(Enviado especial) Con un sweater color verde, anteojos y una larga barba, el terrorista uzbeco Sayfullo Saipov fue trasladado minutos antes de las 9 de la mañana por los pasillos internos bajo tierra que comunican el Metropolitan Correctional Center -una de las prisiones de mayor seguridad de los Estados Unidos- con la Corte del Distrito Sur de Nueva York. Fue dirigido directamente a la Sala 24B de la sede judicial neoyorkina donde se llevó adelante la primera jornada del juicio contra el terrorista acusado de atropellar y matar a 8 personas el 31 de octubre de 2017. Eligió ese día para su cometido criminal porque pensó que habría más gente en la calle con motivo del desfile de Halloween. Entre las víctimas había 5 argentinos: Hernán Mendoza, Diego Angelini, Alejandro Pagnucco, Ariel Erlij y Hernán Ferruchi.
En la sala estaban presentes sobrevivientes del atentado y familiares de las víctimas quienes por primera vez pudieron estar frente al autor del atentado más sangriento después del ataque del 11 de septiembre de 2001. Entre los presentes estaba Ana Evans, viuda de Hernán Mendoza, quien estuvo asistida por su abogado Juan Félix Marteau, especialista en prevención de lavado de activos y financiación del terrorismo. Infobae se comunicó con Marteau, pero el letrado prefirió por el momento no hacer declaraciones respecto de lo que está sucediendo en la sala donde se desarrolla el juicio a Sayfullo Saipov.
El juez Vernon Broderick dedicó gran parte del comienzo de la audiencia para dirigirse a los miembros del jurado y explicarles cuál era su función en el juicio. Es así que el magistrado dejó bien en claro que no debían tomar una decisión llevados por los argumentos de la defensa y el fiscal sino por las pruebas que hay del caso. Insistió mucho con la idea de que no son relevantes las argumentaciones de las partes sino que lo que es relevante son las pruebas. Dedicó mucho tiempo a explicar que tanto la defensa como el fiscal tienen como tarea desplegar sus argumentos de acuerdo con el interés que representan, pero remarcó que los miembros del jurado no se tienen que dejar llevar por esos argumentos sino atender a la prueba que se presenta. También le subrayó al jurado que Saipov se declaró inocente y por lo tanto hasta que tengan un veredicto al término del juicio deben considerarlo de esa manera.
Después del juez, tomó la palabra el fiscal Alexander Li, quien hizo un relato del ataque terrorista del 31 octubre de 2017 en la ciclovía paralela a la orilla del río Hudson cometido por Saipov con una camioneta que había alquilado atropellando a un grupo de ciclistas a una velocidad de 106 kilómetros por hora. En ese momento, el fiscal señaló con el dedo en dirección a donde estaba ubicado el terrorista uzbeco y afirmó que Saipov es el responsable de la muerte de ocho personas.
Además, reveló que está probada la conexión de Sayfullo Saipov con ISIS a través de conversaciones de chat que mantuvo el uzbeco con un miembro de la organización terrorista desde el año 2014.
Luego hizo su declaración David Patton, abogado defensor de Saipov, quien no negó que su cliente haya matado a ocho personas y herido gravemente a otras. En ese sentido, dijo: “No fue un accidente, lo hizo intencionalmente. Saipov esperaba morir ese día como mártir para vengar las muertes de los musulmanes en todo el mundo”. Sin embargo, aclaró que no lo hizo para ganarse el favor de la organización terrorista ISIS como sostuvo la fiscalía. El defensor de Saipov le pidió al jurado que prestara mucha atención a las pruebas porque de esa manera se darían cuenta que tiene razón.
Después declararon un testigo que vio el choque de la camioneta que manejaba Saipov con el autobus escolar a la altura del puente de Tribeca y el policía que le disparó a Saipov en la pierna el día del atentado y lo redujo.
Una vez que declararon esos dos testigos, retomó la palabra el fiscal en una de las etapas más largas de la jornada de hoy. Allí, enumeró una por una las evidencias que se habían recogido durante la investigación al tiempo que le preguntaba a los agentes que las habían colectado si las reconocían.
La actividad del primer día del juicio por el atentado de 2017 terminó a las cinco de la tarde cuando comenzaban a aparecer las primeras sombras y el frío se hacía sentir de manera más impiadosa en el invierno de Nueva York.
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