La investigación para tratar de identificar al autor ideológico del hackeo al ex ministro de Seguridad de la Ciudad Marcelo D’Alessandro y otras personas acaba de sumar una prueba clave. Tras la “confesión” de un joven hacker de Misiones, quien dijo haber cobrado a través de una billetera virtual de la empresa Lemon, esa firma emitió un informe donde identificó varias cuentas asociadas y aportó nombres propios, según pudo saber Infobae de fuentes de la investigación. Además, esa empresa aportó el dato de una cuenta de Binance, un mercado de compra y venta de criptomonedas. Esa cuenta sería el comienzo de la ruta del dinero.
En su declaración indagatoria, Elías Ezequiel Nuñes Pinheiro (22) aseguró que cobró entre “12 y 15 mil pesos” por cada objetivo. D’Alessandro no fue la única víctima del hacker. La Justicia determinó que desde el mismo IMEI, y desde la localidad de Eldorado, ingresaron a las líneas de los jueces Rodrigo Giménez Uriburu y Andrés Basso (ambos integrantes del Tribunal Oral que condenó a la vicepresidenta Cristina Kirchner en el caso Vialidad), y del juez de la Cámara de Casación Gustavo Hornos, entre otros. En el expediente están identificadas 11 víctimas. Pero el joven dijo que recordaba unas 15 personas.
Todavía no se pudo determinar qué nivel de hackeo sufrieron esas víctimas. “No se sabe si solo lograron acceder a las líneas o si llegaron a copiar datos privados como en el caso de D’Alessandro. Depende del nivel de seguridad de cada uno”, explicó un experto.
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En el listado de damnificados también aparecen desconocidos que habrían sufrido algún tipo de estafa por parte de la banda de Eldorado que integraría el joven hacker. Hay varios casos denunciados en la ciudad de Buenos Aires.
Nuñes Pinheiro dio pistas que permitieron avanzar en la investigación, a cargo de la fiscal porteña Daniela Dupuy. “En esta ocasión fue el usuario el que me fijó el monto. Cobré ese dinero en una billetera de Lemon que posee asociada la cuenta de correos xoanpallares3@gmail.com, que en otras ocasiones la utilicé también para crear algún usuario de Nosis”, explicó.
Luego de esa declaración, la Justicia porteña ordenó levantar el secreto fiscal y bancario sobre las personas implicadas y la empresa Lemon aportó información clave. Ese informe se mantiene en secreto para no perjudicar la investigación. Solo trascendió que hay otras cuentas “mula” involucradas y que la ruta del dinero terminaría en una cuenta de Binance. También apareció un pago sospechoso a uno de los cinco imputados.
El dato puso en duda la estrategia de Nuñes Pinheiro, quien hasta ahora trató de desligar a los otros cuatro acusados: su padre Elías Nuñes Pinheiro, Julio César Escobar, Cecilia Mercado y Antonio Aquino.
Tal como informó este medio, los investigadores están convencidos que no fue el único protagonista de la maniobra. Por estas horas se investiga al padre del joven, Elías Nuñes Pinheiro (47), quien estuvo en Chile entre el 18 de octubre y el 2 de noviembre del año pasado. El hackeo a D’Alessandro ocurrió el 19 de octubre. Ese día se activó una antena del país trasandino en el celular del ex ministro.
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En realidad, Nuñez Pinheiro registrada viajes frecuentes a Chile. La explicación que brindaron sus abogados es que están vinculados a una relación laboral con la empresa Techint. Los investigadores también pusieron la mira en un familiar directo que tiene una agencia de autos y una empresa constructora en la zona de Eldorado.
El joven hacker iba a ampliar su indagatoria esta semana, pero llamativamente sus abogados pidieron una prórroga hasta la semana próxima. La postergación encendió algunas alarmas en el mundo judicial y político que sigue de cerca esta causa.
La Justicia apunta a la cadena de cuentas utilizadas para tratar de llegar al autor ideológico de la maniobra de espionaje. La versión del hacker es que en agosto del año pasado lo contactó un usuario de Telegram que se identificaba como “ElJuanxd”. Y que dejó de tener intercambios en noviembre.
La Justicia determinó que la maniobra se realizó mediante el SIM Swap, que consiste en tomar el control de una línea telefónica desde otro dispositivo, sin el consentimiento de su titular.
En el caso de D’Alessandro, el joven utilizó una tarjeta SIM blanca vendida por la empresa Comtel SA, e interactuó, vía SMS, con la plataforma de Movistar que le solicitó tres datos: el número de línea, el número de documento del titular de esa línea, y el número de trámite del DNI.
El relato del hacker expuso las facilidades para adueñarse de una línea y permitió avanzar en la investigación, pero tiene varios puntos oscuros. “Nadie cobra 15 mil pesos para ese trabajo”, apuntó un experto.
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