La movilidad de carga en la Argentina enfrenta desafíos constantes para mantenerse alineada con las normativas ambientales internacionales. En este escenario, YPF consolida su liderazgo con la ampliación de la comercialización de Azul 32, un fluido que permite a los motores diésel pesados cumplir con los estándares globales de emisiones.
Este avance es un paso más en los procesos que ayudan a cuidar el medioambiente. Al mismo tiempo, se trata de una solución que contribuirá con prolongar la vida útil de los vehículos, al optimizar su rendimiento a lo largo del tiempo.
La implementación de Azul 32 por surtidor en 68 estaciones de servicio marca un hito en la estrategia de YPF para facilitar el acceso a este producto. El abastecimiento directo desde la isla permite a los transportistas cargar tanto combustible como el fluido reductor en un mismo punto, lo que se traduce en un menor tiempo de espera.
Este sistema de carga responde a las demandas del sector, donde la eficiencia operativa es clave para maximizar los recursos y garantizar entregas a tiempo. La decisión de ofrecer este complemento por surtidor amplía la oferta integral que YPF ya brinda en las principales rutas del país y refuerza así su compromiso con el sector del transporte pesado.
Un compromiso con la calidad certificada
Avalada por rigurosos procesos que aseguran su adecuada manipulación y conservación, Azul 32 está certificada con la normativa ISO 22241. Esta regulación establece los parámetros para preservar la integridad del fluido durante todas las etapas, desde la producción hasta el suministro final en las estaciones de servicio.
La trayectoria de YPF en este rubro tiene antecedentes sólidos. En 2014, la compañía había sido pionera en el mercado local al introducir este fluido en bidones, convirtiéndose en la primera petrolera argentina en ofrecer este producto en sus estaciones. Desde entonces, la expansión de formatos y puntos de venta ha sido una constante, consolidando una red de distribución cada vez más extensa.
Además, la empresa cuenta con licencias de AdBlue, la marca registrada por la Asociación Alemana de la Industria Automotriz (VDA). Este reconocimiento certifica el cumplimiento de los más altos estándares internacionales, avalando los procesos de producción, transporte y distribución de este complemento. A esta certificación se suma la otorgada por el American Petroleum Institute (API) de los Estados Unidos, que reconoce el sistema de gestión productiva como API DEF.
Más allá del combustible: una oferta integral para el transporte
El desarrollo de productos como Azul 32 forma parte de una propuesta más amplia de YPF, que busca cubrir todas las necesidades del transporte pesado. Junto a Infinia Diesel y Extravida, el fluido reductor de emisiones completa una oferta que protege los vehículos, a la vez que contribuye a minimizar el impacto ambiental del sector.
El programa YPF Ruta -que ofrece herramientas digitales- es otro pilar de esta estrategia que facilita la gestión de flotas. A través de esta plataforma, los transportistas pueden simplificar la planificación de cargas, acceder de una manera simple a todos los productos de esta línea y optimizar así la operatividad de las unidades en circulación.
El crecimiento del parque automotor diésel exige respuestas innovadoras y sostenibles. “Estamos convencidos de que Azul 32 potencia el transporte nacional y contribuye a reducir las emisiones, alineándonos con los desafíos ambientales que enfrenta el sector”, destacaron desde la petrolera.
Esta iniciativa refuerza el compromiso de YPF con la innovación y la sustentabilidad, ofreciendo a sus clientes productos de calidad internacional que mejoran el rendimiento de sus flotas. Con una mirada puesta en el futuro, la compañía continúa con el desarrollo de soluciones que acompañen la evolución del transporte y las necesidades del sector.
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