Casi dos años y medio después de su detención, comienza hoy en los tribunales de San Isidro el juicio oral contra la monja María Tellez Fajardo, más conocida en la orden de las Hermanas Trinitarias como Sor Marina, quien está acusada de abusar sexualmente de cinco menores que estaban a su cargo en un Hogar de la comunidad religiosa en la localidad de Boulogne.
Sor Marina, de 66 años y oriunda de la ciudad de San Pedro, Colombia, llega al debate imputada por el fiscal Marcelo Fuenzalida de haber cometido, entre 2017 y 2021, el delito de “abuso sexual reiterado gravemente ultrajante y agravado por haber sido cometido por una personal del culto religioso, por ser una persona encargada de la guarda y aprovechando la situación de convivencia preexistente, su relación de autoridad y que la víctima no haya podido consentir libremente dicho accionar”. Esta conducta tiene una pena máxima de 20 años de prisión.
El juicio comenzará a las 10 de la mañana en los tribunales de la calle Ituzaingo 340, en pleno centro de San Isidro, y estará conducido por el Tribunal Oral en lo Criminal 1, integrado por los jueces Sebastián Urquijo, Alberto Ortolani y Gonzalo Aquino. Se prevé que durante el transcurso de tres jornadas declaren las cinco víctimas de los “tocamientos reiterados”, quienes al momento de los hechos tenían entre 14 y 17 años de edad y residían en el Hogar de las Hermanas Trinitarias de la calle Carlos Tejedor 348, en Boulogne, como consecuencia de diferentes medidas de abrigo dictadas por distintos juzgados de familia.
La primera denuncia de abuso llegó a principios de 2021, y al tiempo se sumaron las otras cuatro. Ante el surgimiento del primer caso, la monja fue trasladada a otra sede de la congregación religiosa en San Miguel. En tanto, el requerimiento de elevación a juicio reflejó un modus operandi similar sufrido por las cinco denunciantes: habla de “tocamientos en reiteradas oportunidades” por encima y por debajo de la ropa en partes íntimas de las víctimas. Siempre en la cocina -o en su depósito-, cuyo sector estaba a cargo de la imputada, y siempre en soledad, es decir, bajo la ausencia de testigos.
“Asimismo, al promediar la víctima los 17 años de edad y encontrarse acomodando cajas en la despensa de la citada cocina, la imputada, aprovechando que la víctima se encontraba inclinada, le pasó la mano por la vagina siguiendo por la cola, sobre sus prendas, hechos cometidos aprovechando situaciones de soledad con la víctima, como así también ser una persona encargada de su guarda, la convivencia preexistente y su relación de autoridad de la institución, como así también que la situación de vulnerabilidad de la víctima hiciera que no pudiera consentir libremente la acción, hechos que fueron reiterados y que por su duración y circunstancias de realización configuraron un sometimiento gravemente ultrajante para la víctima, atendiendo su grado de vulnerabilidad al encontrase habitando el hogar de forma institucionalizada”, describió en uno de los casos el fiscal Fuenzalida, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio Especializada en Violencia de Género de San Isidro.
Por otro lado, una de las adolescentes, de entonces 14 años, durante su declaración testimonial relató: “Estaba en la cocina y aprovechando que llevaba puesta una pollera se acercó y me tocó la cola con su mano abierta desde abajo hacia arriba. También me acariciaba los pechos por encima de la remera”. Según la investigación, este hecho se produjo, supuestamente, entre 2019 y septiembre de 2020.
Otra de las menores denunció: “Mi estadía transcurrió normal en el Hogar hasta a la llegada de Sor Marina -no puedo precisar en que año fue- pero apenas ingresó ella -tendría yo 14 años- me pasó que en una oportunidad de ir a la cocina a la noche a ayudar a preparar las cosas para el desayuno del día siguiente, estaba acomodando las galletitas y el azúcar y en ese momento se me acercó Sor Marina de costado y me rozó la cola con su mano -sobre mi ropa- yo pensé bueno se le fue la mano, habrá sido sin querer, y seguí trabajando, pero al rato lo volvió a hacer pero con más presión, tocándome la cola y además la vagina, y ahí me di cuenta de que fue algo intencional, inmediatamente dejé de hacer lo que estaba haciendo y me fui rápidamente de la cocina, no le dije nada porque mucho no la conocía, me dio temor y entonces directamente me fui. Después de esto durante un tiempo me negué a ir a la cocina a ayudar (...)”.
Además de las declaraciones de las víctimas, el fiscal recabó diferentes elementos de prueba tales como el análisis de un especialista del Servicio Local de Promoción y Protección de los Niños, Niñas y Adolescentes de Tigre. Allí recibieron el testimonio de varias de las menores y concluyeron que sus discursos eran “claros y verosímiles”. Otra profesional, de la misma área gubernamental, coincidió al ponderar los relatos como “creíbles y veraces”.
Tellez Fajardo quedó en prisión preventiva el 9 de junio de 2021 por orden de la jueza de Garantías Andrea Rodríguez Mentasti. Desde entonces, declaró en dos oportunidades distintas frente a la Justicia. Como informó Infobae, en ambas negó los abusos. En su primera declaración habló de un “malentendido” con la víctima -la primera en denunciarla-, a quien podría “haberla rozado”. En la segunda, dio algunas aclaraciones donde aseguró no ser la encargada de las menores y señaló: “Sólo soy una religiosa más”. También procuró desligarse de la escena de los hechos. “Yo no estaba mucho tiempo ahí -dijo con respecto a la cocina del Hogar-, y que me quedaba sola con ellas es mentira”.
Asimismo, en esa misma instancia frente a la fiscalía Especializada en Violencia de Género aseguró que “en 37 años que tengo en la congregación nunca jamás tuve un problema”.