Cómo trabaja uno de los complejos que le permite al país producir combustibles más limpios

En un contexto donde la industria energética -a nivel global- busca adaptarse a las crecientes demandas de sostenibilidad, YPF continúa su trabajo en la implementación de tecnologías avanzadas. Ubicado en la provincia de Mendoza, el Complejo Industrial Luján de Cuyo (CILC) es una de las naves insignias que le permiten a la compañía producir combustibles con menos azufre en pos de reducir su impacto ambiental.

Este proyecto representa un pilar fundamental en la estrategia de la energética para modernizar sus procesos y alinearse con las exigencias globales de cuidado del planeta. Desde su creación, esta refinería se perfiló como referente en la industria, no solo por su capacidad de producción, sino también por su constante innovación en tecnologías más limpias.

“En YPF, estamos comprometidos con la transición energética. Esto implica no solo mejorar la eficiencia de nuestros procesos, sino también reducir las emisiones y adoptar prácticas más sostenibles”, señala un vocero de la compañía.

De esta manera, la planta de Luján de Cuyo ha incorporado en los últimos años nuevas estrategias para producir combustibles más limpios. Estas tecnologías incluyen la desulfurización profunda, proceso que reduce el contenido de azufre en los combustibles, minimizando así la emisión de gases contaminantes cuando son utilizados.

Además, la inversión en el complejo ha permitido mejorar la calidad de los productos para hacerlos más compatibles con las normativas internacionales que exigen menores emisiones. “La modernización de las instalaciones es clave para asegurar que nuestros combustibles y derivados no solo cumplan con los estándares actuales, sino que también anticipen las regulaciones futuras”, explica un ingeniero de la compañía energética.

Con estas mejoras, la refinería mendocina está en condiciones de aumentar tanto la producción como la distribución de Infinia Diesel en todo el territorio nacional. Este avance se enmarca dentro de un proyecto que busca disminuir la presencia de azufre en el gasoil de 50 a 10 partes por millón (ppm).

“Como parte de nuestro plan de crecimiento, este año destinamos una inversión de 5.000 millones de dólares, de los cuales una porción significativa se canalizará hacia el área de downstream. Este financiamiento tiene como objetivo continuar con la modernización del parque de refinerías de la compañía, que aseguren una mayor y mejor oferta de combustibles a lo largo y ancho de la Argentina”, detallan desde YPF.

Esta planta tiene una capacidad de procesamiento de 19.500 metros cúbicos por día, lo que representa más del 35% del total de la producción de YPF. Asimismo, abastece de combustibles a 14 provincias, principalmente las que se encuentran al centro-norte del país y parte de la zona este. En sus instalaciones se refina el 24,1% del gasoil y el 19,9% de las naftas que la petrolera comercializa en el país.

Cabe destacar que en marzo de 2024, el Complejo alcanzó un récord histórico al procesar 594.312 metros cúbicos de crudo, superando en un 5.7% el registro anterior. Este logro se debe a un nuevo modelo operativo que mejora la eficiencia y toma de decisiones, así como a una mayor recepción de crudo desde Vaca Muerta, impulsada por proyectos de mejora en la infraestructura de oleoductos.

Ubicados en las provincias de Neuquén, Mendoza y Buenos Aires, los tres complejos industriales de la energética operan en conjunto el 50% del parque refinador de la Argentina y más de 1.600 estaciones de servicio integran su red de comercialización.

“En YPF, nuestra misión es liderar la industria energética hacia un futuro más sostenible, y el Complejo Industrial Luján de Cuyo es una pieza clave en este esfuerzo” afirman desde la compañía.