En la búsqueda de alternativas sostenibles para satisfacer la creciente demanda energética, las fuentes renovables cobraron protagonismo en los últimos años. A medida que crece la conciencia sobre el impacto ambiental de los combustibles fósiles, la generación de energía a partir de recursos naturales como la biomasa forestal se posiciona como una solución prometedora.
Este modelo energético permite aprovechar los desechos de diversas industrias para transformarlos en electricidad limpia y así beneficiar tanto al medio ambiente como a las economías locales.
FRESA es la planta de energía de biomasa más grande de la Argentina, según informó la compañía. Se trata de un proyecto que viene cambiando el panorama energético de Gobernador Virasoro, en la provincia de Corrientes.
Desde 2020, cuando comenzó sus operaciones, esta planta utiliza biomasa forestal para generar energía eléctrica, empleando los desechos de las plantaciones y residuos industriales de la zona. Esta alternativa genera energía limpia y renovable para miles de hogares, además de fortalecer la economía regional.
Actualmente, Insud -el grupo inversor detrás de este proyecto-, está construyendo una segunda planta en la región. Esta ampliación, con fecha de inicio en 2025, busca duplicar la capacidad productiva, lo que representa un impacto significativo en el abastecimiento energético de Corrientes. Con ambos establecimientos en funcionamiento, se espera alcanzar el equivalente al 20% del consumo de la provincia.
“Actualmente, entregamos 36 MWh al Sistema Argentino de Interconexión (SADI), que representan un 10% de la energía eléctrica que consume la provincia de Corrientes. La energía generada por la planta se envía a través de la empresa transportista TRANSNEA S.A. y beneficia a localidades como Gobernador Virasoro, Santo Tomé y La Cruz”, precisó Luciano Baroni, CEO de FRESA.
El valor de los residuos forestales
Este modelo permite darle una segunda vida a un recurso que antes no se aprovechaba en su totalidad. “Antes de la instalación de la planta nosotros teníamos esta biomasa almacenada o utilizada en una muy baja proporción. Hoy, le damos valor económico”, afirmó Mercedes Omeñuka, presidente de la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA).
Al convertir todos estos desechos en energía, se promueve una economía circular en la zona, con impactos en la cadena de valor y beneficios económicos que antes eran impensados.
Por otra parte, los residuos forestales se quemaban sin control, lo que generaba problemas de calidad del aire en la zona. “Anteriormente, enfrentábamos serios inconvenientes de contaminación debido a la quema ilegal de pilas de desechos. Con esta nueva generación de energía, podemos decir que esto se está solucionando entre un 70% y un 80%”, manifestó Emiliano Fernández Recalde, intendente de Gobernador Virasoro.
Un proyecto sostenible para el futuro
La construcción de la segunda planta de FRESA refuerza el compromiso de Insud con el desarrollo de energías renovables y sostenibles. Esta iniciativa forma parte de un plan estratégico del grupo empresarial, que también está presente en sectores como salud, agronegocios, industrias culturales y biotecnología, con el propósito de mejorar la calidad de vida de las comunidades.
Además de ofrecer una solución energética sostenible, FRESA brinda empleos y fomenta la economía en la región. Actualmente, sostiene más de 425 puestos de trabajo directos e indirectos.
De este modo, la producción de energía a partir de biomasa no solo favorece el crecimiento económico de Corrientes, sino que también propone un modelo más sostenible para enfrentar la demanda energética.
FRESA demuestra que es posible impulsar la economía y cuidar el medio ambiente de manera simultánea. Este enfoque hacia las energías renovables marca el camino hacia un futuro más sostenible, donde el desarrollo económico y la protección del medio ambiente avanzan de la mano.