La celda es para una persona pero se alojan cuatro. No tiene ventilación, ni luz natural. Hay un solo colchón y los presos se turnan para dormir. Están ahí las 24 horas del día. Las condiciones son tan inhumanas que se turnan para estar sobre la reja del calabozo para poder respirar mejor. Esto pasa en la comisaría 7A del barrio de Flores y la descripción forma parte de un informe que elaboró el Sistema Interinstitucional de Control Judicial de Cárceles.
El informe da cuenta de inspecciones que se hicieron la semana pasada en dos comisarías -una del barrio de Constitución y otra de Flores- y en la Alcaidía Comunal nº 9 Bis, en Parque Avellaneda.
“Que de las inspecciones en las tres dependencias policiales citadas, se pudieron observar las peores condiciones de detención y hacinamiento. Falta de agua, ventilación, recreación, sistema médico y la multiplicidad de vulneración de los derechos del colectivo de personas allí alojadas, que se configura -lisa y llanamente- en tratos inadecuados que no se ajustan a los mandatos de la Constitución Nacional”, dice el trabajo de 46 páginas al que accedió Infobae que produjo el Sistema, que realiza monitoreos e inspecciones en lugares de detención de todo el país para asegurar el buen trato a las personas detenidas y que está integrado por jueces, fiscales y representantes de la Procuración Penitenciaria de la Nación, la Procuración General de la Nación, la Defensoría General de la Nación, el Colegio Público de Abogados de la Capital Federal, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), la Asociación Pensamiento Penal y la Comisión por la Memoria de la Provincia de Buenos Aires.
En el gobierno de la Ciudad reconocen el problema. Ante la consulta de Infobae señalaron que, entre comisarías y alcaidías, tienen capacidad para alojar a 543 personas pero hoy hay el doble: 1.155. Señalan que sus lugares de detención son para 48 horas y que luego la persona debe ser enviada a una cárcel del Servicio Penitenciario Federal (SPF) que depende del gobierno nacional. Pero desde la pandemia del coronavirus, el SPF recibe presos solo cuando tiene cupos por lo que disminuyó notablemente la recepción de detenidos que deben ser alojados en comisarías de la ciudad que no tienen la infraestructura para hacerlo ni el personal capacitado.
El Sistema reconoce esa problemática de alojamiento y disputa con el SPF, aunque señala que la situación de excepcionalidad por la pandemia ya terminó. “Todos tienen parte de razón, porque en Argentina no hay capacidad de alojamiento para todas las personas detenidas. Pero siempre el más perjudicado es el detenido”, le dijo a este medio una de las personas que trabaja a diario con la situación de los presos.
El informe
Las inspecciones se realizaron en una de las semanas de mayor calor en la ciudad de Buenos Aires con temperaturas que llegaron a los 41 grados de sensación térmica, lo que agrava las ya malas condiciones de detención.
El primer lugar que se visitó fue la comisaría 1C de Constitución, en la calle San José al 1200. Allí hay cinco celdas individuales -una deshabilitada porque es un baño- y seis colectivas. La capacidad es para 21 personas pero había 34. El Sistema marcó además que en rigor debería haber 13 detenidos porque esa es la cantidad de bancos para colchones donde dormir.
“Ninguna de las celdas (individuales ni colectivas) cuenta con inodoro o letrina utilizable, por lo que los detenidos deben solicitarle al personal policial la apertura de la celda o utilizar botellas a tal fin. Las celdas cuentan con escasa ventilación y deficiente ingreso de luz natural toda vez que la comisaría está asentada bajo autopista”, señala el trabajo. Los presos que dialogaron con los integrantes del Sistema señalaron que las ventanas de las celdas no puede abrirse y que la luz es casi nula porque la eléctrica están apagadas todo el día. Hay dos extractores de aire pero uno no funciona y el segundo se apaga a la noche, “lo que dificulta aún más la ventilación, generándose una situación de encierro sofocante”. “La falta de ventilación natural es un tema especialmente gravoso dado las altas temperaturas registradas”, critica el informe.
No todos los presos tienen colchones y muchos duermen sobre cartones. En las celdas no hay matafuegos y la caja donde debía estar la manguera de presurización se encuentra vacía. “Los detenidos pasan las 24hs encerrados y en el piso”, detalla el informe porque la comisaría no tiene patio. Los detenidos solo salen de las celdas para ir al baño, ducharse, hablar por teléfono o mantener videoconferencias.
En toda la comisaría hay una sola letrina para los 34 detenidos y los presos señalaron que la guardia de la noche es reticente a dejarlos ir: tienen que esperar hasta dos horas o hacer sus necesidades en botellas.
Otra de las críticas es la comida. Los presos reciben agua mineral y las cuatro comidas que provee la empresa “Friends Food S.A.”. Pero como no es suficiente los familiares le llevan alimentos. “Las personas entrevistadas han indicado que en más de una oportunidad tienen que rechazar la misma por encontrarse en mal estado. Durante la recorrida, los detenidos relataron que de las cuarenta (40) viandas entregadas el domingo 12 de marzo, sólo ocho (8) se encontraban en condiciones de ser consumidas”, relata el trabajo.
