Atentado a CFK: Gerardo Milman entregó su celular pero sus comunicaciones todavía no podrán ser peritadas

Tras la decisión de la Cámara Federal porteña, la jueza Capuchetti envió a la titular de la Cámara de Diputados el pedido para el trámite en el marco de la ley de desafuero del legislador. El abogado del diputado del PRO adelantó que apelarán la orden para analizar el teléfono

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Gerardo Milman (Maximiliano Luna)
Gerardo Milman (Maximiliano Luna)

A días de cumplirse un año del atentado a la vicepresidenta Cristina Kirchner, la causa que investiga el caso volvió a tener sorpresas: después del fallo de la Cámara Federal porteña, el diputado del PRO Gerardo Milman se presentó esta mañana en el juzgado de María Eugenia Capuchetti, a través de su abogado, para entregar su teléfono, revelaron a Infobae fuentes judiciales. Sin embargo, advirtió que no avala la orden del análisis de su celular, que apelará a la Cámara de Casación porque se están violando sus garantías constitucionales, y porque requiere que se cumpla el procedimiento establecido en la Ley de Desafuero.

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El viernes pasado, la jueza Capuchetti había informado a la presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau, sobre la decisión de la Cámara Federal porteña para proceder al secuestro en el marco de la ley de desafuero. El abogado de Milman, Claudio Barros, se presentó este martes en los tribunales, con el teléfono. Lo entregó pero advirtiendo que la decisión no puede ser considerada firme. La jueza llamó a agentes de la Gendarmería y a testigos para proceder al secuestro. El celular quedó bajo llave en la caja fuerte del juzgado mientras dure el trámite. Ahora, la jueza volverá a informar de esta situación a la Cámara Baja.

Con esta decisión, en fuentes judiciales descuentan que el celular quedará intocable hasta que se esclarezca la situación: por un lado, a la espera de la revisión que pueda hacer la Casación, con la intervención de los jueces Guillermo Yacobucci, Alejandro Slokar y Angela Ledesma, de la orden del secuestro del celular. Y por otro de lo que pueda entender que hay que hacer el Congreso, en el marco de lo previsto por la ley de desafueros.

Se trata de un caso inédito. El artículo 1 de la ley de Fueros establece: “Cuando, por parte de juez nacional, provincial o de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se abra una causa penal en la que se impute la comisión de un delito a un legislador, funcionario o magistrado sujeto a desafuero, remoción o juicio político, el tribunal competente seguirá adelante con el procedimiento judicial hasta su total conclusión (...). En el caso de dictarse alguna medida que vulnera la inmunidad de arresto, la misma no se hará efectiva hasta tanto el legislador, funcionario o magistrado sujeto a desafuero, remoción o juicio político no sea separado de su cargo (...) No se podrá ordenar el allanamiento del domicilio particular o de las oficinas de los legisladores ni la intercepción de su correspondencia o comunicaciones telefónicas sin la autorización de la respectiva Cámara”.

Técnicamente, Milman no estaba imputado. Pero un abogado defensor se presentó en la causa y se opuso al secuestro del teléfono. La Cámara Federal, por dos votos a uno, resolvió el jueves pasado hacer lugar al pedido del fiscal Carlos Rívolo, que reclamó el secuestro del celular después de que una de sus colaboradoras reveló que habrían borrado el contenido. La decisión fue fijada por los jueces Pablo Bertuzzi y Leopoldo Bruglia, con expresas instrucciones a la jueza para garantizar la privacidad y atento a la gravedad institucional del hecho que se investiga. En el voto en minoría, opiniéndose, el juez Mariano Llorens hizo hincapié en que la ley de fueros no protege “solo la opinión de los legisladores, sino su trabajo, su despacho, el trabajo del cuerpo y en definitiva el funcionamiento normal del Parlamento”.

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El 1 de septiembre pasado, Cristina Kirchner llegaba a su casa en el barrio de La Recoleta, y saludo a la militancia que desde que el fiscal Diego Luciani había pedido su condena a doce años de prisión se había instalado en su casa para saludarla. Entre el público, estaba Fernando Sabag Montiel, quien sacó de sus ropas un revólver y le apuntó a la cabeza. Gatilló pero el tiro no salió porque no había bala en la recámara. Fue atrapado por los militantes mientras la custodia no había advertido lo que había sucedido. CFK recién se dio cuenta cuando entro a su casa y lo vio por televisión.

El momento en que atentaron
El momento en que atentaron contra Cristina Kirchner en la puerta de su casa

Sabag Montiel y su novia, Brenda Uliarte, están acusado del intento de homicidio. Junto a su jefe, Nicolás Carrizo, sospechado de ser un partícipe secundario, fueron enviados a juicio oral. La jueza Capuchetti y el fiscal Rívolo siguen analizando las aristas sueltas de la causa. Allí la atención de la qurella está puesta en la pista que se abrió el 23 de septiembre cuando un asesor legislativo del Frente de Todos dijo que había escuchado, 48 horas del ataque, a Milman diciéndole a dos jóvenes “cuando la maten yo voy a estar en la costa”. Las mujeres, secretarias de Milman, fueron llamadas a declarar y dijeron que nunca habían escuchado eso. La querella reclamó el secuestro del teléfono de las testigos, algo a lo que Capuchetti se opuso. Ahí también, por dos votos a uno, fue la Cámara Federal la que ordenó llevar adelante la medida. Las mujeres entregaron el teléfono avisando que una lo había borrado para proteger su privacidad y la otra que había cambiado el equipo.

En mayo pasado, Ivana Bohdziewicz , una de las secretarias de Milman, reapereció en tribunales para pedir declarar diciendo que la había echado, que se sentía presionada por una ex amiga Carolina Gómez Monaco y deseaba revelar que el teléfono había sido borrado en unas oficinas de Patricia Bullrich en la Avenida de Mayo, durante una reunión en la que participaron Milman, Gómez Mónaco y un asesor tecnológico. “Estaba preocupada por mi vida personal, en ese momento los medios estaban muy activos. Entonces decidieron borrar todo y yo accedí. No pensé que sería tan grave y que me afectaría hacerlo”, afirmó Bohdziewicz según la declaración a la que tuvo acceso Infobae. Insistió en que no se mencionó el atentado ya que ella no estaba al tanto. También mencionó que el supuesto experto que borró el teléfono no lo hizo correctamente, pues al adquirir un nuevo dispositivo y colocar el chip, toda la información eliminada reapareció. También dijo que Milman también estaba allí manipulando su propio teléfono. En ese contexto, Rívolo pidió el secuestro del celular.

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