Como los políticos, como los empresarios, como los encuestadores, como los ciudadanos… Comodoro Py llega a estas elecciones con muchas preguntas pero sin respuestas. Es un escenario desconocido para los jueces que, en muchas ocasiones, se jactan de saber leer el poder. Esta vez: no hay atajos. Están tan desorientados como el resto de los mortales. “Hay que esperar”, repiten en varios despachos por los que circuló Infobae. “En términos judiciales nadie sabe a dónde va nada”, señaló otro integrante del edificio de Retiro. Sin embargo, eso no quiere decir que no tengan sus propias lecturas del escenario que se presenta en estas PASO, de cara a las elecciones que entre octubre y noviembre (si como todo indica, habrá balotaje) definirá el nombre del próximo ocupante del sillón de Rivadavia.
“El Poder Judicial percibió que la política es muy cambiante y no se va a jugar por ninguno. Ya no hay un emparentamiento con alguna línea, como lo pudo haber en algún momento”, explicó un juez a este medio. Eso, de todas maneras, habrá que verlo cuando las cartas de la elección estén echadas. “Hay que ver por cuánto gana el que gana. Esto es agosto. Todavía falta para octubre”, acotó otro de los consultados. “Acá están hablando con todos. Y eso marca la temperatura de lo que pase. Hablan con todos porque no saben quién gana”, graficó a este medio un histórico integrante del edificio.
El tema es tener garantizado el diálogo, sobre todo para los temas por venir. Uno de ellos es clave: el futuro Procurador General. El juez Daniel Rafecas, postulado por Alberto Fernández a inicios de su gestión, ni siquiera consiguió que la vicepresidenta tuviera voluntad de tratar su pliego en el Senado. Ahora, aunque no se sabe aún quién va a llegar a la Casa Rosada, hay dos nombres de jueces de Comodoro Py que ya están circulando en los despachos del poder como futuros candidatos a ese cargo. El que sea, necesitará del aval de los dos tercios de la Cámara Alta, en un Congreso dividido. La política buscará en ese candidato un personaje “ordenador”: hoy no hay un líder claro y así lo ven en las suertes de algunos expedientes.
Pero son todas especulaciones. Ni siquiera está claro si en el Congreso podrá haber diálogos para lograr consensos. Golpeados por el escándalo de Lago Escondido, Comodoro Py también tomó nota de que el oficialismo perdió el quórum en el Senado, que en Diputados la única agenda fue el juicio a la Corte Suprema, que se va marchitando; y que en el Consejo de la Magistratura no se ocupará ninguna vacante hasta el año próximo. En el mientras tanto apareció el misterio de los hackeos a celulares, la creación de líneas truchas y el robo de declaraciones juradas, que los hizo sentir que estaban en el blanco.
Es un secreto a voces que, al igual que el establishment, jueces y fiscales no ven grandes diferencias entre sí si llegan a la batalla final Sergio Massa y Horacio Rodríguez Larreta. Pueden tener preferencias por uno o por otro, pero los dos tienen buena llegada al mundo judicial y ninguno vaticina que saldrán a “cortar cabezas”, como se especulaba cuando Cristina Kirchner regresaba en 2019 al poder de la mano de Alberto Fernández y con varios juicios en marcha.
Patricia Bullrich, en tanto, no tiene lazos tan directos, pero mientras fue ministra de Seguridad del macrismo siempre “trabajó bien” con Comodoro Py. Además, la precandidata de los halcones del PRO tiene en su agenda el discurso de la corrupción. Javier Milei no es un nombre que se escuche en los tribunales como opción. Le abrieron una causa para investigar si, como se denunció, negociaba lugares en las listas, pero quedó todo frizado a la espera de los comicios.
“Está claro que hay olor a fin de época. Los que vengan, no estuvieron antes; no están pensando en sus causas. Se destraba la lógica de Cristina-Macri. Los dos ya están de salida. Si cortamos con esa dicotomía, ya eso es saludable”, comentó un juez de cara a los comicios.
