La Corte Suprema de Justicia de la Nación desestimó un planteo del médico endoscopista Diego Ariel Bialolenkier, condenado a tres años de prisión condicional por su intervención en la endoscopía que desembocó en la muerte de la periodista Débora Pérez Volpin, ocurrida el 6 de febrero de 2018 en el Sanatorio de la Trinidad de Palermo.
El máximo tribunal del país rechazó por “inadmisible” la queja presentada por Bialolenkier, quien para el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N° 8 porteño tuvo responsabilidad en la muerte de la periodista y legisladora. Según los jueces, Pérez Volpin murió como consecuencia de la “conducta imprudente y negligente” del endoscopista durante el procedimiento de “video endoscopia digestiva alta” a la que se sometió la víctima.
Esa sentencia, en efecto, fue dictada en agosto de 2019 y confirmada en marzo de este año por la sala III de la Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional. La condena consistió en tres años de prisión condicional. Por su parte, la anestesista Nélida Puente quedó absuelta en ambas instancias.
Disconforme con la condena, el médico recurrió hasta la Corte Suprema, que cerró el caso -y dejó firme la resolución- con la firma de los ministros Horacio Rosatti, Carlos Rosenktranz, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti.
Con esta sentencia, queda condena contra el endoscopista. Este miércoles, se conocerá el veredicto en el segundo juicio por la muerte de Débora Pérez Volpin, causa que se abrió luego del primer proceso oral y público. Allí fueron acusados el ex director médico del Sanatorio de la Trinidad por encubrimiento y la instrumentista Miriam Frías por falso testimonio.
Débora Pérez Volpin tenía 51 años cuando murió pasadas las 17 ese 6 de febrero de 2018. Se había internado por unos fuertes dolores estomacales a los que los médicos no terminaban de encontrarle explicación. Al entrar al quirófano habló con la anestesista. Luego se durmió. Nunca volvió a despertar.
Como consecuencia del fallecimiento, se desarrolló además un juicio oral contra el exdirector del Sanatorio de la Trinidad, Roberto Martingano, y la instrumentadora médica Miriam Frías, presente en la endoscopía de Pérez Volpin. Al proceso aún le resta el veredicto final del Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N° 26 porteño.
La fiscalía y la querella requirieron tres años de prisión por presunto encubrimiento de la prueba del primer juicio para Martingano, y dos años de cárcel por falso testimonio para Frías. La defensa de Martingano a cargo del abogado Vadim Mischankuk pidió la absolución porque dijo que “no existió delito”. El miércoles 6 será el turno de las últimas palabras de los imputados que podrán hablar si así lo desean. De hacerlo, luego de ello el Tribunal fijará el horario en que se conocerá el veredicto.
La instrucción de ese caso estuvo en manos de la jueza María Fabiana Galletti, quien al procesar al exdirector de la clínica consideró que, luego de la muerte de Pérez Volpin, él había incurrido en “un accionar tendiente a ocultar prueba a los investigadores de vital importancia para la comprobación del delito y para la determinación de la responsabilidad penal”.
Según la jueza, Martingano “ordenó” que se pusiera a “resguardo únicamente la caña endoscópica” y “tomó inmediato contacto directo con todos aquellos que participaron del estudio y otros profesionales”. También “supo por sus peritos la causa probable -luego confirmada- del fallecimiento; mandó a preservar sólo una parte del equipo endoscópico y participó activamente de todas las requisitorias policiales y judiciales”.
En esa línea, la magistrada agregó: “Con toda esa información anticipada y privilegiada, siempre estuvo un paso adelante en la investigación; y, en ese contexto, seleccionó qué elementos probatorios a aportar”.
Por su parte, Miriam Frías, que estuvo asistiendo en el procedimiento donde falleció la periodista, fue procesada por el delito de falso testimonio tras repetir varias veces que no recordaba el hecho al momento de declarar en el juicio oral que se le siguió al endoscopista Bialolenkier y a la anestesista Puente. Al ser la única testigo de ese momento se generaron sospechas sobre sus dichos.