El 10 de febrero de 2022 un hombre mayor le pegó un cachetazo con su mano izquierda a una mujer joven que atendía como empleada en la oficina de una empresa de micros de larga distancia. El hecho, registrado por las cámaras de seguridad del lugar, sucedió en la estación de ómnibus de Santa Clara del Mar, una localidad de veraneo de la costa Atlántica bonaerense.
El agresor, un hombre pelado, canoso y de lentes que lucía una remera que decía: Liga Argentina por los Derechos Humanos, se llama José Ernesto Schulman. Tiene 70 años y hasta aquel episodio de violencia de género era el presidente de aquel organismo, vinculado históricamente al Partido Comunista argentino y que dio apoyo político al kirchnerismo.
La agredida es Candela Valdez de 22 años, quien trabajaba en la boletería de la empresa de micros Rutatlántica. La mujer -que luego de la agresión se fue un tiempo de Santa Clara del Mar donde vive afectada por el hecho-, se constituyó en particular damnificada en la causa en la que Schulman fue imputado por amenazas y lesiones leves agravadas por mediar violencia de género. El caso quedó en manos del fiscal de Mar Chiquita, Ramiro Anchou.
El video de la agresión, utilizado como prueba, tiene una duración de 45 segundos. Fue registrado el 10 de febrero de 2022 a las 18:38. En las imágenes se puede apreciar cómo el hombre discute y cuestiona a la empleada de la empresa de micros. Luego, al realizar un comentario, la mujer se ríe y Schulman empuja la puerta de acceso al sector detrás del mostrador donde se halla la mujer y la increpa: “¿De qué te reís, pelotuda”. Antes de eso le había sacado foto a la empleada y a una clienta que estaba allí. En el video se escucha algo parecido a: “Las voy a meter en cana”.
Ya del otro lado del mostrador, el hombre se le acerca a la mujer y nuevamente vuelve a gritarle: “Pelotuda, ¿de qué te reís? ¿de qué te reís?”. A continuación, mientras la mujer sólo se limita a escucharlo y a pedirle que se calme, Schulman con su mano izquierda le pega a la mujer en la mejilla derecha. “Hija de puta, ¿de qué te reís?”, vuelve a gritar el hombre.
Mientras la clienta que presenciaba la discusión salió a buscar ayuda, la empleada se paró y le pidió a Schulman que se fuera del lugar. “¡No me voy una mierda!”, fue la respuesta a los gritos.
Luego de la cachetada otro hombre ingresa a la oficina. Es ahí cuando Schulman ensaya una fundamentación de la agresión: “¡Desde hace tres horas que esta pendeja se me está cagando de risa con que el colectivo viene!”.
Luego de ese hecho de violencia de género Schulman renunció a la presidencia de la Liga Argentina por los Derechos Humanos. Estela de Carlotto, a raíz de aquella situación lo expulsó de la Mesa Argentina por los Derechos Humanos que repudió la agresión a Valdez.
Después de que el video de la agresión se volviera viral Schulman había publicado un explicación en Facebook. El mensaje estaba dirigido “A mis compañeres”. Y allí decía: “Pido públicamente disculpas por haber llevado adelante una conducta reprochable, en una terminal de ómnibus. Soy consciente de que mi comportamiento con una trabajadora fue inaceptable y nada lo justifica”. Luego agregó: “Como muches saben, soy discapacitado motriz y pasaron muchas horas de espera de un micro para regresar, que me produjeron un enorme dolor y me desencajaron. Eso fue verdaderamente lo que me ocurrió. Me arrepiento mucho de estas acciones, contrarias a mis convicciones y así se lo hice saber a la trabajadora”.
Esa misma tesitura fue la que postuló Schulman en la primera audiencia del caso judicial. El dirigente pidió disculpas, se mostró arrepentido y además se lamentó por lo ocurrido. Fue a partir de ello que la Valdez pidió resolver el caso a través de una mediación penal. A pesar de que el caso implica violencia de género, como el pedido fue de la mujer, se implementó un modo de solución pacífica del conflicto.
Se pusieron de acuerdo las partes y Schulman pagó una cifra de dinero -que se desconoce- en carácter de reparación integral del daño. Fuentes con acceso al acuerdo lo ubican en una cifra cercana a los mil dólares.
Una vez que las partes le anunciaron el acuerdo al fiscal Anchou, se produjo el archivo de la causa. El fiscal -según explicaron a Infobae fuentes judiciales- tuvo en cuenta que la pena por el delito por el que había sido imputado Schulman no es mayor de seis años y además el principio de oportunidad para la persecución penal.
El acuerdo se firmó en diciembre pasado y hasta hoy se desconocía. Schulman pagó y con ello terminó la causa judicial en su contra. Hubo un primer acuerdo que fue rechazado por la víctima: cuando se modificó el monto a pagar, no hubo más inconvenientes. El caso fue archivado. Y a Schulman no le queda el antecedente penal.
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