En general, en los años electorales, y más presidenciales, el edificio de Comodoro Py siempre ha elegido moverse a paso lento, salvo raras excepciones como el terremoto político que había generado la denuncia del Memorádum con Irán y la muerte del fiscal Alberto Nisman en 2015. Jueces y fiscales saben que cualquier cosa que hagan es leída en clave electoral, como apoyo o perjuicio para alguien. “Nunca es buen momento para sacar nada. Siempre todo puede ser malinterpretado y así es imposible”, señaló un camarista. “¿Cuándo es un buen momento si trabajamos de ver causas?”
“¿Qué piensa Comodoro Py de las PASO? Poné un fardito en el desierto… Si acá no viene nadie”, contestó entre risas un secretario consultado para esta nota. El chiste no se trata solo de presencias porque, pandemia mediante, el home-office se hizo regla y los pasillos están vacíos sin abogados circulando. También alude al ritmo de las causas.
En los años del macrismo, se activaron denuncias dormidas durante el kirchnerismo y se radicaron otras con la nueva gestión: la actividad de los juzgados explotaba. Hoy la mayoría de esas causas se mandaron a juicio, con distinta suerte. Ya no esta en manos de los jueces que tiene más visibilidad. En la gestión Alberto Fernández-Cristina Kirchner, en tanto, el oficialismo se concentró en las denuncias de espionaje contra el macrismo y buscó que crecieran por afuera del edificio de Retiro, pero todas terminaron aterrizando allí. Hubo una causa, sin embargo, que salió de Comodoro Py para irse a otro tribunal: la causa por la fiesta de Olivos, que tiene aún como imputado al presidente.
Ocupando el sillón de vice, Cristina Kirchner fue condenada en diciembre pasado a seis años de prisión. Lo entendió como una proscripción. De regreso al poder, consiguió, no obstante, hacer caer el caso de dólar futuro, el expediente Hotesur y Los Sauces y la acusación por encubrimiento al atentado a la AMIA. Pero ninguna de esas medidas está firme.
El futuro de Hotesur/Los Sauces y de Memorándum está en manos de la Sala I de la Cámara Federal de Casación que ha venido demorando por más de un año y medio una resolución sobre si el juicio estuvo bien levantado. Una de sus integrantes, Ana María Figueroa, cumplió esta semana 75 años y, más allá de sus expuestas intenciones, el oficialismo no ha podido conseguir el quórum para conseguir revalidarla por cinco años más. Ahora, llegó el cumpleaños y algunos entiende que, como en un Gran Hermano judicial, tiene que abandonar la casa. Figueroa y el oficialismo entienden que puede seguir sentada en su despacho mientras dure el trámite parlamentario de su pliego. Y en ese mientras tanto ¿se resuelve si CFK va a juicio oral junto a sus hijos Máximo y Florencia Kirchner por lavado de dinero por los negocios que hacía la familia con empresarios contratistas del Estado en su gobierno?
En eso estaba ocupado Comodoro Py mientras se vivían las últimas horas de campaña, en medio de la tragedia por el crimen de Morena Domínguez, la nena de 11 años asesinada por motochorros en la puerta de su escuela, en Lanús; y el fusilamiento a sangre fría del médico Juan Carlos Cruz, el cirujano que se dedicaba a salvar vidas y se le ocurrió tratar de bajar un aire acondicionado del baúl de su auto en la puerta de su casa a plena luz del día.
No son los expedientes que manejan los tribunales de Retiro, donde se analiza la corrupción, el narcotráfico y el lavado de dinero. Pero cuando la sociedad reclama justicia, los hombres de Comodoro Py no están ajenos. “Somos el establishment de la Justicia, pero la crisis es de todos”, resumió un fiscal consultado para este nota.
Seguir leyendo