“Game over”. El alerta se prendió en los chats de los celulares: los cuatro ministros de la Corte Suprema sellaban el final de la carrera judicial de Ana María Figueroa, presidente de la Cámara Federal de Casación que cumplió 75 años el 9 de agosto pasado y no obtuvo a esa fecha el aval del Senado para seguir por cinco años más. A esa hora, Casación estaba reunida con Figueroa para destrabar su situación. Pero se ve que algunos ya sabían lo que se estaba por suceder: sorpresivamente, la reunión del plenario se interrumpió a las 15. “Cuarto intermedio hasta las 16.30″, se informó sin detalles. Dos jueces salieron del edificio, prometiendo volver. A las 15.15, la Corte ya había terminado con la discusión que Casación venía dilatando: ya no era más jueza. Figueroa se enteró de la noticia en la sala de audiencias donde aún encabezaba la frustrada reunión. “¿Es verdad?”' alcanzó a preguntar. Volvió a su despacho a hablar con sus colaboradores. Preparaba sus cosas para despedirse.
Con el tema terminado y las broncas -o sonrisas, depende el bando- de algunos dando vueltas, la Sala I de Casación resolverá en las próximas horas qué hace con las dos causas en las que intervenía Figueroa y que le importan a Cristina Kirchner: el caso Hotesur-Los Sauces y Memorándum con Irán. Son expedientes que se habían cerrado en 2021 en los dos tribunales orales que tenían que hacer el juicio diciendo que no había delito. Apelaciones mediante, Casación debe resolver si convalidaban esa decisión o avanzan hacia juicio oral para que se resolviera allí. Esa discusión venía demorada en la Sala I. Figueroa aseguró que sus votos (o mejor dicho, su proyecto sobre el caso) se guardaban en la caja fuerte, pero los fallos no salieron antes de su cumpleaños, cuando para la Corte Suprema perdió su condición de jueza.
Ahora, son los jueces Diego Barroetaveña y Daniel Petrone los que deben zanjar la cuestión sobre el futuro de Hotesur-Los Sauces y Memorándum. Si están de acuerdo, pueden sacar el fallo con dos firmas. Si no, habría que convocar a un tercer juez.
Por lo pronto, la Casación resolvió hoy mismo por sorteo quién subrogará la vocalía 10, el lugar de Figueroa: ç la suerte decidió que fuera Slokar, el principal aliado de la jueza desplazada. También se resolvió que el juez Gustavo Hornos subrogue el lugar de Juan Carlos Gemignani, de licencia por un año. La presidencia queda en manos de Mariano Borinsky, la vicepresidencia de Daniel Petrone y la segunda vicepresidencia de Diego Barroetaveña.
Un detalle del nuevo tablero en Comodoro Py: la vocalía 10 de Figueroa estaba hasta ahora en la presidencia. A partir de ahora, quedará en la Sala III, por lo tanto Slokar no intervendría en la discusión de Hotesur y Los Sauces y Memorádum si hubiera un tercero a convocar, indicaron a Infobae fuentes judiciales.
En el expediente Memorándum, de tener la necesidad de un tercer juez, el lugar lo ocuparía el actual integrante de la Sala 1 Carlos Mahiques. Para la causa Hotesur ya intervino en un incidente Javier Carbajo, por lo que se descuenta que sería él el elegido. Mahiques estaba excusado porque su hijo, Ignacio Mahiques, fue fiscal en ese expediente.
Mientras tanto, la comisión de Selección del Consejo de la Magistratura podrá avanzar con la cobertura de la vacante que se genera con la salida de Figueroa. La Corte les mandó la notificación. Ya tenían este tema en agenda sin resolver. Casación ya tiene otras dos vacantes por los cargos que dejaron Ángela Ledesma y Eduardo Riggi. Y un concurso abierto en donde los postulantes ya dieron un examen, pero ni siquiera están las notas. Tres cargos vacíos en un tribunal de trece.
Es probable que con la salida de Figueroa, en el Senado se destrabe la discusión sobre otros 70 y pico de pliegos que estaban pendientes, señalaron en tribunales.
El 9 de agosto Figueroa cumplió 75 años. El artículo 99 de la Constitución Nacional, en su artículo 4, habla de las atribuciones del Presidente de la Nación y señala que para que un juez continúe en su cargo, después los 75 años, necesita tener el acuerdo del Senado y el nombramiento del Jefe de Estado. Hasta ayer, Figueroa no tenía el acuerdo ni el nombramiento. Pero sí tenía el pedido del Ejecutivo para que continuara, la audiencia a la que fue ante el Senado y la certeza de que, apenas consiguiera quorum, el oficialismo buscaría ratificarla en su cargo. El kirchnerismo nunca pudo tratar el tema en el recinto. Pasaron más de 20 días desde que Figueroa cumplió los años.
El 10 de agosto, cinco integrantes de la Cámara Federal de Casación Penal, reunidos en acuerdo de superintendencia, decidieron notificar al presidente del Consejo de la Magistratura, Horacio Rosatti, que su colega había alcanzado la edad prevista en la Constitución Nacional para ejercer como jueza y que “como es de público conocimiento no se ha completado al día de la fecha el trámite parlamentario para un nuevo nombramiento”. En base a ello, advirtieron: “La situación podría devenir en el cese de sus funciones”. Así, mandaron la pelota al Consejo de la Magistratura y a la Corte Suprema.
