Tal como se esperaba, en la última etapa del juicio por el atentado del 2017 en Nueva York, la Fiscalía ratificó el pedido de la pena de muerte para Sayfullo Saipov, el terrorista que atropelló y mató a ocho ciclistas en esta ciudad, entre los cuales estaban cinco argentinos que habían viajado a los Estados Unidos para festejar los 30 años de egresados del Colegio Politécnico de Rosario.
La medida, que es una rareza para este estado, donde nadie ha sido ejecutado desde 1963, se solicitó luego de que el hombre, de 35 años y originario de Uzbekistán, ya fuera declarado culpable del ataque ocurrido en la ciclovía paralela al Río Hudson el 31 de octubre de aquel año.
En aquel episodio murieron Hernán Mendoza, Diego Angelini, Alejandro Pagnucco, Ariel Erlij y Hernán Ferrucci, quienes fueron asesinados por Saipov, que les pasó por encima a más de 100 kilómetros por hora con un camión que había alquilado en Home Depot.
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“No se arrepiente y las pruebas demuestran que es peligroso”, sostuvo este lunes la fiscal Amanda Leigh Houle, según recogen medios locales, al iniciarse formalmente la etapa final del juicio, en la audiencia que comenzó pasadas las 10:30 en la Sala 24B del edificio ubicado en el 500 de la calle Pearl.
Durante su exposición ante el jurado, que es ahora el que deberá decidir si corresponde aplicar esa condena o no, la funcionaria remarcó que es por esa razón que “Estados Unidos busca la pena más severa prevista por la ley, una sentencia de muerte”.
Por su parte, la defensa del terrorista le pidió al jurado que le imponga, en cambio, la cadena perpetua, argumentando que Saipov acabará su vida en la cárcel y que es necesario “detener el ciclo de muertes” en algún momento.
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La semana pasada, los abogados del acusado hicieron varios intentos para anular la decisión del gobierno de buscar la pena de muerte, alegando que el pedido de condena era una posible discriminación étnica o religiosa.
La defensa cuestionó además el hecho de que la Fiscalía buscara esta sentencia, a pesar de que rige una moratoria de las ejecuciones federales y que el propio presidente Joe Biden se ha negado a autorizarlas en ataques más letales, como fue el caso del crimen de odio en un Walmart de El Paso, en Texas, en el que fueron asesinadas 23 personas en el año 2019.
De hecho, el caso de Saipov representa la primera vez que la Fiscalía busca la pena capital para un acusado durante la administración de Joe Biden, que durante su campaña electoral prometió eliminar este castigo a nivel federal.
El gobierno de Donald Trump, que retomó las ejecuciones federales en 2020 tras años paralizadas, fue el que autorizó a pedir esa pena en caso de que el terrorista fuese considerado culpable por el jurado y la postura de los fiscales se ha mantenido pese al cambio en la Casa Blanca.
Biden ha impuesto una moratoria a las ejecuciones federales, pero de ser condenado Saipov podría enfrentarse al castigo capital en caso de que esa medida se levante en el futuro, por ejemplo, con un nuevo gobierno.
Para que se le imponga la pena de muerte debe haber unanimidad entre los doce miembros del jurado, que durante los próximos días escucharán los argumentos de las partes antes de retirarse a deliberar. Basta con que uno solo se oponga para que no pueda dictarse esa sentencia.
El caso es especialmente llamativo por tener lugar en Nueva York, que ha eliminado la pena de muerte a nivel estatal y donde no se lleva a cabo una ejecución desde 1963.
Saipov, que presuntamente se inspiró en las acciones del Estado Islámico (EI), arrolló de forma intencionada con un camión que había alquilado a varias personas que transitaban por un carril bici de la Gran Manzana, dejando ocho víctimas mortales y doce heridos.
Según los fiscales, el hombre -que había emigrado a EE.UU. tras obtener un visado en una lotería- quería ingresar en el EI y en su teléfono móvil se encontraron numerosos videos e imágenes del grupo terrorista y su entonces “emir”.
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