Agentes de los Estados Unidos realizaron el decomiso del avión venezolano-iraní que estuvo retenido en Ezeiza durante un año y 8 meses

La máquina despegó esta madrugada. La semana pasada hubo un confuso episodio que incluyó a un diplomático del país bolivariano

El avión iraní-venezolano retenido en el aeropuerto de Ezeiza

Esta madrugada, agentes de los Estados Unidos realizaron el decomiso del avión venezolano-iraní, retenido desde el 8 de junio de 2022 en el Aeropuerto de Ezeiza. Las autoridades sospechan que la máquina era utilizada para hacer tareas de inteligencia vinculadas al terrorismo internacional.

El Boeing 747-300 matrícula YV3531 de la compañía venezolana Emtrasur partió a la 1:25. El decomiso había sido ordenado por el juez Federico Villena luego de un pedido de de la Justicia y el gobierno de Joe Biden en virtud de la transferencia irregular que se había hecho de la máquina por parte de su anterior propietaria, la aerolínea iraní Mahan Air. El avión arribó a Florida, Estados Unidos, a las 11.

El avión presuntamente de carga había llegado a la Argentina con autopartes, sin embargo hay sospechas de que las verdaderas tareas de sus tripulantes eran otras. Hay un dato que sostiene esta teoría: el piloto de la aeronave era Gholamreza Ghasemi, un iraní que era directivo de la aerolínea Fars Air Qeshm, vinculada al grupo terrorista Hezbollah. En la imputación que había realizado la Justicia Argentina, se precisaba: “Fars Air Qeshm opera vuelos entre Irán y Siria de forma regular. Como parte de los esfuerzos realizados por Irán y la Fuerza Quds para equipar a Hezbollah con armas, componentes militares avanzados y las armas están siendo contrabandeadas desde Irán a Hezbollah en el Líbano utilizando vuelos civiles de Teherán a Damasco. Se sabe que un avión que pertenece a Fars Air Qeshm ha transferido equipos de Irán a Hezbollah en Líbano utilizando la ruta entre Teherán y Beirut”.

La Justicia halló en su teléfono celular el mensaje de un tripulante que había viajado anteriormente en ese Boeing y se interesaba por la actitud de las autoridades argentinas una vez desatado el escándalo. “Si molestan avisá y los matamos a todos (…) hacemos un genocidio”, indicaba la amenaza inquietante y aterradora.

Gholamreza Ghasemi y otros tripulantes del avión iraní-venezolano

La aeronave llegó a Buenos Aires el 6 de junio de 2022 con una carga de autopartes de SAS Automotriz, una firma que comercializa asientos y panel de instrumentos para Volkswagen. El 8 de junio, dos días después de su llegada, el avión intentó volar a Uruguay para cargar combustible, pero el gobierno de ese país le impidió aterrizar.

En ese momento, la Justicia argentina retuvo a la tripulación de la nave, integrada por quince venezolanos y cuatro iraníes.

El año pasado, la Justicia dictó la falta para el comandante, el copiloto y tres integrantes de la tripulación. Esto quiere decir que no encontró elementos para sobreseerlos ni para procesarlos. Antes había sobreseído al resto de las personas que venían abordo. Todos fueron autorizados a abandonar la Argentina.

La aeronave estuvo más de un año bajo custodia del Servicio de Alguaciles de los Estados Unidos. De hecho, realizaron inspecciones mecánicas y de los lugares de almacenamiento aunque todas las tareas de mantenimiento quedaron a cargo de la empresa Risk Mondial, Aviation & Recovery. En los últimos meses, el avión se puso en movimiento más de una vez y circularon videos en las redes.

El episodio quedó bajo investigación del juez Villena, el mismo que tiene la causa del avión.

Días atrás hubo un confuso episodio -revelado por Infobae- en el que un diplomático de la embajada de Venezuela llegó hasta la aeronave retenida en Ezeiza.

El hombre, identificado como José Jesús Jatar Díaz, ingresó al aeropuerto internacional de Ezeiza y se dirigió hasta una zona restringida donde está el avión. Sacó varias fotos de la aeronave con su teléfono celular hasta que fue sorprendido por efectivos de la PSA. Por ese episodio, todavía confuso, se abrió una investigación judicial.

Un informe de la PSA elevado a la Justicia destaca que Jatar Díaz, primer secretario de la embajada venezolana, estaba acompañado por un empleado de la ANAC, que le habría permitido el ingreso hasta el área restringida. “Estuvo demorado por unos minutos mientras se hacía la consulta con el juzgado”, explicó una fuente aeronáutica.

Por el hecho se abrió una causa judicial y ya se pidieron varias medidas de prueba para saber cómo entró el diplomático al aeropuerto, por qué lugar ingresó, quién lo autorizó, entre otras cosas. También se pidieron las cámaras de seguridad del aeropuerto como en otros episodios que ocurren dentro de la terminal.