El futuro juicio por el atentado contra Cristina Kirchner entra en etapa de definiciones. Pero para avanzar el tribunal necesita definir qué pruebas escuchará en el debate. Eso es lo que se pidió esta semana. La principal testigo, obviamente, será CFK, quien ya dijo que no se dio cuenta de nada cuando le apuntaron a la cabeza. Pero también están los custodios, el grupo de los copitos y los militantes que estaban aquel 1 de septiembre de 2022 cuando todo ocurrió.
Según pudo saber Infobae, tanto la querella de Cristina Kirchner como la fiscal Gabriela Baigún coincidieron en apuntar a que se profundice y se lleve a ese juicio las pistas contra el diputado del PRO Gerardo Milman y contra Revolución Federal, dos aspectos que no formaron parte de la elevación a juicio. Lo de Milman, porque aún se investiga en instrucción. Lo de Revolución Federal, porque es parte de otra causa al no acreditarse conexión directa con el ataque. La fiscal incluso pidió citar a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich.
Patricia Bullrich fue puesta en la mira de CFK por este caso desde el principio e incluso le dedicó algunos tuits cuando apareció una secretaria de Milman diciendo que su teléfono se borró intencionalmente en una de las oficinas de la hoy funcionaria de Javier Milei. Además, el kirchnerismo siempre le apuntó porque no repudió el atentado apenas ocurrió como otros dirigentes y hasta el jefe de la bancada de diputados de Unión por la Patria, Germán Martínez, se lo preguntó cuando en enero la ministra estuvo en el Congreso para defender el proyecto de Ley Omnibus. “En el momento en que iba a repudiar, Alberto Fernández dijo que nosotros éramos los responsables. Recuérdelo: lo dijo en cadena. Y eso es inaceptable”, le contestó.
Ante el tribunal oral, al igual que la fiscalía y la querella, los tres acusados también pidieron pruebas para defenderse. Y de ahí puede también deducirse por dónde pasará la estrategia de cada uno cuando lleguen el banquillo.
De acuerdo a las presentaciones a la que accedió Infobae, la defensa de Fernando Sabag Montiel, el hombre que le apuntó con un arma a la entonces vicepresidenta, hizo foco en los peritajes psiquiátricos. La defensa oficial a cargo de Fernanda López Puleiro busca saber quién analizó que era imputable. Por eso también reclamó escuchar a los peritos de parte de la defensa oficial que lo entrevistaron durante todo este tiempo, y a los peritos balísticos: el arma estaba cargada pero el tiro no salió porque no había bala en la recámara. También pidió otras publicaciones: la de los expertos que, después del intento de homicidio, hablaban del “discurso del odio” y el documental de La Cámpora a un año del ataque llamado“La bala que no salió y el fallo que sí saldrá”.
Brenda Uliarte, su ex pareja también acusada, solicitó testigos. Pero llamó la atención que incluyera en esa lista a Carrizo y a Sabag, que son acusados. También Brenda quieren que declaren las secretarias de Milman en el debate. Su defensa, además, solicitó que la vea un psiquiatra de parte. “En este momento se encuentra inestable notificándonos de las lesiones en las que incurre”, sostuvo la defensa de Carlos Telleldín y Sabrina Mansilla.
Por último, Nicolás Carrizo, el jefe de los “copitos” que está acusado de ser partícipe secundario del atentado, pidió pruebas, testimonios y que se lo someta a la prueba de la verdad: reclama que se le haga una pericia con uno de los equipos polígrafos que adquirió el Ministerio de Seguridad. Según subrayó su abogado Gastón Marano, “resulta la única técnica de evaluación forense de la credibilidad que cuenta con trayectoria empírica e investigativa ampliamente verificable” y es usada por el FBI, la CIA y la DEA.
La jugada, novedosa, se pone en juego cuando, precisamente, se trata de un acusado que no está obligado a decir la verdad, pero que sostiene que no tuvo nada que ver con el atentado y que los mensajes que lo comprometen, desde el teléfono que él entregó como testigo, se deben a su “humor negro”.
