Todos son interrogantes sin respuestas detrás del joven iraquí que fue arrestado el jueves pasado en la puerta de la Embajada de Israel, en el microcentro porteño, con un documento presuntamente falso, justo cuando Argentina reforzó los controles sobre blancos judíos, a dos semanas de la masacre perpetrada por Hamas.
Según revelaron a Infobae fuentes de la investigación, el sospechoso M.Y.S.F., formalmente acusado de uso de pasaporte adulterado, fue indagado en la tarde del sábado por la jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal Guillermo Marijuán durante cuatro horas. Asistido por el defensor oficial Hernán Silva y un traductor vía zoom, el demorado intentó en kurdo rechazar cualquier acusación en su contra y buscó justificar su presencia en las inmediaciones de la avenida de Mayo al 700, sede de esa casa diplomática desde que una bomba voló en 1992 el edificio de Arroyo y Suipacha y provocó la muerte de al menos 22 personas.
El parte oficial de la Policía Federal describió así la situación: “Con motivo del alerta mundial recibido a raíz de los acontecimientos de conocimiento público por el conflicto que se desarrolla en el Medio Oriente; la Policía Federal Argentina, como así también la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, reforzaron la seguridad en sedes diplomáticas, templos, colegios y otras instituciones vinculadas a la Comunidad Judía. En el marco de dicho refuerzo de seguridad, personal de la Policía de la Ciudad en forma conjunta con personal de esta Institución apostados en inmediaciones de la Embajada de Israel, detectaron a una persona del sexo masculino, mayor de edad, que merodeaba la zona. El personal policial destacado en el lugar procedió a identificar al sospechoso, resultando ser de nacionalidad iraquí quien al exhibir su documentación de viaje demostró ciertas inconsistencias”. Personal del Departamento Interpol y el Departamento Unidad De Investigación Antiterrorista intervino para profundizar los detalles “sobre la identidad y documentación que poseía el mismo”.
En la tarde del sábado, en un Comodoro Py 2002 vacío, M.Y.S.F. buscó explicar qué estaba haciendo en ese lugar. Infobae pudo saber que el joven aseguró que estaba ahí porque había ido al edificio de Aerolíneas Argentinas a comprar un pasaje para viajar a Brasil en las horas siguientes. Pero los investigadores no entienden por qué tenía pensado viajar al exterior y sin reportar formalmente a las autoridades argentinas cuando justamente hace menos de un año consiguió que le dieran la condición de refugiado político.
No es la primera vez que el iraquí está frente a un juzgado federal argentino. En su relato, M.Y.S.F. afirmó que escapó de su país con un pasaporte francés y de allí se fue a Turquía, a Africa y llegó a Brasil. Vía la Triple Frontera, entró en agosto pasado a la Argentina junto a otros tres ciudadanos iraquíes. Allí nadie detectó ninguna irregularidad en sus papeles.
Sin embargo, al día siguiente, los cuatro quisieron salir del país. Y fue ahí donde se detectó irregularidades en su pasaporte. Según detalló la agencia Telam, lo que se detectó fue una “modificación en la imagen”. A través de las pruebas del cotejo forense del pasaporte se comprobó que efectivamente la imagen fue levantada, y el laminado estaba alterado. Aparentemente, luego habrían repuesto el laminado con uno nuevo.
Lo cierto es que entonces se abrió una causa ante el juez federal de Lomas de Zamora Federico Villena. El iraquí pide que le den condición de refugiado político, algo que fue concedido por la Comisión Nacional para los Refugiados (CONARE). Le entregan un documento argentino y cierran la causa en su contra, donde queda sobreseído.
Un detalle: sus “amigos” se van, pero M.Y.S.F queda acá, sin un trabajo y supuestamente sin contactos. Vivió en distintos hoteles. Según pudo saber Infobae, para la fiscalía resulta “inexplicable que el Estado argentino lo haya considerado un refugiado cuando tenía un proceso por tener un pasaporte falso”.
Y es por eso que los investigadores quieren esclarecer por qué se quedó en la Argentina y por qué, en todo caso, quería irse a Brasil en las horas previas a que fue demorado en la puerta de la Embajada.
En su poder, al momento de ser arrestado frente a testigos, la Policía Federal le encontró 450 mil pesos argentinos y un iPhone 12. Los investigadores esperan conocer si en ese teléfono pueden estar las respuestas a los interrogantes que despertó su presencia en los alrededores de la embajada. Pero el acusado está pidiendo salir en libertad. Su defensa reclamó su excarcelación. La decisión está en manos de la jueza Capuchetti, previo dictamen de Marijuan.