Siete años y medio después, el juicio por la muerte del hijo de Freddy Storani entra en la etapa final. A partir de las 9 de la mañana de este lunes se realizarán los alegatos donde el fiscal Diego Callegari pedirá la condena de Pablo Torres Lacal (55) por el delito de triple homicidio simple con dolo eventual, con una pena que oscila entre los 8 y 25 años de prisión. Por su parte, la defensa de quien esa madrugada del 31 de marzo de 2016 timoneaba la lancha que embistió a otra embarcación y provocó las muertes de Manuel Storani, su madre Ángeles Bruzzone y Francisco Gotti -un amigo del acusado-, pedirá su absolución para que siga en libertad.
Será un día crítico en los tribunales de San Isidro. En la sala grande de audiencias del entrepiso del edificio ubicado en la calle Ituzaingó 340, tanto la fiscalía como la querella del histórico dirigente radical y los abogados de Torres Lacal tendrán dos horas cada uno para ofrecer sus alegatos, es decir, para exponer lo que consideran que está probado en la causa en base a las pruebas que se produjeron a lo largo del debate que comenzó hace una semana.
En efecto, fue una semana cargada de emociones. Frente al Tribunal Oral en lo Criminal 1 pasaron más de una decena de testigos que recordaron o dieron cuenta del trágico episodio ocurrido en el canal Vinculación del Delta de Tigre. Ahora es el momento de las partes para recopilar y plantear en concreto sus posturas: culpable o inocente; prisión o libertad.
Por otro lado, al final de esos alegatos Torres Lacal tendrá la oportunidad de brindar sus últimas palabras. Con él cerrará formalmente el debate, y los jueces Sebastián Hipólito Urquijo, Alberto Ortolani y Gonzalo Aquino pasarán a deliberar la decisión. Aún no se sabe cuándo dictarán su veredicto, pero en cualquier caso, el plazo procesal les otorga cinco días desde el cierre del juicio para redactar la sentencia. Ese plazo podría ampliarse en virtud de la complejidad del hecho que se juzga.
La hipótesis del fiscal Callegari y del querellante Carlos Acosta -en representación del ex diputado nacional- es la siguiente: Torres Lacal, al mando de su lancha deportiva Shark II con motor fuera de borda, actuó de modo tal que “despreció” el valor de la vida. Sobre todo si se considera el zigzagueo y la velocidad a la que sometió a su lancha en medio de la noche y en un canal sin visibilidad. El dolo eventual implica que el timonel “se representó en su cabeza” que las muertes podrían ocurrir, y, aun así, continuó con su accionar. 25 años es la pena máxima para esta clase de delitos.
Pero la acusación también postula un encuadre alternativo para el caso en que los jueces del tribunal consideren que no existió dolo eventual esa madrugada en el Delta: “homicidio con culpa”, cuya pena se extiende hasta los seis años de cárcel. Esto significaría que el acusado fue “imprudente” o “negligente” al maniobrar su lancha y embestir el costado derecho de la Mad II con su proa.
Son momentos realmente decisivos para una causa que empezó a investigarse en la UFI de Rincón de Milberg y acumula un expediente de más de 2400 fojas. Para el abogado de Federico Storani, cuyo hijo Manuel (14) murió en el acto esa noche, “Toda la prueba que veníamos a hacer valer está producida, aumentada y revalorada en la audiencia. Lo que traíamos se multiplicó”. Y agrega: “Hay testigos que fueron un verdadero mazazo contra la hipótesis -absolutoria- de la defensa”.
Se prevé una sala colmada de familiares y amigos de la familia Storani, quienes acompañaron con temple y dolor cada relato evocado en las audiencias durante la semana que pasó. Será el tiempo de escuchar a las partes y esperar el veredicto.