Tener hijos menores no garantiza en forma automática el beneficio de prisión domiciliaria para mujeres detenidas. Un tribunal lo advirtió al negar la salida de la cárcel a una acusada por el envío de al menos dos encomiendas con droga camuflada en botellas metálicas y mates desde el conurbano bonaerense al estado islámico de Pakistán. Los paquetes no salieron del país porque se interceptaron en el aeropuerto internacional de Ezeiza durante controles de seguridad.
Su defensa había invocado la “perspectiva de género” y argumentó que para las mujeres es más duro estar presas que para los hombres. “El encarcelamiento tiene un impacto más severo sobre las mujeres que sobre los varones”, sostuvo.
Fue así que un juzgado en lo Penal Económico de primera instancia le concedió el arresto en su casa en base a la obligación de evitar vulnerar los derechos de los hijos. Pero la fiscalía no estuvo de acuerdo y ahora un Tribunal de Apelaciones revocó la decisión y ordenó que siga en la cárcel. Según se determinó, los menores van a la escuela, hacen actividades extracurriculares, tienen contacto permanente con su familia de ambos lados y hablan con la mamá por teléfono a diario. También la visitan en prisión.
La mujer espera juicio junto a su actual pareja, acusada de presunto “contrabando agravado” de droga para su comercialización. En dos controles antidrogas en el aeropuerto internacional de Ezeiza se detectaron encomiendas con diferencia de pocos días preparadas para embarcar en un vuelo hacia París, con conexión en Dubai y destino final un domicilio en Pakistán.
Un paquete se despachó desde la sucursal del Correo Argentino en Lomas de Zamora y otro en Ciudadela. En el primero de los casos, dentro la encomienda enviada el 13 de marzo pasado, se encontraron 276,5 gramos de clorhidrato de cocaína, correspondiente a 2488,5 dosis umbrales camuflados en las bases de dos botellas metálicas.
La droga se detectó en un control preventivo dos días después, por parte de la Unidad Operacional de Seguridad Preventiva del Aeropuerto Internacional de Ezeiza. En la caja había tres remeras y las dos botellas. Como remitente escrito a mano, figuraba un domicilio en el barrio porteño de Balvanera.
El 23 de marzo hubo otro envío desde la sucursal Ciudadela del Correo, para un vuelo con similares escalas y destino. Se trató de diez bombillas, una caja de té y 4 mates de plástico. En las paredes de estos últimos se encontraron 205 gramos de cocaína, correspondiente a 1854,9 dosis. El destinatario era un hombre con dirección en Pakistán. Se usó un documento de identidad falso, con la foto de la acusada insertada, según la causa judicial. La pareja quedó filmada dentro de la sucursal de Ciudadela.
Al allanarse el domicilio en el que vivía junto a los chicos, se secuestró documentación sobre otros envíos postales internacionales previos que “conforme a lo informado por la Policía de Seguridad Aeroportuaria, guardarían relación con envíos que fueron objeto de otros sumarios de prevención, en función de tener la misma dirección y/o el mismo número de teléfono del remitente.
La mujer pidió la excarcelación. En la causa se evaluó la existencia de riesgos procesales de fuga y entorpecimiento de la investigación pero, en lo relativo a los derechos del niño, la Cámara Nacional en lo Penal Económico remarcó que desde que su mamá quedó presa, los chicos están al cuidado pleno del padre, quien se trasladó a la casa de ellos. Esto resguarda el derecho de ambos “a crecer dentro del seno familiar”.
Según el fallo, la importancia del vínculo materno-filial “no puede ser considerada en abstracto, sino que debe ser evaluada” de “manera conjunta con la demás circunstancias fácticas, personales y procedimentales del caso”. “Cabe expresar que el hecho señalado por la defensa en cuanto a que E. S. A. es mujer y madre de dos niños menores -los cuales se encontraban a su cargo hasta el momento de su detención-, no obsta a que el arresto domiciliario sea denegado en razón de los riesgos procesales que se verificarían en el caso”, advirtió la Cámara Nacional en lo Penal Económico.
Más aún, se añadió, “teniendo en cuenta que los menores actualmente se encuentran a cargo del padre de aquéllos, residiendo en el entorno donde lo hacían con su madre y sin que se verifique que se encuentren en algún estado de desamparo material o afectivo” y “sin perjuicio de la situación delicada que les toca atravesar por encontrarse su madre detenida”, según la resolución a la que tuvo acceso Infobae.
Al ser entrevistado en el marco de la causa, el padre explicó que cuando su ex pareja quedó presa pidió licencia en su trabajo para ocuparse de los chicos y ante su finalización, adaptó sus horarios laborales y cuenta con ayuda de sus familiares directos.
“En las condiciones actuales en examen, en el caso no se ha acreditado una situación de desamparo material o afectivo respecto de los hijos menores de edad” y “se encuentra resguardado el derecho” que los asiste “a crecer dentro del seno familiar” porque viven con su padre, “en el mismo lugar en el que residían” con la mamá “a lo que se debe agregar que sus abuelas, tíos y primos, tanto paternos como maternos, los visitan asiduamente”, destacaron la jueza Carolina Robiglio y el juez Roberto Hornos.