El nuevo bloque en construcción y la mala noticia para el kirchnerismo: postales del regreso del Consejo de la Magistratura

El organismo se reactivó después de nueves meses. Qué dejó el plenario de la semana pasada. Los alineamientos, la postura del oficialismo y qué se viene en los próximos días

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El Consejo de la Magistratura de la Nación (Maximiliano Luna)
El Consejo de la Magistratura de la Nación (Maximiliano Luna)

La foto del plenario de la semana pasada del Consejo de la Magistratura de la Nación mostró un nuevo bloque de 13 integrantes con poder de fuego y un oficialismo que perdió un arma clave: la posibilidad de vetar. Pero todos coinciden en que es una foto que se dio para una circunstancia especial como la puesta en marcha el organismo después de nueve meses de parálisis. A futuro habrá que ver cómo se desarrolla la película.

Pero todos tomaron nota de lo que se vivió el martes pasado. Un nuevo Consejo, dicen algunos. Otros, aseguran que hay que dejarlo correr para ver en qué decanta. Lo concreto es que desde la semana que viene el organismo se pone en marcha y habrá una nueva prueba de fuego cuando se deban elegir las autoridades de cada una de sus cinco comisiones.

El martes pasado los 19 consejeros encabezados por su presidente, Horacio Rosatti, se reunieron en un plenario después de nueves meses. La última vez había sido en julio del año pasado. La parálisis se dio por una pelea dura entre el oficialismo y la Corte Suprema por fallos sobre el propio Consejo -la exclusión del senador del Frente de Todos Martín Doñate- y por la coparticipación a favor de la ciudad de Buenos Aires que derivaron en el juicio político que el Gobierno presentó contra los cuatro jueces del máximo tribunal. A eso se sumaba que había paridad entre el oficialismo y la oposición. Ninguno tenía los votos por sí mismo para imponerse en las votaciones claves. Hoy no hay puentes ni diálogo entre el Gobierno y la Corte. “De los fallos se enteran por los diarios”, dicen en el máximo tribunal.

La reunión fue para elegir al vicepresidente de Rosatti, integrar las cinco comisiones y designar a sus autoridades. Pasos fundamentales para que el Consejo comience a funcionar. Y se logró. La jueza civil Agustina Díaz Cordero fue electa vicepresidenta. Lo hizo con 13 votos. Los obtuvo de los representantes de los jueces -incluido Rosatti-, de los abogados de la oposición, de los académicos y de los diputados y senadores de Juntos por el Cambio.

Infobae contó a fines de febrero que en el Consejo se comenzaba a armar un bloque en el centro o “institucional”. Fue el que se terminó conformando en la votación del martes. Allí se concretaron dos pases. El juez Alberto Lugones, quien votaba con el oficialismo, el martes no lo hizo. Además estuvieron los votos de la abogada María Fernanda Vázquez y de los académicos Guillermo Tamarit y Hugo Galderisi. Son tres consejeros que llegaron con el apoyo de Diego Molea, ex integrante del organismo y hombre clave por esos tres votos. Molea también formó parte del oficialismo, pero con la llegaba de Rosatti al cuerpo entendió que se venía otra etapa.

Los representantes de los académicos Guillermo Tamarit y Hugo Galderisi, dos votos clave en el nuevo Consejo (Maximiliano Luna)
Los representantes de los académicos Guillermo Tamarit y Hugo Galderisi, dos votos clave en el nuevo Consejo (Maximiliano Luna)

En el Consejo coinciden que fue un acuerdo para ponerlo en marcha. Y lo califican de “circunstancial”. “Había que sacar al Consejo de la parálisis”, coincidieron dos integrantes del organismo.

Pero nadie se atreve a asegurar que esa mayoría no se pueda mantener en el futuro o repetir. Porque si el objetivo es lograr los acuerdos para los temas clave -aprobar ternas de jueces y eventuales juicios políticos a magistrados por mal desempeño- lo que se necesitan son 13 votos. De hecho, muchos consejeros marcaron en sus discursos la necesidad de reactivar el cuerpo -la jueza Alejandra Provítola enumeró todas las vacantes que hay en el Poder Judicial- y que desde su lugar iban a trabajar para eso. Se puede traducir en “si es para acordar, está mi voto”.

