En el corazón del Valle de Tinogasta, una región privilegiada de Catamarca, se encuentra un emprendimiento innovador que combina la tradición agrícola con las oportunidades de inversión moderna.
Se trata de Altos de Tinogasta, un proyecto que desde hace 15 años se dedica a la elaboración de vinos y aceites de oliva. Su propuesta le permite a todo tipo de inversores acceder a este mercado y recibir ingresos en dólares derivados de la comercialización de estos productos.
Una opción de inversión en auge
Este modelo se diferencia de los bienes raíces tradicionales al vincularse con la producción agrícola, ganadera o forestal, transformando terrenos en activos que generan ingresos constantes. En este contexto, Altos de Tinogasta se destaca como una opción disruptiva en el mercado al combinar la escritura de tierras productivas con la rentabilidad de cultivos como la vid y el olivo.
Ubicado en la zona de los Seismiles, en la imponente Cordillera de los Andes, este proyecto ofrece a los inversores una doble ventaja: convertirse en propietarios de terrenos y, al mismo tiempo, participar del negocio de la comercialización de vinos y aceites de oliva. “Los precios de las parcelas, que van desde los 8.000 dólares, hacen que incluso medianos y pequeños inversores puedan acceder y formar parte”, señala Diego Torrea, director Comercial del emprendimiento.
Este modelo de negocio resulta particularmente atractivo porque las parcelas se pueden adquirir en pesos y cuotas fijas, al tipo de cambio oficial, y obtener beneficios en dólares. Además, los inversores no necesitan conocimientos técnicos, ya que un equipo de expertos se encarga de todas las etapas de la producción y comercialización.
“Invertir en este tipo de commodities puede generar rentas que escalan del 5% al 7% anual en dólares”, agrega Torrea sobre este sistema de real estate productivo al que pueden acceder pequeños y medianos ahorristas argentinos.
La elaboración de vinos: una experiencia única
Uno de los pilares de Altos de Tinogasta es su bodega Veralma, que produce varietales en terrenos situados a 1.300 metros sobre el nivel del mar. Gracias a la altitud y las características climáticas del valle, los tintos de esta bodega se distinguen por su intensidad y concentración.
“Nuestros vinos son de mucho color, cuerpo y de una concentración de antioxidantes intensa y persistente que expresan de una manera franca las características de nuestro terroir. Trabajamos para elaborar productos auténticos, agradables al beber y que transmitan los atributos de esta zona emergente en el país”, detalla Juan Pablo Morales, enólogo del proyecto.
La bodega ofrece tres líneas de vinos diseñadas para distintos públicos, que han recibido recientemente reconocimientos a nivel internacional. Seismiles se destaca por ser una línea joven y versátil, ideal para quienes buscan opciones frescas y dinámicas. Por su parte, Entretantos está orientada a quienes prefieren opciones de estructura media y mayor complejidad. Finalmente, La Gesta representa la alta gama, con bebidas de gran carácter elaboradas en barricas de roble francés durante 12 meses, lo que les otorga mayor profundidad y sofisticación.
Como parte de su propuesta diferenciadora, los inversores también tienen la posibilidad de crear su “Vino Propio”. Acompañados por el enólogo, pueden elaborar 300 botellas personalizadas en barricas de roble, seleccionando cada detalle según sus gustos y preferencias.
Producción de aceite de oliva: un commodity en crecimiento
Además de los varietales, el proyecto ofrece otra oportunidad especialmente rentable. “Invertir en la producción de aceite de oliva es un excelente resguardo de valor”, subraya Torrea. El sistema intensivo de plantación que utiliza Altos de Tinogasta permite sembrar más de 1.600 plantas por hectárea, lo que optimiza el rendimiento y garantiza a la vez una producción constante y de alta calidad.
Actualmente, el emprendimiento se encuentra en su cuarta etapa de desarrollo, con parcelas desde 1.200 metros cuadrados disponibles en venta. “Estas parcelas se pueden adquirir al contado o mediante financiación, con una renta del 5% neto anual en dólares durante los primeros 24 meses”, explica el director Comercial de la bodega.
Energía renovable: innovación y sostenibilidad
El proyecto también apuesta por la sustentabilidad a través del desarrollo de su propio parque solar. Con una capacidad de generación equivalente al consumo de energía de 10.000 personas, esta iniciativa busca reducir un 25% de los costos operativos, lo que se traduce en mejores rendimientos para los inversores.
“Este caso es único en Argentina, una empresa agroindustrial que genera su propia energía renovable”, detalla Torrea, quien además enfatiza que este modelo convierte al proyecto en el primer emprendimiento de real estate productivo verde autosustentable del país.
Quienes deseen formar parte de Altos de Tinogasta todavía tienen una oportunidad para ingresar al proyecto. La etapa actual ofrece lotes de olivares a un precio competitivo, con múltiples facilidades de pago. Además, los nuevos inversores no tendrán que afrontar costos operativos hasta mayo de 2025 y contarán con la mencionada renta asegurada en dólares.
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