“La decisión de la participación de mi asistido en este tipo de pericia surge de su necesidad de despejar absolutamente cualquier duda respecto a que dice la completa verdad en torno su inocencia respecto a los cargos que se le imputan. Los próximos años de su vida dependen de la credibilidad que se asigne a sus dichos y, por ello, quiere dotar a los mismos de la mayor potencia convictiva posible, lo que sólo podrá garantizarle -con un nivel de grado forense- la participación en una prueba poligráfica Por todo lo previo, se solicita se desinsacule perito poligrafista de aquellos disponibles en el Ministerio de Seguridad de la Nación (que cuenta con once de ellos), a los fines de que practique amplia examinación poligráfica sobre mi asistido”, sostuvo el abogado Gastón Marano y su colega Brenda Salva en la presentación a la que accedió Infobae.
El atentado
Todo ocurrió la noche del 1° de septiembre de 2022. Cristina Kirchner llegaba a su casa, en la esquina de Montevideo y Juncal en el barrio porteño de Recoleta. Allí la esperaban, como desde el día en que el fiscal Diego Luciani pidió su condena a 12 años de prisión por asociación ilícita y defraudación al Estado en la causa Vialidad, un nutrido grupo de militantes para saludarla. Sabag Montiel también estaba allí. Se acercó y le apuntó en la cara con una Bersa calibre.32, que gatilló al menos una vez. La bala no salió porque no estaba cargada en la recámara. Terminó atrapado por militantes, sin que la custodia de Cristina Kirchner ni ella misma se dieran cuenta de lo que había pasado.
Según se logró determinar en la causa apenas unos días después del ataque, el plan para matar a Cristina Kirchner comenzó hace casi un año: el 22 de abril del 2022. “Para limpiar la Argentina hace falta que corra sangre”. Ese día, la joven le contó a una amiga que tenía un arma. Tres meses después, el 4 de julio, Brenda le reveló a Agustina Díaz, su amiga agendada como “Amor de mi vida”: “Voy con el fierro y le pego un tiro a Cristina… me dan los ovarios para hacerlo … el tema es cómo porque la vieja tiene seguridad”.
En el dictamen de elevación a juicio que será lo primero que se oiga en el juicio oral, el fiscal Carlos Rívolo sostuvo que “la prueba reunida durante la instrucción ha permitido comprobar que la conducta que se intentó llevar a cabo fue premeditada, es decir, que los imputados habían ideado un plan para llevar a cabo el asesinato de la Vicepresidenta de la Nación”. Y uno de esos planes fue infiltrarse en movilizaciones kirchneristas. Así lo había pensado su novia. “Es cuestión de organización y hacer como un caballo de Troya”, dijo.
La entonces vicepresidente se convirtió en la principal crítica de la investigación a poco de iniciar la causa. 23 días después del atentado, Jorge Abello, un asesor legislativo del diputado del Frente Todos Marcos Cleri, se presentó en tribunales y aseguró que el 30 de agosto asistió a una reunión en el anexo de Diputados y posteriormente almorzó con su cuñado, ajeno a la política, en el restaurante Casablanca, ubicado cerca del Congreso. Allí mencionó haber visto a Gerardo Milman acompañado de “dos jóvenes muy elegantes”. Y escuchó a Milman decir: “Cuando la maten yo estoy camino a la costa”.
Milman denunció a Abello por falso testimonio, un expediente que investiga otro juzgado. La querella de CFK se enemistó con la jueza María Eugenia Capuchetti cuando se le tomaba declaración a las dos secretarias de Milman Carolina Gómez Mónaco e Ivana Bohdziewicz y se pidió secuestrarle los teléfonos. La jueza lo rechazó por su calidad de testigos y el caso llegó a la Cámara Federal que ordenó avanzar en esa hipótesis. Las mujeres fueron a tribunales: una dijo que había borrado, asesorada, su celular por temor que se filtraran sus fotos íntimas; la otra, que había cambiado el teléfono. Tiempo después, luego de quedarse sin trabajo, la primera volvió a tribunales para decir que el borrado había sido en una oficina de Patricia Bullrich junto a Milman, su amiga y un perito. Insistió no obstante en que nunca oyó a Milman hablar del atentado.
Esta situación llevó a la Cámara Federal a ordenar el secuestro del celular del diputado, previo desafuero. El Congreso ya autorizó el secuestro de uno de los celulares de Milman, que el legislador entregó pero sin la clave. Tanto la querella y la fiscalía reclamaron que entregara más celulares -los que tenia al momento del hecho-. Eso no fue autorizado aún por la cámara baja.
