El 21 de marzo, Ezequiel Nuñes Pinheiro, el hacker misionero acusado de espiar a jueces, fiscales y políticos, fue allanado por primera vez en su casa de ElDorado, en la provincia Misiones. Ese mismo día hubo otros tres procedimientos en esa ciudad donde se secuestraron teléfonos y computadoras que todavía se están analizando. En uno de esos celulares, la Justicia encontró al menos dos audios que revelan que el hacker y su familia se enteraron de los allanamientos antes que ocurran.
“César, ehhh, viste, yo estoy esperando … me avisaba ahí un amigo que tiene el grupo de control y todo eso de la Policía, viste ahí en el kilómetro creo que sería 4 o 5, donde está la Comisaria de la mujer, bueno ahí están todos los policías formados, están las camionetas así, te aviso por las dudas. Yo elimino el audio, elimina el audio vos”, le dijo ese día el joven misionero a un amigo de su padre, identificado como Julio César Escobar, uno de los imputados en la causa que tramita en la justicia porteña.
Los allanamientos habían sido pedidos por la fiscal porteña Daniela Dupuy en el marco de la causa que investiga el espionaje al ex ministro de Seguridad porteño, Marcelo D’Alessandro. La jueza Araceli Martinez hizo lugar a los procedimientos, pero rechazó un pedido de la fiscal para detener a los implicados. El joven hacker recién fue detenido la semana pasada por orden del juez federal Marcelo Martínez De Giorgi, en otro expediente.
D’Alessandro fue la única víctima del hacker misionero. La Justicia determinó que desde el mismo IMEI, y desde la localidad de Eldorado, ingresaron a las líneas de los jueces Rodrigo Giménez Uriburu y Andrés Basso (ambos integrantes del Tribunal Oral que condenó a la vicepresidenta Cristina Kirchner en el caso Vialidad), y del juez de la Cámara de Casación Gustavo Hornos, entre otros. También fue espiado el candidato a gobernador de Juntos por el Cambio, Diego Santilli.
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Desde su primera declaración, Nuñes Pinheiro confesó su participación en las maniobras de espionaje, pero dijo que fue contratado por un usuario de Telegram identificado como “ElJuanxd”, que le habría pagado “entre 12 y 15 mil pesos” a través de criptomonedas. Esa persona todavía no pudo ser identificada.
En la causa que tramita en la Ciudad se están analizando los teléfonos secuestrados en ElDorado. Hay cientos de audios rescatados y de conversaciones que tienen interés para los investigadores.
En uno de esos audios, también del 21 de marzo, Nuñes Pinheiro le advierte a su padre que están en la mira de la Justicia y que tienen información sobre los allanamientos: “Pa, ¿qué onda, todo bien? Pa, escucha este audio y después decile a Nico, mañana no le llamen a Cesar, háblale por WhatsApp normal, pero nada de dólar, nada de eso, mañana apenas tengas señal o escuches este audio, llama por WhatsApp, si vas a a hacer cualquier cosa por WhatsApp, pero nada de hablar de dólar o eso, cualquier cosa yo le hablo en persona”.
La mención a los dólares tiene que ver con que el amigo de su padre, Julio César Escobar, se dedicaba a la venta de dólares, entre otros rubros. “De acuerdo a lo actuado se observó al nombrado desempeñándose laboralmente en el local de la calle Iguazu 48, donde funciona el comercio denominado “Mobile Shop”, pero sin embargo de acuerdo a redes sociales y aquello que surge de las propias vidrieras de los comercios emplazados en la zona Escobar sería responsable del local “GSM Express” emplazado en Iguazú 14″, detalló la fiscal Dupuy al pedir su detención.
El comerciante declaró la semana pasada, seguramente porque ya sabía que se podían filtrar los audios, y ensayó una versión muy sospechosa. Dijo que “estaba caminando por la Costanera” del río Paraná cuando una persona desconocida pasó caminando y le avisó que iba a ser allanado. “Pensé que me vino a decir para sacarme plata. En el momento no le di mucha importancia pero al rato me quedé preocupado. Me preocupé porque anteriormente tuvo un problema con mi cuñado”, aseguró Escobar.
Ese hombre, al que Ezequiel suele decirle “tío”, también declaró que pensaba que los allanamientos tenían que ver con el contrabando de mercadería, algo frecuente en esa zona fronteriza. Por ese motivo, le habría pedido al joven que se encargue de “limpiar” su local. “Quiero aclarar que me preocupé y le pedí a Ezequiel que sacara los repuestos y que limpiara el local con respecto a los repuestos que compramos sin factura”, sostuvo.
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Pero Nuñez Pinheiro y su padre sabían que la Policía de Misiones iba a allanarlos por las maniobras de espionaje, no por el contrabando.
Además de los audios, en los teléfonos hay decenas de mensajes que confirman que tenían información de antemano. “Ahora al mediodía se supone que caen”, le avisó Ezequiel a su padre. “Ok, avisame”, fue la respuesta del padre, Elías Nuñes Pinheiro (47).
Los allanamientos se concretaron esa tarde. Al día siguiente, D’Alessandro presentó su renuncia ante el jefe de Gobierno Horacio Rodriguez Larreta.
Aunque el joven misionero declaró desde el comienzo que su familia no estaba involucrada, su padre está en la mira de los investigadores porque estaba en Chile el día del hackeo a D’Alessandro, el 19 de octubre, y ese día se activó una antena del país trasandino en el celular del ex ministro. No es el único dato que lo incrimina. “Tanto Elías como Ezequiel Nuñes Pinheiro serían los brazos ejecutores de las maniobras, dado que sobre éste último, han recaído los datos más incontrastables que lo vinculan a los hechos”, expuso la fiscal Dupuy en marzo, al momento de pedir su detención.
Ahora la atención está puesta en Ariel Zanchetta, un ex sargento de la Policía Federal que estaría vinculado a los servicios de inteligencia. Los investigadores que siguen todas las causas abiertas por las maniobras de espionaje se entusiasmaron con su detención. Tal como revelo ayer Infobae, durante el año pasado hizo 2157 búsquedas en una base de datos. Se sospecha que entregaba los datos personales a los hackers para realizar las maniobras de espionaje. En Tribunales creen que dejó rastros de su accionar, incluso en despachos oficiales.
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