El Gobierno, a través del viceministro d Justicia Juan Martín Mena, le pidió al Consejo y a la Corte que esperaba a completar el año parlamentario para dar tiempo al Senado a tratar el caso de Figueroa. En el mientras tanto, la jueza siguió asistiendo a su despacho, pero sin firmar sentencias. No hubo más reuniones de superintendencia. Mariano Borinsky, vicepresidente, firmaba momentáneamente las cuestiones formales de presidencia sin terminar de asumir el cargo como tal. Esto abrió un conflicto administrativo: qué pasaba con el cargo de presidente del tribunal y la vocalía de Figueroa a la hora de los sorteos de las causas.
Este martes, Casación organizó un plenario que encabezó la propia Figueroa para resolver esta cuestión. Fue una reunión tensa. Ella dijo que ahora volvería a firmar. “La firma es un atributo del cargo. ¿Por qué no firmabas hasta ahora?”, se escuchó decir. Figueroa respondió que la atacaban por ser mujer y que había habido otros casos de jueces con 75 años y sin acuerdo que pudieron continuar con aval de la propia Casación. Slokar se opuso a sus colegas diciendo que la querían correr. La solución pareció llegar cuando se dijo la palabra licencia.
¿Qué tipo de licencia y cómo? Fue la propia Figueroa la que le dijo a los periodistas acreditados en tribunales, entre los que estaba Infobae, que sería una licencia extraordinaria, sin goce de sueldo, por 30 días. Eso permitía a sus colegas cobrar la subrogancia. Pero la respuesta al pedido de licencia implicaba también una respuesta implícita a si seguía siendo jueza, advirtieron los periodistas.
Los jueces resolvieron pasar a un cuarto intermedio hasta hoy y en el mientras tanto se harían las consultas con la Corte para ver si se hacía lugar a la licencia. El encuentro estaba fijado para las 13, pero empezó más tarde. Una vez más la discusión volvió a trabarse: ¿poner en la nota que era una licencia o que Figueroa tenía un impedimento para poder seguir en su cargo?
Esta vez no hubo sanguchitos y de entrada, la reunión se “picó.” Figueroa preguntó cuáles era las urgencias a resolver y destapó una lista de las causas atrasadas que había en cada sala. Algunos se indignaron. Mahiques, igual que sucedió ayer, comenzó a contestar pero sin dirigirse a Figueroa sino al que reconocía presidente: Borinsky. Otro quiso intervenir. “A quién le tengo que pedir la palabra”, quiso mediar. Hubo que calmar las aguas. Pero la discusión era la misma: algunos querían darla por cesada y otros cubrir las subrogancias sin detalles. El sector duro contra Figueroa tenía los votos para ganar.
A las 15, imprevistamente, la reunión se interrumpió. Se fijó un cuarto intermedio hasta las 16.30. Uno de los magistrados dijo que tenía un turno médico impostergable, pero que ya estaba todo resuelto y que volvía a la hora fijada. Otro también se fue raudamente prometiendo volver. Un tercero caminaba por el pasillo. “Si estaba todo resuelto, ¿por qué demorar la resolución?”, preguntó Infobae a otro de sus colegas. “¿Qué todo resuelto?”, contestó con ironía.
Así, entre idas y vueltas, la solución llegó desde WhatsApp. El fallo de la Corte Suprema inundó los teléfonos de jueces y periodistas. Ya no había más nada que discutir. Para los jueces de la Corte, Figueroa terminó su cargo como jueza el día que cumplió los 75 años. Lo dijo basándose en su propio fallo cuando también jubiló a Leopoldo Schiffrin. Para los de Casación, la Corte actuó por el impulso de ellos.
Figueroa se enteró en la sala de audiencias. El secretario de Casación le mostró las notificaciones del Whatsapp con Infobae dando la noticia. La decisión la sorprendió. “La vi sola”, describió a Infobae uno de sus colegas cuando todo ya había pasado.
Para cuando sus colegas a la sala de acuerdos volvieron Figueroa ya se había ido del edificio. Algunos vieron alguna lágrima. El acuerdo de Casación se reanudó pasadas las 16.30. Y ahí se definió las nuevas autoridades y las vocalías vacantes. La de Figueroa quedó en manos de Slokar, su principal aliado, pero -al parecer- sin resolver en las dos causas que miraba la política. Es que la vocalía de Figueroa estaba en la presidencia y cuando pasa por ahí pierde la sala a la que pertenecía Seguramente también habrá planteos sobre eso.
A partir de ahora, la composición en Casación quedó así: Sala 1 a cargo de Barroetaveña, Petrone y Mahiques; la Sala II, con Guillermo Yacobucci, Angela Ledesma y Slokar; la Sala III con Hornos, Petrone y Slokar; y la Sala IV con Borinsky, Hornos y Carbajo.
Seguir leyendo