“Es un espacio en construcción y se verá qué pasa en cada tema”, señala un hombre del organismo. Con esa mirada coinciden varios. Y dependerá también de la cintura del oficialismo de cómo moverse.

El oficialismo tiene seis representantes. En la elección de vicepresidente votó en contra de Díaz Cordero. Su propuesta era que ese cargo fuese para el abogado Héctor Recalde. El resultado tiene un dato. El kirchnerismo, con esa foto de 13 votos a seis, ya no tiene poder de veto. Es decir, que no se necesitan sus votos para avanzar en temas claves.

Eso no ocurría hasta el año pasado. Todos los sectores necesitaban al otro para poder aprobar ternas de jueces. De ahí que todo se haya estancado y que el 2021 y el 2022 hayan sido los dos peores años de aprobación de concursos desde la creación del Consejo. En 2021 se aprobaron cinco y el año pasado 10.

Para muchos lo que le ocurrió al kirchnerismo en el Consejo es lo que se replica en otros espacios. La pérdida de volumen político. En el Senado sufrió la salida de cuatro legisladores de su bloque, en Diputados no logra los acuerdos para las leyes que quiere aprobar para el Poder Judicial -ampliación de los jueces de la Corte Suprema, la reforma de la justicia federal y de la Procuración General- y en la alianza política vive una fuerte interna por las candidaturas para las elecciones presidenciales.

En el plenario también se integraron las comisiones. Eso se aprobó por unanimidad. Pero con algo llamativo. Cuando se convocó a votar, los primeros que levantaron la mano fueron los 13 consejeros que eligieron a Díaz Cordero. Los representantes del kirchnerismo esperaron un poco y lo hicieron después, casi a modo de no tener una nueva derrota. Tal es así que el secretario general del Consejo, Mariano Pérez Roller, dijo que se había logrado unanimidad, como para ratificar si había alguna duda. Nadie lo objetó.

De todas las comisiones hay una que se miró con atención. Es la de Acusación, por ahí pasan las denuncias más graves contra los jueces, las que podrían derivar en un eventual juicio político. Quedó con mayoría de la oposición. Allí estarán los diputados Álvaro González (PRO) y Roxana Reyes (UCR), el senador radical Eduardo Vischi y el abogado Miguel Piedacasas, que llegó al Consejo de la mano de la UCR nacional. Son cuatro votos contra tres del oficialismo que estará representado por los diputados del Frente de Todos Rodolfo Tailhade y Vanesa Siley y el abogado Héctor Recalde. De todas formas la palabra final por aprobar o no una denuncia siempre queda en el plenario.

Héctor y Mariano Recalde, padre e hijo, en el plenario de la semana pasada (Maximiliano Luna)
Héctor y Mariano Recalde, padre e hijo, en el plenario de la semana pasada (Maximiliano Luna)

Cuando el plenario estaba por terminar, el kirchnerismo mostró su disconformidad. La voz la llevó el senador Mariano Recalde. “No tengo la menor duda de que esta composición, estas decisiones tienen por objetivo evitar que se juzgue a los jueces corruptos que tiene la Argentina”, dijo Recalde en referencia a que la presidencia y vice están en manos de dos jueces.

Rosatti tomó nota de las diferencias. “Mas allá de las disidencias se ha llevado a cabo una reunión con un grado de respeto que valoro y mucho”, dijo el presidente.

Todo eso es una foto. “A este Consejo hay que construirlo semanalmente”, dice un consejero. Y la próxima prueba será el miércoles que viene. A las 9.30 se reunirá la comisión de Labor a puertas cerradas. Allí, con Rosatti a la cabeza, se comenzará a delinear los temas del próximo plenario. Luego se reunirán cada de las cinco comisiones – Acusación, Selección, Disciplina, Reglamentación y Administración y Financiera- para designar a sus autoridades. Habrá nuevas negociaciones y con la expectativa de si se repetirá el mismo escenario de la semana pasada.

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