Milman, Revolución Federal y críticas a Capuchetti y a Rívolo, el eje de la presentación de Cristina Kirchner
La presentación de Cristina Kirchner cuenta con 60 páginas, en las que los abogados José Manuel Ubeira y Marcos Aldazabal hicieron foco en que la causa no debió haber sido enviada a juicio oral porque todavía faltaba esclarecer la pata política del intento de homicidio contra la ex vicepresidenta. Es algo que la querella ya había dicho antes de que el fiscal Carlos Rívolo y la jueza María Eugenia Capuchetti dieran por clausurada esta etapa de la investigación para que los detenidos fueran llevados a juicio. Pero ahora, al hablar ante el TOF 6 en el pedido de pruebas, la estrategia fue repetirlo y buscar que aquella prueba que no se sumó inicialmente al juicio sea aceptada en el debate oral.
“Lo que quedó en instrucción no ha sido ni está siendo investigado con seriedad -insistieron-. Por el contrario, a lo que respondió la división fue a la nula voluntad de investigar todo lo que pudo haber detrás del atentado”. La querella hizo hincapié en la pérdida del teléfono de Sabag Montiel en las primeras horas posteriores a su detención, en el curso de la pista Milman (puertas que abrió la Cámara Federal porteña) y en los testigos que, su criterio, no se llamaron. “Lo que existe en esta causa no es un desdoblamiento de la instrucción, sino una denegación de justicia. La instrucción suplementaria, en este caso, es vital para entender el contexto en el que actuaron Carrizo, Sabag Montiel y Uliarte, pero, también, porque es un derecho de la víctima que los hechos que la afectaron se investiguen con seriedad”, reclamó en el escrito al que accedió Infobae.
Por eso, en esa investigación suplementaria previo al inicio del juicio, Cristina Kirchner pidió que se adjunte al expediente la causa de Revolución Federal, que sigue el juez Marcelo Martínez De Giorgi. También los proyectos que presentó el diputado Milman entre el 1 de agosto de 2022 y el 2 de septiembre de 2022. Y las causas en donde se investiga por enriquecimiento ilícito a Milman y por falso testimonio a Jorge Abello, el asesor del Frente de Todos que dijo haber escuchado al legislador del PRO en el bar.
Pero Cristina también quiere las cámaras del Gobierno porteño en torno al edificio de Avenida de Mayo donde funcionarían oficinas de la hoy ministra de Seguridad donde, según una de las secretarias de Milman, se habrían borrado los teléfonos de ella, su compañera y el propio legislador. También pidió el listado oficial de peritos informáticos y la nómina de choferes de Milman. Busca confirmar además en la Dirección Nacional de Migraciones si el dirigente de derecha Hernán Carrol, que conoció a la pareja detenida, compartió un viaje al exterior con Fernando Ángel Villares, jefe de gabinete de Milman durante su gestión como secretario de seguridad. La lista de pedidos se completa con allanamientos inspecciones oculares “que la jueza rechazó producir en la instrucción” y llamar a testigos para saber cuál era la actitud de Milman “antes y después del atentado”.
Por afuera de la instrucción suplementaria, la querella también pidió testigos más previsibles: conocidos de Sabag, familiares de Carrizo; su jefe de su custodia, Diego Carbone; los militantes que atraparon a su agresor; Agustina Díaz, una de las detenidas en al causa que fue sobreseída; o Leandro Uliarte, el padre de Brenda; y su primo Martín Uliate, que admitió haber escrito “regla Tueller” en un cuaderno secuestrado.
También aparecen los integrantes de Revolución Federal, periodistas que hablaron con Brenda antes y después del atentado; a las secretarias de Milman y el diputado Marcos Cleri, jefe de Jorge Abello, quien 23 días después del atentado comprometió al diputado del PRO en el ataque por lo que oyó en el restaurante Casablanca dos días antes del ataque.
Pero Cristina también quiere interrogar al youtuber antikirchnerista Eduardo Miguel Prestofelippo, “El Presto”, que un mes antes del atentado había tenido una relación con Brenda Uliarte, tal como reveló Infobae en su momento. Lo que revelan los chats de la joven es que ella se había obsesionado con “El Presto” y había sentido un repentino interés por la política. El Presto, en tanto, detalló el mismo en sus redes cuál fue la vinculación que los unió. “Fuimos al motel, tuvimos 10 minutos de intimidad, me di vuelta y me acosté a dormir. Fin”
Otro dato curioso: la ex vicepresidenta pidió incorporar al debate las cartas de Sabag Montiel en prisión y su perfil criminal. La querella apuntó a la crítica que hacía el detenido contra la jueza Capuchetti, pero en esas cartas Sabag también dice que él no hubo nadie atrás del ataque: “Dejo bien en claro. No somos sicarios. Ni nos contrataron. Ni por Macri, ni por Milei ni por Revolución Federal” (...) Los motivos del hecho son por ideas personales y propias”.
