La Cámara Federal de Apelaciones de Salta revocó el fallo de primera instancia que le concedía la prisión domiciliaria a Carlos Ignacio Cialceta, un ex teniente coronel del Ejército procesado por su participación en los delitos de lesa humanidad de secuestro, tortura y homicidio de René Santillán, quien en esa época se desempeñaba como dirigente sindical y pertenecía a la Juventud Peronista.
La resolución del viernes pasado dio marcha atrás con lo que había dispuesto la jueza Mariela Giménez, a cargo del Juzgado Federal N° 2 de Salta, que le otorgó al ex militar el arresto domiciliario en razón del agravamiento de su salud vinculado a su edad (70 años). En sentido contrario, los jueces de la Sala II de la Cámara, por mayoría integrada por los magistrados Guillermo Federico Elías y Mariana Inés Catalano, consideraron como no acreditado que la detención carcelaria “haya derivado en un agravamiento en su estado de salud, más allá de las consecuencias razonables que cualquier encierro provoca”.
De ese modo, y en línea con el recurso de apelación interpuesto por el fiscal general Eduardo José Villalba, titular del Área de Derechos Humanos de la Unidad Fiscal Salta, y la Secretaría de Derechos Humanos en rol de querellante, se ordenó el reingreso del acusado al Complejo Penitenciario Federal NOA III, lugar donde transitaba el proceso penal que investiga su participación en el asesinato del dirigente sindical Santillán el 10 de agosto de 1976, fecha en la cual, según la denuncia de su pareja, cinco sujetos encapuchados llegaron a la casa de la víctima en General Mosconi, provincia de Salta, y lo secuestraron luego de golpearlo duramente frente a sus cuatro hijos.
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Tras su secuestro, el sindicalista perteneciente a la Juventud Peronista habría sido introducido en un auto con destino a la ciudad de Tartagal, donde operaba el Regimiento de Infantería de Monte N° 28, cuya plana mayor integraba el imputado Cialceta, según lo que confirmó en la causa. Tiempo después, el cuerpo sería encontrado sin vida en el paraje Acambuco, a 20 kilómetros de Mosconi, presuntamente dinamitado por un componente de carga explosiva de gelamón.
Al momento de resolver, la Cámara Federal de Apelaciones salteña no sólo analizó los informes y estudios de los peritos médicos respecto a la salud mental del ex teniente coronel, sino también los riesgos procesales frente a una posible fuga de aquel, en tanto recordó el hecho según el cual frente a su procesamiento como autor de los delitos imprescriptibles catalogados de lesa humanidad, “lejos de ajustarse a derecho y ponerse a disposición de la justicia, Cialceta se dio a la fuga, permaneciendo en esa condición por aproximadamente 6 meses”.
Fue en ese entonces que la jueza Giménez decidió dictar su orden de captura tanto nacional como internacional, y tras una investigación que implicó tareas de campo y escuchas telefónicas, la Gendarmería Nacional logró dar con su paradero mediante el allanamiento de un domicilio ubicado en la ciudad de Salta, en donde lo encontró escondido adentro de la baulera de un ropero del cuarto donde pernoctaba.
“Tamaña actitud frente al proceso debió ser tratada con mayor profundidad por la jueza de la instancia anterior, ya que este antecedente cercano nos permite inferir que no tiene intención de someterse al proceso y que, ante la primera oportunidad real, podrá intentar eludir -una vez más- la acción de la justicia”, sentenciaron los jueces Elías y Catalano. En esa línea, al enfatizar el peligro de fuga argumentaron que “la escala penal y la naturaleza de estos delitos no puede soslayarse, ya que en el caso de dictarse condena no procedería el cumplimiento condicional”.
A su vez, antes de resolver la apelación se había llevado a cabo una audiencia para que las partes expusieran sus argumentos, instancia en la que participó la hija del sindicalista asesinado, Rosa Santillán, quien al relatar el momento de la detención de su padre explicó: “sólo pude ver cómo se llevaron a mi papá, que me repetía una y otra vez: ‘anda adentro mamita’. Mi papá no se escondió, él abrió la puerta, no se metió en ningún placar. A mí no me dieron la última oportunidad de abrazarlo, pensé que lo iba a ver una vez más, pero mi última imagen suya es peleando por su vida”.
Luego, al hablar del ex militar agregó: “No quiero que se lo trate mal, solo que espere el juicio en la prisión y quiero que haya un juicio, quisiera creer que la justicia va a llegar para nosotros también. Ya tardamos 46 años esperando”. Por otro lado, la disidencia del fallo que revocó el arresto domiciliario la emitió el juez Luis Renato Rabbi Baldi, quien no advirtió en tal morigeración “un peligro actual y concreto contra la integridad y la finalidad del proceso”.
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