Robaban en barrios de alto poder adquisitivo de la Capital Federal y siempre entre tres o más personas. Operaban bajo la misma modalidad: alguien “marcaba” a la víctima, otro cometía el arrebato y un tercero -o a veces más- aportaba la logística para darse a la fuga. ¿El botín? Relojes de lujo con altos precios en dólares en el mercado. Luego de tareas investigativas que involucraron escuchas y rastreos de redes sociales, filmaciones y declaraciones testimoniales, irán a juicio 9 personas acusadas de formar parte de una organización criminal con estrategias y roles bien definidos. Entre las víctimas de la banda aparecen desde el actor Diego Peretti hasta el abogado Mauricio D’Alessandro, según los datos de la causa a los que accedió Infobae.
En febrero del 2019, el actor Diego Peretti caminaba por la calle Báez del barrio de Las Cañitas, en Palermo, cuando fue acorralado por un hombre que lo agarró del cuello y le arrebató con fuerza su reloj de pulsera. La secuencia fue especialmente rápida. El ladrón subió a una moto que lo esperaba cerca y que salió disparada hacia la fuga por Ortega y Gasset. Las filmaciones que revisaría luego la Policía de la Ciudad constataron que antes de la concreción del hecho dos autos habían merodeado por la zona y que una persona había oficiado de campana para ver si aparecía alguna amenaza a sus designios. Nada de lo que ocurrió fue improvisado.
En total fueron ocho robos como este, desde al menos el 8 de febrero de 2019 hasta el 6 de febrero de 2021, cuando la banda quedó desarticulada. Del requerimiento de elevación a juicio al que tuvo acceso Infobae, presentado por el fiscal Edgardo Orfila, de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional 56, ante la jueza Rita Aylán, se desprende que nueve personas pudieron ser detenidas, procesadas y ahora enviadas a debate oral por los delitos de robo en poblado y en banda y asociación ilícita. Muchas de ellas son familiares entre sí o vecinas del barrio de Moreno, en la provincia de Buenos Aires. También hay 6 prófugos y algunos involucrados más aún sin identificar.
La organización tenía un objetivo preciso y un plan común, conseguir relojes de pulsera con altos valores en el mercado: Rolex, IWC, Panerai, Jaeger Lecoultre, Breguet. Distintos modelos, diferentes formatos, pero siempre de lujo. Se desempeñaba bajo roles específicos por los barrios porteños de mayor posición adquisitiva y confluencia turística. Uno de los robos, por ejemplo, fue dentro del bar del Malba. Otros ocurrieron a plena luz del día en zonas de Palermo, Puerto Madero, Retiro y Belgrano. Entre hombres y mujeres realizaban tareas de inteligencia previa, merodeaban por la zona e identificaban a la futura víctima. Luego -celulares mediante- intervenía el arrebatador con su correspondiente apoyo logístico en auto o en moto, incluso a veces más de uno, para perpetrar una “doble fuga” y evitar posibles rastros.
El Inspector Principal Bernardo Chacón lo evidenció en primera persona. El 8 de febrero de 2019 ejercía como jefe de custodia personal del entonces vicejefe de Gobierno porteño Diego Santilli. Eran aproximadamente las 16:50 y el político se encontraba dentro del local de “La Dolfina”, sobre la Avenida Figueroa Alcorta al 3300. De pronto el custodio captó un forcejeo en la puerta del restaurante, se acercó al lugar y se identificó como personal policial. Un hombre salió corriendo con dirección a una Yamaha YBR-250 que lo esperaba en la vereda. Intentó subirse a ella pero resbaló. La moto se dio a la fuga y el ladrón recién tropezado empezó a correr. El policía lo persiguió durante unas cuadras hasta que lo perdió de vista. La última vez que lo vio fue cuando subía a un taxi.
Tiempo después el conductor de la Yamaha fue capturado gracias a la memoria del Inspector Chacón, que memorizó su patente mientras el asaltante escapaba. Por su parte, la víctima del hecho declaró en la causa que un hombre se le acercó cuando salía de comer en el local gastronómico e intentó sacarle su reloj. Él se resistió y forcejearon un poco hasta que el ladrón le dijo: “si no me lo das, te pego un tiro”. El reloj -un IWC, modelo Top Gun- tenía un valor aproximado de cinco mil dólares.
Según explicó el fiscal Orfila al requerir el juicio oral de los involucrados, en este expediente trabajaron diferentes divisiones de la Policía de la Ciudad, de la Prefectura Naval Argentina y de la Policía Federal Argentina. Sus aportes para dar con los nueve acusados incluyeron rastreos en perfiles de redes sociales como Facebook, donde registraron las fotos de algunos de los miembros de la banda con distintos relojes de lujo. También se analizaron escuchas telefónicas y filmaciones brindadas por el Centro de Monitoreo Urbano de la Ciudad. Además se efectuaron tareas de campo con agentes de incógnito, informes antropométricos y otras clases de prueba a lo largo de la instrucción penal.
“La logística y medios utilizados -por los delincuentes-, muestran un grupo ya coordinado en sus funciones, que lejos está de mantener una relación casual. En efecto, no se advierte solo un vínculo delictual, sino que luego de haber sido identificados individualmente en los distintos hechos (...), se estableció que todos ellos mantienen vínculos familiares o de vecindad, que no permiten creer que no existiera una organización estable para cometer este tipo de hechos”, se afirmó al describir la asociación ilícita, cuyo modus operandi se valió de “distintos recursos” para “analizar el escenario de actuación, con el fin de identificar una víctima y desapoderar sus bienes, con el mayor grado posible de probabilidad de huir sin ser identificados”.
Otro de los damnificados fue el famoso abogado Mauricio D’Alessandro, quien el 22 de junio de 2019 al mediodía, al salir del restaurante “Dashi” de Palermo, fue seguido por uno de los imputados -y al menos dos individuos más no identificados- en virtud “del reloj que portaba”. Lo siguieron con un Peugeot 408 y una moto mientras el abogado transitaba con una Vespa por la calle Coronel Díaz, donde en un momento uno de los ladrones lo abordó “simulando poseer un arma de fuego que no exhibió” y le exigió la entrega del reloj, tras lo cual corrió hasta el auto y huyó hacia la Avenida del Libertador.
Seguir leyendo: