resolución fundada de la PGN. También soy una jueza legítima y legal, que accedió a su cargo mediante los mecanismos legales correspondientes. Soy una jueza legítima, pero nunca integré la agrupación “Justicia Legítima”. Empero, si lo hubiera hecho, como tantos colegas a los que respeto, no advierto la valoración de esa circunstancia como una carga negativa en sí misma”.
Y añadió: “Juzgar la actuación o la objetividad de un funcionario, por la mera pertenencia a una u otra agrupación con la que no se compartan las premisas -si ello no se ve reflejado en la solución carente de objetividad de algún caso concreto-, no haría más que dar cuenta de una intolerancia a las ideas de los demás, o hacia los demás por sus ideas”. Aclaró que sí pertenece a la Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia de la Nación (AMFJN), la Asociación de Jueces Federales (AJUFE), la Asociación de Jueces de Tribunales Orales Federales (JUTOF) y la Asociación de Mujeres Juezas de Argentina (AMJA).
Namer también abordó el capítulo de la recusación en donde se habla de “La posible vinculación con el círculo político cercano a la querellante”. Allí se aludió a diálogos entre la entonces ex presidenta y el ex titular de la AFI Oscar Parrilli, que se difundieron públicamente y en donde ellos hablaban de que se citara a declarar al ex espía Horacio Stiuso. “Realmente no puedo dejar de destacar la paradoja de que el presentante pretenda mostrar mi supuesta relación con la querellante o la supuesta afinidad que tendría con ella, a través de una escucha telefónica que demuestra todo lo contrario. No corresponde que me haga cargo de lo que pensaba el entonces jefe de inteligencia sobre la posibilidad de que algún funcionario del ejecutivo tuviera ‘llegada’ a mí”, afirmó. Y añadió mordaz: “tan limitada fue mi relación con las entonces autoridades de la AFI, que aparentemente el propio jefe de ese servicio, debió averiguar quién me conocía o quien tenía llegada a mí”.