Nicolás Gabriel Carrizo, el jefe de los copitos que está preso acusado de haber participado en el atentado contra la vicepresidenta Cristina Kirchner, declaró hoy durante seis horas en los tribunales de Comodoro Py ante la jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo. En su indagatoria, Carrizo buscó explicar el contenido de las siete conversaciones que aparecieron en su teléfono y que lo vinculan con el intento de homicidio. El implicado insistió en que todo se trató de una broma y afirmó que “no hay un solo mensaje que exponga que él supiera lo que iban a hacer” Fernando Sabag Montiel y Brenda Uliarte, los acusados de haber querido matar a la ex jefa de Estado.
“Ni la plataforma fáctica que se le imputa ni la calificación penal ha cambiado”, insistió el abogado Gastón Marano, defensor de Carrizo, luego de la indagatoria al hablar con los periodistas en la puerta de los tribunales de Comodoro Py 2002. “Arrogarse una importancia que no tenía no alcanza para que el sistema penal lo condene”, afirmó.
Su detención se concretó cuando entregó su celular como testigo y se le encontraron una serie de mensajes dirigidos a su hermanastra en los que admitía su participación en el hecho. “Andrea, el arma es mía”; “Esto estaba planificado para dentro de una semana. Hizo todo mal. Es un pelotudo”; y “Estamos decididos a matarla a puta esa (sic)·” fueron algunos de ellos.
Y añadía: “Cristina tiene miedo. Salió mal pero tiene miedo. Mi amigo estuvo a un segundo de convertirse en héroe nacional, Andrea. Estuvo muy cerca. Falló el arma. No lo entiendo. Andaba bien”. Más tarde acotó: “Esto estaba planificado para dentro de una semana. Hizo todo mal. Es un pelotudo”.
Cuando ya estaba preso, se profundizó el análisis de sus diálogos y se encontraron más conversaciones con mensajes que hizo públicos Cristina Kirchner por Twitter: “Recordá esta fecha”, “Esta hdp (sic) ya está muerta”, “No sabés que hicimos con esto”, “Generar miedo”, “Para que el gobierno sepa con quienes se están metiendo”. A la mañana del día después, el 2 de septiembre, Carrizo insistió: “Es un golpe que le dimos al gobierno. Esto se va a poner peor”.
El abogado defensor explicó que, en su larga declaración, su cliente dio cuenta de los siete chats que se encontraron en su teléfono e intentó explicar sus comentarios. “Cuando Carrizo declaró por primera vez fue una exposición escueta, pero hoy decidió dar una larga declaración explicando los chats que, de nuevo, no tienen nada de nuevos. Eligió escribir a esas personas que iban a reaccionar por su alineación política o su cercanía con él para decir que tenía algo que ver”.
Tras insistir en que no pedía empatía con el humor de Carrizo, al que consideró deleznable, Marano insistió en que el procesamiento fue apresurado y afirmó: “Esto es lo que tenemos como prueba de cargo contra Carrizo, junto a un silencio atronador de los supuestos cómplices. Cabría preguntarse por qué Brenda le pide a Carrizo disculpas no una si no dos veces por el problema en que lo metió”.
“Todo lo que tenemos por afuera de los chats demuestran su inocencia”, insistió
Según indicaron a Infobae fuentes judiciales, se trató de la primera exposición de Carrizo en donde se planteó una estrategia de defensa. Carrizo está procesado como partícipe secundario. Para la jueza Capuchetti, el atacante Fernando Sabag Montiel y Brenda Uliarte podrían haber llevado adelante el plan de matar a CFK sin la ayuda de Carrizo, pero tuvo pleno conocimiento de la intención de asesinar a la Vicepresidenta.
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