“Ninguno de los integrantes de la custodia en ese momento se dio cuenta de lo que estaba pasando. Caso contrario tendría que haber utilizado el protocolo, que es la evacuación a un punto seguro de la señora Vicepresidenta”. Con estas palabras, el jefe de la custodia de Cristina Kirchner reconoció en la causa judicial que investiga el atentado contra la ex presidenta que nadie advirtió que le habían apuntado con un arma en la frente a la jefa política del Frente de Todos. Es más: añadió que no se evaluó riesgo porque el público que la esperaba en la puerta de su casa, en Recoleta, no era hostil, revelaron a Infobae fuentes judiciales.
A cuatro meses del intento de asesinato, la investigación apunta a esclarecer distintas aristas de un ataque que encabezaron Fernando Sabag Montiel y su novia, Brenda Uliarte, procesados como coautores de la tentativa de homicidio. Entre esas aristas, aparece el rol de la custodia de la Vicepresidenta que, desde las primeras horas, quedó bajo la lupa de Comodoro Py por la reacción de esos efectivos al momento del ataque. La investigación fue cuestionada por la propia Cristina Kirchner, en medio de sus críticas a la jueza María Eugenia Capuchetti, a la que pretende apartar.
Hasta el jefe de los copitos, Nicolás Gabriel Carrizo, preso y procesado como partícipe secundario, apuntó contra la seguridad de la ex mandataria. En una declaración indagatoria que dio la semana pasada, además de asegurar que, a su criterio, no hubo ningún fin político detrás del atentado, sino el intento de Sabag Montiel de mejorar su imagen como hombre frente a su novia, que lo humillaba sexualmente, Carrizo afirmó: “La policía que estaba ahí: ¿cómo no se dieron cuenta? Eso es raro. Es rarísimo. Tantos policías y un chabón se pone al lado de Cristina. Todo es rarísimo”.
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Diego Martin Carbone es comisario inspector de la Policía Federal y jefe de la Dirección General de Seguridad Vicepresidencial. En la noche del 1 de septiembre del 2022, Sabag Montiel se mezcló entre los simpatizantes kirchneristas que esperaban en la esquina de Uruguay y Juncal a la Vicepresidenta para apuntarle con un arma en la cabeza. No era la primera vez que iba a allí, según se desprende de los diálogos con su novia. Ya había fracasado en un intento por abordarla en la noche del 27 de agosto, tras un día agitado por el escándalo de las vallas que había montado la Policía de la Ciudad en la zona y que desató una movilización.
Carbone no estaba entre los agentes que la protegían en la noche del 1 de septiembre. No era su turno. Pero esa madrugada, posterior al ataque, estuvo frente al despacho de la jueza Capuchetti junto al viceministro de Justicia, Juan Martín Mena, para seguir los primeros movimientos de la causa que investigaba el intento de homicidio, cuando Sabag Montiel ya había sido arrestado, no por la custodia oficial, sino por los militantes kirchneristas que actuaban de una suerte de guardia de la vicepresidenta.
“Yo estaba siendo parte del cordón. Cuando le digo a Cristina que la amaba y viene hacia mi, ella me acaricia y veo por la altura de arriba de mi hombro que se asoma un brazo con un arma”, declaró Javier, uno de los militantes que atrapó a Sabag Montiel. “Lo agarramos entre varias personas. Lo detenemos y le empezamos a decir ‘vos tenías un arma, vos tenías un arma’, y él decía que no. Lo tanteamos un poco y se le cae el arma”. Cuando fue entregado a la policía, Sabag Montiel tenía un ojo en compota.
“Solo me di cuenta del hecho cuando lo vi por televisión”, declaró Cristina Kirchner el jueves siguiente al ataque, cuando recibió en su casa a la jueza Capuchetti y al fiscal Rívolo para que le tomaran declaración testimonial. Según recrean las imágenes tomadas esa noche, después de saludar a sus simpatizantes, firmar un libro que se cayó justo en el momento en que Sabag Montiel sacó su arma y seguir recorriendo la calle con sonrisas y manos en alza, CFK ingresó con su secretario al edificio. “Cuando venía en el ascensor, mi secretario Diego Bermúdez estaba muy nervioso y me dijo que creía que había habido un arma porque había escuchado un clic. Cuando llegamos al domicilio, nos sentamos en el comedor diario, vimos las imágenes y constatamos lo que había ocurrido”, dijo la ex presidenta en la causa.
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Sin que trascendiera, fue convocado al quinto piso de los tribunales de Comodoro Py 2002 para declarar como testigo en la investigación el jefe de la custodia de la Vicepresidenta. Estaba terminando diciembre y no solo por disposición de la jueza sino también por la Cámara Federal debía profundizarse en el rol de la custodia.
Según la declaración a la que accedió Infobae, Carbone dio detalles de su formación, precisó que desde marzo del 2005 estaba abocado de la custodia de Cristina Kirchner y respondió cómo se seleccionaba al personal que reportaba a ese grupo de protección y se instruía a un personal de custodia. La seguridad de los jefes de los funcionarios, ex presidentes y dignatarios extranjeros se rige bajo el “Protocolo de Actuación N° 7″, un estricto régimen que se mantiene bajo reserva. Sin embargo, para los investigadores judiciales, queda claro que la custodia no actuó como debía cuando la titular del Senado fue puesta en peligro por Sabag Montiel.
Los investigadores querían saber cómo era el circuito de esos militantes kirchneristas que se convertían en una suerte de segunda custodia para CFK. Carbone explicó que, según el protocolo, se clasifica al público como “hostil” y “no hostil” y, de esa manera, “se hacen las formaciones de seguridad”. “Algunas son estrictas y otras un poco menos. En el caso del domicilio de la Vicepresidenta, no se consideraba un público hostil porque estaban para saludarla y eran simpatizantes”, afirmó.
Tras señalar que los desplazamientos son reportados a la División Operaciones, el testigo reconoció que “en toda actividad de la Vicepresidenta” se envía un “servicio adelantado” para garantizar un acceso liberado. Pero afirmó que “no hay ningún tipo de acuerdo” con los simpatizantes. ”No tenemos relación de subordinación ni nada parecido alguna de las personas”, aseguró, más allá de que algunas se conviertan en “conocidos de vista” por la cantidad de oportunidades que aparecen. Carbone explicó que, hasta el atentado, Cristina Kirchner solamente advertía que quería “saludar” a la gente”.
¿Cuál era el nivel de amenaza aquel 1 de septiembre cuando Sabag Montiel apareció en escena o incluso los días previos? “No teníamos una hipótesis de conflicto para ese momento: la seguridad fue la misma que se utilizó desde el primer día que empezamos con la custodia de ella. No teníamos amenaza”, afirmó Carbone.
“¿Por qué la ex jefa de Estado no fue evacuada de inmediato?”, insistió el fiscal. Carbone explicó que la custodia reacciona ante un estímulo: “Después del evento hicimos una reunión en el microcine de la Policía Federal para evaluar la situación que había ocurrido... El estímulo nunca ocurrió. Ninguno de los integrantes de la custodia en ese momento se dio cuenta de lo que estaba pasando. Caso contrario tendría que haber utilizado el protocolo que es la evacuación a un punto seguro de la señora Vicepresidenta”.
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