La comisaría -en la que se encontraron “cucarachas visibles en todas las celdas”- no tiene médicos en forma permanente: “Es esencial hacer saber que -al momento del monitoreo- había personas detenidas con problemas de salud que se encontraban sin ningún tipo de tratamiento. Tal es el caso de un persona con HIV+ que se encontraba sin medicar desde que ingresara a la dependencia (30 días); como así también una persona con sarna a la que no le era proveída ninguna crema para su afección; en idéntica situación una persona con ataques de epilepsia que no recibía ningún tipo de atención ni medicación”.
La comisaría 7A está en la calle Bonorino al 200, en el barrio de Flores. Tiene dos celdas individuales y una colectiva. Esta última es de dos metros por cinco, con una capacidad para 6 personas pero había alojadas once. En las individuales había cinco y cuatro personas. En una hay tres colchones que ocupan todo el piso porque mide dos metros por dos y en la otra “cuenta con un colchón para el descanso, turnándose para dormir, así como también –conforme manifestaron los detenidos- se turnan para acercarse a la reja y poder respirar mejor”.
Un policía le relató al Sistema que los internos no quieren tener más colchones para evitar que haya más calor. “Más allá de que no acepten recibirlos, pudimos advertir que no caben más colchones en dicho alojamiento. Además, cabe destacar que en esta última celda no cuenta con baño, teniendo que hacer sus necesidades en un balde y tampoco cuenta con ventilador apostado en la pared”, describe el trabajo.
Según los oficiales la capacidad de detención es de 17 personas pero “surge a las claras que en forma generosa la capacidad de alojamiento transitorio no podría superar los 10 internos, por lo que su capacidad esta superada en más del 100%”.
Los detenidos no tienen duchas y se higienizan en las celdas con botellas de agua: “Cabe señalar al respecto, lo dificultoso que resulta higienizarse en la celda colectiva donde conforme mencionamos, el piso se encuentra cubierto de colchones”. Algunos detenidos están allí desde hace un año. La Comisaría Vecinal 7A tampoco tiene médico permanente, ni patio de esparcimiento.
La última inspección fue a la Alcaidía 9 Bis, ubicada en Remedios al 3700, en Parque Avellaneda. Cuenta con cuatro celdas individuales y tres colectivas. La capacidad total es para 18 personas pero había 42, cuatro de ellas ya condenadas por la justicia. Entre los presos hay dos mayores de 65 años, otro de 69 y de 75 con problemas de salud. Y 10 de ellos están allí hace más de un año.
Uno de los detenidos está aislado del resto porque padece sarna. Para evitar contagios fue ubicado en “un recinto separado del resto de las instalaciones por una frazada precariamente colgada”. Está las 24 horas en un colchón en el piso.
Los pisos de las celdas están cubiertos por colchones y no tiene ventilación natural y la luz natural es escasa. “Mantener la higiene resulta prácticamente imposible, como resultado de la sobrepoblación y la acumulación de las escasas pertenencias de los detenidos. Se observaron cucarachas en los pisos y los muros”, describe el informe.
La alcaidía tampoco tiene médico permanente, ni patio de recreación por lo que los policías les permiten a los presos circular por turnos por los pasillos de la comisaría.
Todos los presos están detenidos a disposición de un juez. Por eso el Sistema envió el informe a la Cámara Federal de Casación Penal, a la Nacional, a la Cámara Federal, a la Cámara del Crimen y a la Cámara Contravencional de la ciudad, que son los tribunales de quienes dependen los jueces. El informe cierra con 13 medidas que deben ser aplicadas de manera urgente: reducir la cantidad de detenidos, que se les garantice la atención médica, ventilación adecuada, más baños y duchas, entre otras.
La respuesta del gobierno porteño
Desde el ministerio de Justicia y Seguridad, hoy a cargo del jefe de Gabinete Felipe Miguel por la licencia de su titular Marcelo D’Alessandro, señalan que sus comisarías y alcaidías están preparadas para recibir detenidos por 48 horas. Pero desde que el SPF dejó de recibir presos el problema se acrecentó. “Por esa situación tuvimos que disponer que policías de calle pasen a custodiar a los detenidos y además no son guardiacárceles porque no tienen esa especialidad”, señalan. Como estadística señalan que desde 2019 a 2022 se redujo un 362 por ciento la remisión de detenidos de la ciudad a cárceles federales.
También explicaron que hubo fallos judiciales que le ordenaron al SPF volver a recibir a los detenidos y que no se cumplieron. Por eso denunciaron penalmente en abril del 2021 a María Laura Garrigós de Rébori, titular del SPF, que depende del Ministerio de Justicia de la Nación, a cargo de Martín Soria.
Otro dato que agregan es que la amplia mayoría de los detenidos que alojan son de la justicia federal -el 92,5 por ciento- y de nacional -el 6,6 por ciento- y no de los tribunales de la Ciudad que representan el 0,9 por ciento. Así explican la sobrepoblación y las malas condiciones de detención en sus dependencias que por la falta de recepción de detenidos pasaron de una capacidad de 145 plazas a 543, aunque hoy alojen 1.155 y en las condiciones que las inspecciones remarcaron.
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