El procurador general interino de la Nación, Eduardo Casal, dijo que tiene la esperanza de que la política “pueda lograr los consensos para la designación de un procurador efectivo”. Sin embargo, aclaró que eso no significa su retiro: “Me considero con la convicción y la energía para seguir en el cargo”, dijo.
Así se expresó el jefe de los fiscales nacionales y federales en un almuerzo del Rotary Club de Buenos Aires en el que fue el invitado especial y que habló ante unos 100 socios de la entidad civil. Casal también habló de lo que llamó los “embates” del gobierno de Alberto Fernández por los 18 pedidos de juicio político que tuvo y la intención del kirchnerismo de reformar la ley del Ministerio Público Fiscal para sacarlo del cargo: “Las vías institucionales las estaban retorciendo un poco”.
Casal es procurador general ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación desde 1992 y en noviembre de 2017 asumió al frente del organismo. Fue ante la renuncia de su entonces titular Alejandra Gils Carbó -duramente criticada por el gobierno de Mauricio Macri- y ocupó el lugar por ser el procurador más antiguo ante la Corte, tal como establece la ley. “Cuando asumí ideé un plan para cuatro o cinco meses. Pero el mandato superó a varios procuradores efectivos”, contó.
La designación del Procurador está a cargo del Senado de la Nación a propuesta del Gobierno. Para su aprobación se necesitan dos tercios de los votos, una mayoría especial. Macri propuso para el cargo a la jueza del Superior Tribunal de Justicia de la ciudad de Buenos Aires, Inés Weinberg de Roca, pero el peronismo vetó su nombre y el Senado nunca trató su pliego.
Con la llegada de Alberto Fernández a la Presidencia, una de las primeras decisiones que tomó fue la de proponer como procurador al juez federal Daniel Rafecas. Pero no contó con el apoyo de Cristina Kirchner y el pliego nunca se trató. Así, el interinato de Casal cumplirá seis años el mes que viene. A partir del 10 de diciembre el próximo presidente de la Nación tendrá la chance de buscar los consensos para nombrar al funcionario, entre otros cargos clave de la justicia que están vacantes como uno en la Corte Suprema desde octubre de 2021 por la renuncia de la jueza Elena Highton de Nolasco.
“El Ministerio Público Fiscal como uno de los pilares de la República”, fue el nombre de la charla que dio Casal este mediodía. Estuvieron presentes el presidente del Rotary Club de Buenos Aires, Juan Insua, el juez del Superior Tribunal de Justicia de la ciudad de Buenos Aires Santiago Otamendi, el procurador General de la ciudad, Gabriel Astarloa, el secretario de Coordinación Institucional de la Procuración General, Juan Manuel Olima Espel, y los abogados Francisco Castex y Ezequiel Cassagne, entre otros.
Casal contó que su llegada a la Procuración se dio en el medio de “criticas y disputas de distintos sectores”. Concretamente era la pelea entre el macrismo y el kirchnerismo por la continuidad en el cargo de Gils Carbó. Casal relató que “había que reafirmar el valor de la institucionalidad”.
El jefe de los fiscales señaló que en los seis años que lleva en el cargo sufrió “embates con 18 pedidos de juicio político”, que se presentaron durante el gobierno de Alberto Fernández. “Se desvanecieron pero significaron un entorpecimiento del trabajo. Fueron épocas de un clima por demás hostil. Me decían que estaba usurpando el cargo, pero el cargo estaba libre, había que ocuparlo”, contó y luego dejó entrever que pensó en renunciar: “Fue tan grande el apoyo de fiscales y de mi equipo de trabajo que opté por continuar”.
También hizo referencia al intento del oficialismo de intentar reformar la ley del Ministerio Público Fiscal para apartarlo del cargo sin juicio político, lo que fue aprobado en el Senado, pero no pasó por Diputados porque el kirchnerismo no tuvo los votos. “Las vías institucionales las estaban retorciendo un poco”, dijo sobre ese punto.
En ese contexto, Casal pidió por la cobertura del cargo: “Aliento la esperanza que los poderes políticos puedan lograr los consensos para la designación de un procurador efectivo” y agregó que eso sería lo mejor “para el fortalecimiento institucional” del organismo.
Luego de su exposición, la periodista Clara Mariño le hizo preguntas. Una fue de por qué creía que no se habían logrado esos consensos. “Se requiere un acuerdo de dos tercios y eso hace que ninguna facción política por si sola puede imponer un candidato”, dijo y evitó decir que fue un fracaso de la política y señaló que “ha faltado la capacidad o existieron otras prioridades”.