Aunque en su indagatoria eligió el silencio, Daniela Carbone sabía lo que había hecho y sus consecuencias. Así se lo confesó a una amiga tres días después de haber sido la voz que amenazó un vuelo de Aerolíneas Argentinas el domingo 21 de mayo, desde el teléfono de su hija, para que el avión no despegara. “Me fui al carajo”, admitió, según pudo saber Infobae. En la aeronave iba como azafato su ex novio, el hombre que después de cinco años en pareja la había dejado abruptamente. Ella sostuvo que siempre le fue fiel, que no lo engañó ni con el pensamiento y que él fue “cruel”. “Cuando te pagan de esa manera quedás destruida...”, admitió.
Todo surge de las conversaciones que Carbone tuvo con su hija y una amiga cuando la Justicia ya la tenía en la mira. No solo impidió que el avión a Miami, en el que iban 267 personas, saliera. El mensaje incluyó amenazas directas al piloto. Las advertencias salían desde el teléfono de su hija. Precisamente por eso Daniela también sabía como había perjudicado a su hija. En los diálogos previos se ve una tensa relación, llena de reproches. El mismo domingo 28, la azafata le manda un mensaje a su hija.
“Si seguís enojada conmigo… Yo ya te pedí perdón y no te va a pasar nada te lo aseguro. Antes de que te pase algo yo... Tengo embargada la vida. Yo ya lo sé. Pero no te va pasar no te va a pasar nada porque yo yo no lo voy a permitir... Me equivoqué como se equivocó un montón de gente y nunca te hubiese expuesto, sabes”, se lamentó.
En ese mensaje, Daniela le dice a su hija: “Pero no voy a estar toda la vida pidiéndote perdón, ya lo hice y ya lo voy…y lo estoy pagando y lo voy a pagar por mucho tiempo haciendo más del sacrificio del que hago, y del que siempre hice porque toda la vida hice sacrificios sola”. Habían pasado solo algunos minutos. A las 23:03:05 del domingo, Daniela vuelve a mensajear a su hija: le avisa que la están llevando detenida.
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Antes, Daniela le pidió que hablara con una amiga, Fernanda Reinoso. Con ella se había confesado tres días después de la amenaza que puso en peligro el vuelo. Ahí contaba que estaba destruida por la ruptura. “Ni te imaginas, me rompí el alma para que esta casa quede así, porque me dejó porque fue cruel porque pasaron cosas feas, yo no le hice nada… “
“Yo estuve 5 años con él siendo una mujer impecable, porque te juro que no lo engañé ni con el pensamiento... Cuando te pagan de esa manera quedás destruida... Obvio que no me justifico. Yo me fui al carajo y además que soy comisario del área de internacional, fui instructora en la compañía. Entonces por eso te digo que seguramente me echan. Esta bien”, admitió.
La azafata reconoce en su diálogo que seguramente terminará despedida. Ya había pensado que durante la pandemia estuvo estudiando como paramédica. “Trabajaré de otra cosa como en la pandemia, tuve un emprendimiento de muebles.. Lo que no quiero es escándalos, viste, no quiero que Cande quede pegada y que esto trascienda tanto... (...) No te molesto más. Perdón la hora. Disculpame, disculpame, pero estoy desesperada”.
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En el diálogo, la amiga le pregunta a Carbone si su pareja, el que la había dejado, trabajaba en Aerolíneas y trata de entender por qué llamó a la empresa. “Yo trabajo ahí y el ws (sic) tripulante como yo” , escribe en mayúscula.
Carbone también habla con otra persona, “Faby”. “Decile a Cande q en la pagina de Apple bloquee el celu”, le dice. Este es uno de los puntos que la justicia valoró a la hora de rechazarle la excarcelación.
“…Este me dijo que ya se va a saber del ense (sic), del allanamiento... Me re asustó Faa, no sabes todo lo que me dijo”. Ella ya sabía que la empresa iba a enterarse... “No me va a pasar nada pero que seguro me despiden y que a Cande menos le va a pasar porque... FUE DE MI CELU…pero bueno no hablemos igual”.
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