A través de un trabajo de restauración, el Archivo Histórico del Poder Judicial de la Nación consiguió recuperar el primer fallo de la Corte Suprema de Justicia dictado el 15 de octubre de 1863 con la firma de los jueces Francisco de las Carreras, Salvador María del Carril y Francisco Delgado.
Se trata de un texto restaurado, digitalizado y publicado por la Secretaría de Jurisprudencia en un trabajo que involucró al Departamento de Archivo Histórico del Archivo General del Poder Judicial de la Nación, cuyos objetivos principales consisten en “revalorizar la historia jurídica que dio forma a la sociedad argentina y contribuir a la comprensión integral del sistema legal del país”, según publicó este viernes el sitio de la Corte Suprema.
El fallo “Otero” fue hallado por personal del Departamento entre los anaqueles y estanterías de una sede judicial del barrio porteño de Barracas. Según informaron desde la Corte, el expediente “se encontraba traspapelado desde hacía largos años, como consecuencia de una errónea clasificación. Una vez identificado, se procedió a su registro, restauración y digitalización”.
En efecto, el 15 de octubre pasado se celebró el 160° aniversario de su dictado, para lo cual se llevó a cabo una edición especial con los aspectos más relevantes de la sentencia. Además, cada uno de los ministros del Máximo Tribunal recibió una copia impresa de la resolución.
De acuerdo a lo que explicó oportunamente la Secretaría de Jurisprudencia, el fallo “Otero, Miguel c/ Nadal, José M.” consistió en una controversia comercial entre el señor Otero -oriundo de Salta y con asiento en la Capital Federal- y una persona con quien aquel había contratado para que construya una serie de edificios en la barranca “Victoria”. “Dicta controversia finalizó en una sentencia que ordenó llevar adelante un arbitraje para resolver la liquidación de los cargos recíprocos que tenían ambas partes, de la cual Otero saldría con un importante saldo a favor”.
“El laudo, se quejó el recurrente, liquidó tan solo el cargo a favor del constructor. El Tribunal de Comercio, al revisarlo, admitió la objeción y decretó que las actuaciones volviesen al árbitro tercero para que subsanase la omisión. Pese a ello, le permitió al constructor ir ejecutando lo que ya se había dispuesto a su favor. Así lo hizo, pero pronto se declaró insolvente y debió concursarse”, continuó la explicación.
Luego agregó: “Para Otero la justicia provincial no debió permitir que el constructor y el síndico persiguieran su patrimonio a través de actuaciones separadas. Conforme lo dispuesto en el Código de Comercio, solo el síndico podía llevar adelante la ejecución. El Superior Tribunal de la Provincia de Buenos Aires no lo respaldó. Finalmente la Corte rechazó el recurso por entender que en la causa solo se debatía una cuestión de interpretación del derecho común cuya dilucidación correspondía a los tribunales de provincia”. La resolución se dictó en unanimidad, con la ausencia del juez José Barros Pazos.
La primera Corte Suprema juró la tarde del jueves 15 de enero de 1863 en el despacho del entonces presidente Bartolomé Mitre. Su primera conformación fue de cuatro ministros: Francisco de las Carreras -quien asumió como presidente-, Salvador María del Carril, Francisco Delgado y José Barros Pazos. Valentín Alsina, en tanto, tenía el acuerdo del Senado para constituirse como el quinto miembro del cuerpo, pero no aceptó la designación. Por otro lado, Francisco Pico fue nombrado primer Procurador General de la Nación.
El Máximo Tribunal funcionó con cuatro miembros hasta el mes de junio de 1865, cuando José Benjamín Gorostiaga completó la nómina. La primera sede judicial funcionó en la calle Bolívar, entre Moreno y Belgrano. Tiempo después se trasladó al edificio de la calle San Martín 273.