Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz ingresaron al Congreso apenas unos minutos antes del comienzo del discurso presidencial. Fueron ubicados a dos metros de Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Entre el titular de la Corte y el presidente de la Nación había dos personas: la presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau, y Marcelo Fuentes, el secretario parlamentario.
A la derecha de Rosenkrantz quedaron las sillas vacías de los otros dos miembros de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti y Juan Carlos Maqueda, quienes decidieron no asistir y que vayan solo las autoridades del Máximo Tribunal.
En la previa discurso, los dos jueces de la Corte apenas cruzaron saludos protocolares con dos diputados de Juntos por el Cambio que se acercaron a saludarlos, según contaron a Infobae testigos del momento. Los diputados fueron Pablo Tonelli, ex miembro del Consejo de la Magistratura, y Fernando Iglesias, que se cruzó con el presidente en pleno discurso. “Es un honor que me insulte Iglesias”, lanzó Alberto Fernández en dos ocasiones.
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A pocos metros de los jueces de la Corte se ubicó el senador Martín Doñate, quien no pudo jurar como integrante del Consejo de la Magistratura por un fallo del Máximo Tribunal. En esa resolución, la Corte sostuvo que su nombramiento fue fruto de un “ardid” que hizo en la Cámara alta el oficialismo para quedarse con una silla más en el organismo que elige y controla a los magistrados.
Atrás de los jueces de la Corte se sentó la titular de la Defensoría General de la Nación, Stella Maris Martínez, pero nunca fue apuntada por las cámaras. En cambio, Rosatti y Rosenkrantz recibieron una catarata de primeros planos. Fueron 39 en total, según un conteo que hizo este medio.
“Sabíamos a lo que íbamos. Nos quedamos, pese a todo. Nosotros fuimos en representación de la Corte, de los jueces y el Poder Judicial”, dijeron fuentes de la Corte a Infobae.
La transmisión se concentró en los jueces de la Corte especialmente en el tramo final del discurso, cuando comenzaron las críticas del Presidente al fallo de la Corte por la coparticipación. “La intromisión de la Justicia en la ejecución presupuestaria es definitivamente inadmisible. Excede sus facultades, olvida la regla jurisprudencialmente fijada que reconoce “cuestiones políticas no judiciables” y pone en riesgo la lógica redistributiva de la Ley de Coparticipación Federal causando un severo daño al equilibrio de las cuentas públicas”, fue una de las frases salientes.
Desde ese momento, los jueces de la Corte recibieron 34 primeros planos en apenas 30 minutos. La mayoría apuntaron a los dos cortesanos, aunque también hubo planos exclusivos de Rosatti, quien siempre se mantuvo de brazos cruzados, mirando hacia el frente. Rosenkrantz, en cambio, se mostró mas distendido, mirando para los costados, pero sin gestos.
La tensión previa por el juicio político a los jueces de la Corte Suprema estalló en ese momento. El Presidente comenzó a recibir insultos y tuvo que interrumpir su discurso varias veces.
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Alberto Fernández hizo mención apenas cuatro veces a la Corte Suprema, pero fueron críticas furibundas como la acusación de “adueñarse” del Consejo de la Magistratura. “Así como el Poder Ejecutivo padeció la intromisión del Poder Judicial en funciones que le son propias, este mismo Congreso debió soportar la intromisión en sus prerrogativas cuando la Corte Suprema se arrogó indebidamente la facultad de disponer cómo debe este cuerpo legislativo designar sus representantes ante el Consejo de la Magistratura”, sostuvo.
Los jueces de la Corte también se llevaron las miradas cuando hubo mensajes a otros sectores de la Justicia. Ocurrió ante el pedido de Alberto Fernández de “profundizar” la investigación por el atentado contra la vicepresidenta. “Le pido a la justicia que actúe con la misma premura con la que archiva causas en las que jueces, fiscales o empresarios poderosos asoman como imputados”, fue el mensaje para la justicia federal.
Tras dos horas cargadas de tensión, Rosatti y Rosenkrantz dejaron el recinto en silencio.
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