De la vocación al trabajo profesional: cómo los paseadores perfeccionan su oficio

Paula Blanco encontró en los cursos de la Ciudad de Buenos Aires la oportunidad de capacitarse y ofrecer un servicio responsable. La historia de una mujer que cambió su empleo en relaciones públicas para hacer lo que le apasiona: estar con los animales

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La historia de Paula Blanco
La historia de Paula Blanco muestra cómo profesionalizar una vocación con las herramientas adecuadas (Ciudad de Buenos Aires)

Paula Blanco supo que su vida estaría rodeada de animales. Desde pequeña, ya demostraba una profunda conexión con estos compañeros de cuatro patas. Con el paso del tiempo, aquella empatía se transformó en una misión: rescatar, cuidar y proteger a los perros que encontraba en situación de abandono o vulnerabilidad.

A lo largo de los años, la paseadora transitó diferentes etapas: intentó estudiar veterinaria, trabajó como asistente en centros de atención animal y más tarde se graduó en Relaciones Públicas. A pesar de que se le habían presentado oportunidades laborales, había algo que siempre faltaba.

Un giro inesperado que cambió todo

Un día, Paula se encontró con la posibilidad de realizar un curso del Gobierno de la Ciudad para pasadores de perros. Descubrió que allí había una oportunidad para estar con los animales, como siempre quiso, y hacerlo de manera responsable y profesional.

Estos espacios de formación, organizados por la Unidad de Coordinación de Sanidad y Tenencia Responsable de Mascotas, tienen como objetivo brindar conocimientos esenciales a quienes desarrollan esta actividad en el ámbito porteño.

La capacitación inicial es gratuita y se realiza de forma virtual para brindar un acceso sencillo a quienes deseen profesionalizarse. Además, los paseadores certificados pueden continuar su formación con programas de actualización, como los talleres sobre Agresión Canina, para perfeccionar sus habilidades.

Paula Blanco encontró en los cursos de la Ciudad de Buenos Aires la oportunidad de capacitarse y ofrecer un servicio responsable. La historia de una mujer que cambió su empleo en relaciones públicas para hacer lo que le apasiona: estar con los animales

Desde 2022, se realizaron un total de 20 capacitaciones, con 436 paseadores inscriptos y aprobados. De ese total, 170 continuaron su formación en talleres especializados, lo que demuestra el interés por adquirir mayores herramientas en la profesión.

Una oportunidad para combinar vocación y profesionalismo

“Quería tener todo en regla, no hacer ninguna macana”, comenta Paula, quien comenzó su actividad como paseadora en junio de 2019, al enterarse de los cursos ofrecidos por la ciudad. La formación le brindó conocimientos claves, especialmente en primeros auxilios, que marcaron una gran diferencia en su trabajo diario.

Uno de los momentos más desafiantes ocurrió en pleno verano de ese año, cuando una de las perras que paseaba, una cruza de labrador y sharpei, se quemó una de sus patas con brea en una plaza de Saavedra. “Gracias a las temáticas abordadas y adquiridas en el curso, pude reaccionar rápido y brindarle asistencia en el momento”, relata.

“A mí, la verdad es que el certificado me ayudó a crecer profesional y económicamente porque me habilitó a que la gente supiera que estaba capacitada para realizar esta actividad”, explica.

Una jornada con compromiso y amor por los perros

La rutina de Paula comienza cada día a las 6 de la mañana. Con un recorrido bien planificado, organiza tres grupos de paseo: cada uno, conformado por entre seis y ocho perros. El tiempo es de aproximadamente dos horas, durante las cuales realiza varias paradas para que los animales puedan descansar, hidratarse y socializar.

Desde su mochila equipada hasta
Desde su mochila equipada hasta sus conocimientos, Paula Blanco demuestra profesionalismo cada día (Ciudad de Buenos Aires)

Para desempeñar su tarea con responsabilidad, lleva siempre consigo una mochila equipada con un kit de primeros auxilios: gasas, vendas, antisépticos, tijeras, guantes y cinta. Además, nunca le faltan correas, collares, bozales de varios tamaños y botellas de agua con pico vertedor para asegurar la hidratación de los animales.

Gracias a su profesionalismo y dedicación, se gana el cariño de sus clientes y la confianza de los vecinos de Saavedra y Núñez, barrios en los que trabaja diariamente.

La importancia de capacitarse

Los cursos para paseadores de perros impulsan el crecimiento profesional y garantizan un servicio más confiable. Los conocimientos adquiridos en temas de comportamiento animal, seguridad en la vía pública y primeros auxilios son herramientas indispensables para enfrentar cualquier eventualidad. Además, la gratuidad de la capacitación facilita el acceso a quienes recién comienzan en esta profesión.

Esta iniciativa del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires permite a los paseadores ejercer su labor con mayor profesionalismo, responsabilidad y seguridad. Asimismo, mejora la calidad de vida de los animales de compañía y de sus dueños.

Para conocer más información sobre estos cursos, hacer clic acá.

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