La justicia de Córdoba condenó a 11 personas a penas de entre tres y cinco años de prisión por realizar estafas en la plataforma Marketplace a usuarios que vendían distintos productos electrónicos como computadoras o consolas de videojuegos mediante la compra con comprobantes de transferencias falsos y que después revendían.
Esta semana Marketplace fue noticia porque mediante esa página se pactó la venta de un auto y el comprador Domingo Acosta Aquino, de 58 años, fue asesinado este lunes en la localidad bonaerense de Castelar por delincuentes que le robaron los 5 millones de pesos en efectivo que llevaba para hacer la operación.
El titular del juzgado de Control y Faltas 10 de Córdoba, Juan Manuel Fernández López, condenó a los acusados luego de determinarse cómo se realizaba la maniobra de estafa. Los imputados tenían perfiles falsos en Marketplace y contactaban a usuarios que vendían productos tecnológicos, como consolas de videojuegos, teléfonos inteligentes, computadoras o televisores. No solo lo hacían mediante esa plataforma, sino también por medio de redes sociales.
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Se mostraban interesados en los productos, negociaban el precio del artículo, lo compraban y pactaban una reunión para retirarlo, en general en el domicilio del vendedor, y siempre decían que iban a pagar mediante una transferencia bancaria. En la casa del vendedor les enviaban el comprobante de la transferencia bancaria pero que era falso. La investigación judicial determinó que esos comprobantes eran confeccionados por otros miembros de la banda.
Muchas víctimas no advertían la maniobra y entregaban el producto. Pero otras chequeaban si la transferencia efectivamente había ingresado en sus cuentas. Como eso no ocurría, la banda tenía otro engaño preparado: les mostraban capturas de pantalla de sus teléfonos con la supuesta transferencia y que, por supuesto, estaba adulterada. Así se llevaban los productos.
Lo robado era vendido por la banda. Los condenas fueron dictadas por ocho hechos por los delitos de asociación ilícita y estafa reiterada. Los acusados reconocieron su responsabilidad en los casos por los que fueron acusados y pactaron las penas con la Fiscalía que fueron homologadas por el juez Fernández López.
Ricardo Nereo Miranda fue condenado a cinco años de prisión de cumplimiento efectivo por ser el jefe de una asociación ilícita y coautor de estafas reiteradas. Mientras que a los restantes integrantes de la banda -Germán Agustín Ludueña, Agustín Alfonso, Rodrigo Esteban Lezcano, Francisco Agustín Flores, Agustín Matías Camayo, Karen Mayra del Valle Barros, Javier Alejandro Correa Almada, Nicolás Salvador Francisco Cejas Rodríguez, Marcelo Fabián Oresti y Federico Agustín Torres- se les aplicó una pena de tres años de prisión de cumplimiento en suspenso, según informó el Poder Judicial de Córdoba.
El crimen de Castelar
Aquino pactó la compra de un auto para regalárselo a su hijo y acordó con los vendedores la operación en el cruce de las calles Ventura Bustos y Padre Arrieta, en Castelar Norte, muy cerca del Plaza Oeste Shopping. Cuando Domingo y su esposa, Braulia González, su hijo Cristian y su nuera llegaron al lugar acordado, fueron abordados por delincuentes armados que lo asesinaron de un tiro en la cara para llevarse el dinero con el que el hombre pensaba pagar el auto: cinco millones de pesos. Luego, los ladrones huyeron en el vehículo de las víctimas.
En base a la declaración que Braulia dio en la Comisaría 7ª de Morón se determinó cómo fue la secuencia del homicidio. Ella, su esposo, su hijo y su nuera llegaron al lugar pactado a bordo de un Ford Focus de color blanco. La familia se trasladó por más de 15 kilómetros hasta Castelar con la ilusión de comprar un vehículo de la misma marca y modelo del que tenían. La diferencia es que el dueño sería el joven de 29 años.
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Una vez que arribaron a la esquina del encuentro, después de las 14, la familia descendió del vehículo. Domingo, en cambio, se quedó a bordo del automóvil, en el asiento del conductor. Como no vio a nadie, Cristian les envió un mensaje de texto a los falsos vendedores para decirles que los estaban esperando. Los delincuentes le respondieron que estaban por llegar. Fue entonces que se desató la tragedia.
Allí, dos delincuentes encapuchados y armados se dirigieron directamente a Domingo. Le exigieron a punta de pistola que les diera el dinero, pero la reacción inmediata del hombre fue bajarse de su Ford Focus y enfrentarlos. Tras forcejear con ellos y moverse hasta la parte de atrás de su auto, uno de los ladrones le pegó un disparo en el rostro.
Cristian, por su parte, corrió para ayudar a su padre y también fue herido: recibió un tiro en la pierna izquierda. Con padre e hijo completamente reducidos y heridos, los delincuentes se subieron al auto de los Acosta y huyeron con el dinero.
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