La lista de testigos que armó la querella incluyó a un integrante de una agrupación filonazi que incluía a Sabag en donde compartían “teorías conspirativas”, al ex jefe de la IGJ Ricardo Nissen por las empresas de una secretaria de Milman y hasta al fiscal de instrucción en lo criminal Leonel Gómez Barbella, que había advertido antes del ataque sobre la peligrosidad de los discursos de odio contra la entonces vicepresidenta.
El pedido de la fiscalía
La fiscal Gabriela Baigún, a cargo de la acusación el debate, elaboró un pedido de pruebas en donde hay más de 200 testigos propuestos: los testigos directos del ataque -CFK, los dos custodios que la acompañaban, los militantes que vieron a Sabag-; los copitos Lucas Acevedo, Sergio Orozco y Leonardo Volpintesta; los integrantes de “Los girosos”; los amigos de Sabag; y los encargados de los procedimientos.
También figuran las ex secretarias de Milman; o los diputados Marcos Cleri y Mario Leito, junto a Abello. Y David Robles, el hombre que hablaba con Brenda Uliarte y que decía ser un agente del FBI pero terminó siendo un panadero que se daba corte con la joven que vendía desnudos en aplicaciones para adultos.
Pero el Ministerio Público armó una lista de nuevos testigos, que no habían sido convocados por su colega Rívolo en instrucción. Muchos de ellos pretendía convocarlos la querella. Ahi aparece “El Presto”, el padre de Brenda y su pareja; y peritos grafólogos. Pero sobre todo personajes que aluden a las pistas de Milman y Revolución Federal: Alejandra Mroue, periodista de Crónica que entrevistó a Brenda y conocía a Gómez Mónaco; Florencia Retamoso, pareja del legislador del PRO y asesores del Milman.
Pero también están la ministra Patricia Bullrich; asesores de Milman; los integrantes de Revolución Federal Jonhatan Morel, Leo Sosa, Gastón Guerra y Sabrina Basile (que estuvieron presos por esa causa) y Ximena De Tezanos Pinto, vecina de CFK. También la comunicadora Delfina Wagner o la llamada “Dali Revolución”.
Además de 234 pruebas de documentación que pide incorporar por lectura, la fiscal reclamó para la instrucción suplementaria una junta pericial entre Gendamería y DATIP para ver si se puede recuperar el teléfono de Sabag. Vale aclarar que en instrucción se llevaron adelante distintas diligencias pero nada garantizaba que, en el procedimiento, se perdiera todo. Fue por eso que la querella no acompañó la propuesta y se suspendió esa diligencia, mientras Capuchetti y Rívolo siguieron buscando otras alternativas de recuperar la información.
La pérdida del contenido de ese teléfono fue el primer traspié de la investigación. Cristina Kirchner culpa a la jueza de la destrucción del contenido del teléfono, aunque un peritaje determinó que el reseteo a modo fábrica del celular ocurrió cuando estaba en poder de la PSA. Esa fuerza logró recuperar tres cuentas de Google, a toda la base de datos de Telegram y a algunos mensajes de Whatsapp del teléfono del principal acusado.
Otro dato que llamó la atención del pedido de la fiscal fue la copia de la causa por espionaje contra jueces de la Corte Suprema y de Comodoro Py en la que está preso el espía Ariel Zanchetta. Tal como reveló Infobae, Zanchetta hurgó en información sobre Milman y su familia, el jefe de custodia de CFK -que días atrás del ataque había salido en los medios por un video en el que aparecía con el ex gobernador José Luis Gioja-, Brenda y Sabag, Jorge Abello y una Cristina Kirchner que no era la vicepresidenta. La fiscal también pidió que el tribunal ordene entrecruzar teléfóno de Sabag, Brenda y Carrizo con la vecina de CFK o Delfina Wagner, los de Revolución Federal y la ampliación de la investigación sobre los teléfonos de Milman.
Los acusados y las pruebas que quieren en el debate
La defensa oficial de Sabag hizo una presentación de más de 200 páginas, en donde gran parte son documentos anexos y artículos periodísticos. El foco de los pedidos apunta a saber el trámite que tuvo el sumario administrativo contra la custodia policial de CFK, y la nómina de los profesionales del área de psicología y psiquiatría que examinaron a Sabag Montiel tanto en la alcaldía sita en Cavia 3350 como en el Complejo Penitenciario Federal N°I de Ezeiza. También a los expertos que hicieron el peritaje balística de la pistola Bersa calibre 32 que llevaba Sabag.
