En los últimos años, la cirugía plástica ha evolucionado significativamente. De hecho, lo que parecía un procedimiento tabú por sus resultados artificiales, resurgió a partir de una técnica innovadora que se encuentra en el centro de la escena: el lifting facial de plano profundo.
Conocida también como deep plane facelift, esta alternativa quirúrgica aborda los efectos del envejecimiento facial desde sus capas más profundas. Hoy, es cada vez más popular gracias a sus resultados efectivos que respetan las facciones y los rasgos característicos de cada rostro.
La destacada cirujana plástica Carolina Cignetti (MN 119.833), miembro de la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica y Estética (SACPER) y de la American Society of Plastic Surgery (ASPS), dialogó con Infobae para brindar más detalles acerca de esta práctica cada vez más demandada.
“No es un estiramiento, sino una verdadera reposición de los tejidos descendidos. Al levantar la piel y el músculo (SMAS) juntos como una unidad, se reposicionan las estructuras profundas del rostro”, explica la especialista. Esto trae como resultado que la superficie de la piel se vea tersa y firme, pero sin el efecto ‘tironeado’ que solía caracterizar a los liftings faciales de décadas pasadas.
El fenómeno de la “fatiga del relleno”
Uno de los motivos por los que el lifting de plano profundo viene ganando relevancia es lo que la doctora Cignetti denomina la “era de la fatiga del relleno”.
Durante años, los tratamientos cosméticos menos invasivos se habían posicionado como una de las principales líneas de defensa contra el envejecimiento facial. Sin embargo, estos procedimientos no abordan problemas como la flacidez o el descenso de las estructuras del rostro.
“Estamos en un punto de inflexión. Los pacientes han empezado a darse cuenta de que estos procedimientos solo voluminizan, pero no son efectivos a la hora de luchar contra la flacidez de los tejidos causados por el envejecimiento. Su mal uso deviene en el efecto de una apariencia sobrecargada y redondeada”, afirma la doctora.
Aunque tradicionalmente los liftings faciales se asociaban con personas mayores de 60 años, los nuevos paradigmas de salud, longevidad y percepción estética amplían el rango de edades de quienes consideran este procedimiento.
“Recibo muchas consultas de pacientes menores de 50 años que quieren restaurar una apariencia más juvenil antes de que los signos del envejecimiento sean demasiado evidentes. Inclusive, personas jóvenes con flacidez debido a su genética o factores externos ven en este tratamiento una solución efectiva”, señala la cirujana.
Resultados naturales y cicatrices casi imperceptibles
Uno de los aspectos más destacados de esta técnica es su capacidad para evitar el indeseado aspecto “operado”. En ese sentido, la doctora compara su trabajo con la sastrería a medida o bespoke tailoring.
“Cada cirugía facial debe adaptarse para realzar la belleza única de cada persona, como un traje hecho a medida. Considero que cada plan de tratamiento debe ser individualizado, con ajustes específicos para revertir los cambios generados por el envejecimiento. Mis pacientes buscan ser ellos mismos, pero renovados y rejuvenecidos”, explica.
Al no ejercer tensión sobre la piel, las cicatrices del lifting deep plane evolucionan con una calidad enormemente superior sin el riesgo de sufrir ensanchamientos o tracciones extrañas, resultando prácticamente indetectables en poco tiempo. Esto otorga confianza tanto a mujeres como a hombres, quienes pueden llevar el cabello recogido o corto sin preocuparse por cicatrices reveladoras.
El impacto de la pandemia en la cirugía facial
La pandemia de COVID-19 trajo consigo un fenómeno inesperado: el “efecto Zoom”. Pasar horas frente a cámaras durante videollamadas hizo que muchas personas prestaran más atención a su rostro e identificaran signos de envejecimiento que antes pasaban desapercibidos. Esto generó un aumento en la demanda de procedimientos como este tipo de lifting.
“La gente quiere cambios naturales que no sean evidentes, pero que marquen una diferencia significativa. Buscan soluciones duraderas después de haber agotado las opciones cosméticas no quirúrgicas”, comenta la especialista.
En este Día del Médico, la Dra. Cignetti destaca la dedicación de los profesionales que transforman vidas, así como también la capacidad de la cirugía estética para devolver la confianza en uno mismo, respetando siempre los rasgos únicos de cada paciente. El lifting deep plane es una muestra de cómo la ciencia y el arte se combinan para brindar resultados naturales y duraderos.
Esta profesional, que cuenta con una formación en el exterior junto a los cirujanos pioneros más prestigiosos en esta técnica a nivel mundial, comparte en distintas plataformas su enfoque personalizado y vanguardista en esta revolución estética, ayudando a sus pacientes a enfrentar el paso del tiempo con confianza y autenticidad.
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