“Es más simple de lo que todos creen”, le había dicho Montiel a los expertos que hicieron su perfil psicológico y criminológico. “No me dijo nadie. No tiene tanta mística, yo estoy muy tranquilo ahora”. Con estas palabras, Fernando Sabag Montiel describió lo que pasó en la noche del 1° de septiembre, cuando apuntó una Bersa calibre 32 hacia la cara de la vicepresidenta, Cristina Kirchner. Aunque siempre se negó a declarar, la confesión la hizo ante los psicólogos, psiquiatras y médicos legistas que hicieron su perfil criminalístico.
Los expertos describieron a “Nando” como una persona llena de “pedantería” y “vanidad”. Es más: se siente Nelson Mandela por su condición de preso político. Dijo frases como “ajusticiar a una chorra” y “provocar una reacción en el pueblo”, como una manera de justificar su accionar. Entre las conclusiones de los especialistas, está la de que Sabag no pensó en las “consecuencias” de lo que iba a hacer. Eso no le interesó.
La defensora pidió que declaren los psiquiatras de la defensoría oficial que lo entrevistaron desde que cayó preso. “La convocatoria en cuestión obedece a que dichos profesionales, conforme consta en las dependencias oficiales, tuvieron la oportunidad de interactuar con mi asistido en detención, sobre aspectos que exceden a aquellos abordados en los informes psicológicos y psiquiátricos que se encuentran agregados hasta el momento en las presentes actuaciones; circunstancia que puede advertirse del informe experto confeccionado conjuntamente por los nombrados –sobre lo cual se explayarán en el juicio-, que se adjunta al presente y cuya incorporación por lectura al juicio solicitaré”, dijo.
Brenda Uliarte, en tanto, nunca aceptó declarar en instrucción ni someterse a peritaje psicologico. Sin embargo, días antes de que la causa se elevara a juicio, cambió de abogado y asumió la defensa Carlos Telleldín, famoso por estar acusado en el atentado contra la AMIA. En un escrito que elevó al Tribunal Oral, la joven dijo en una carta que pretendió tener el valor de una ampliación indagatoria que ella quiso evitar el atentado pero que era víctima de violencia de género por parte de Sabag. Y buscó introducir, elípticamente, la pista Milman.
“Yo no sé por qué ‘Nando’ hizo esto, pero sí sé que él no es capaz de organizar y hacer todo esto solo. Claramente alguien está atrás. Yo nunca vi a Milman pero decían que le pagaba a varias personas para que participaran en manifestaciones y con ello generar disturbios y violencia alrededor de la residencia de Cristina Kirchner. A ver. Yo no digo que financiaron el atentado pero sí financiaban para agitar y armar quilombo. Y (el jefe de los copitos preso Nicolás) Carrizo sabe todo eso, pero él va a cubrir a ‘Nando’ porque no quiere tener quilombos con los de arriba, saben que hay peso pesados”, decía.
La defensa de Brenda pidió 55 testigos, entre los que sobresalen Sabag y Carrizo porque son acusados; Agustina Díaz, las secretarias de Milman, los copitos, la ex vicepresidenta y sus custodios. Está también Mara Desiree, amiga de Brenda, Sabag Montiel y Carrizo. De hecho es Mara la que presenta a Sabag y a Brenda con Carrizo. La mujer declaró instrucción acompañada por su curador y una psicóloga, después de que la justicia civil autorizara su declaración porque estaba en duda la validez de su declaración. Allí dijo que Brenda le confesó que todo había sido planificada por ella y su novio sin terceros. “Estoy orgullosa de mi negro, de lo que hizo él”, le dijo Brenda minutos después del intento de homicidio. A Sabag Montiel lo había oído decir que él iba a “pasar a la historia” y que “iba a ser famoso”.
En tanto, el abogado Marano presentó un escrito para armar la defensa de Carrizo, en donde sobresalen testigos ya pedidos por otras partes y la novedad del polígrafo. Pero antes reclamó la recusación de dos de los miembros del tribunal -Sabrina Namer y Adrián Grümberg- por sospechas de parcialidad ya que, cree, pueden perjudicar a su cliente cuando deba sentarse en el banquillo.