En 2015, las Naciones Unidas establecieron una serie de 17 metas globales para afrontar los grandes desafíos del mundo: estos son los ODS u Objetivos de Desarrollo Sostenible. Algunos de ellos se relacionan con el calentamiento global y el carbono cero.
El ODS 13 es “acción por el clima”, e incluye medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a un nivel en el que los bosques, suelos y océanos puedan absorber naturalmente la cantidad de carbono emitida, logrando así un balance neutro.
En esa línea, el Acuerdo de París, que complementa los ODS, establece el objetivo de mantener el aumento de la temperatura global muy por debajo de los 2 grados centígrados con respecto a los niveles preindustriales y de limitar el incremento de la temperatura a 1,5 grados centígrados.
Si estos son los objetivos globales, es crucial que gobiernos, organizaciones sociales y el sector privado unan fuerzas en acciones conjuntas. Por ejemplo, al norte de Misiones, se encuentra el Bosque Galicia, un proyecto de restauración ambiental que busca compensar emisiones de carbono.
Ubicado en la reserva San Sebastián de la Selva, entre los parques provinciales Urugua-í y Foersters, la iniciativa ya cuenta con 5.200 árboles nativos plantados por Galicia: gracias a ellos se compensarán 7.577 toneladas de carbono.
“El cuidado ambiental forma parte de nuestra estrategia como empresa del sector financiero. Buscamos no solamente compensar nuestra huella operacional, sino también extender esas mediciones a nuestra cartera y proveedores para que ellos también colaboren en contrarrestar el cambio climático”, asegura Constanza Gorleri, gerente de Sustentabilidad Galicia.
Y agrega: “Mitigar el cambio climático demanda la acción conjunta de todos, empresas, organizaciones sociales y particulares. El Bosque Galicia es un reflejo de esta articulación en donde los diversos actores trabajan para restaurar esta parte de la Selva Atlántica en Misiones que se encuentra degradada. Pero, además, esta articulación le da sostenibilidad en el tiempo al proyecto dado que las comunidades locales son parte importante para su continuidad”.
El proyecto incluye a las comunidades locales, ya que estas participan de las jornadas de plantado y reciben material didáctico para escuelas rurales sobre cuidado ambiental y preservación. También son las encargadas de colaborar en el monitoreo y seguimiento de los nuevos ejemplares.
Esta restauración ambiental, en alianza con las organizaciones Eco House y Proyecto Bayka, se origina del SGA (o “Sistema de Gestión Ambiental”) de Galicia, que le permite a la entidad conocer su nivel de emisiones de GEI y plantearse objetivos ambientales.
Gracias a este sistema, Banco Galicia logró identificar aquellos momentos de mayor generación de huella de carbono: consumo de electricidad, uso de gases para aire acondicionado, plástico en las tarjetas y combustible de los camiones de caudales propios, entre otros.
A esta identificación le siguió un camino de reestructuraciones: comprar energía renovable, adecuar la iluminación a la tecnología LED, cambiar los equipos de aire acondicionado por otros de clase A y utilizar dispositivos de encendido y apagado de las marquesinas en sus sucursales para minimizar el impacto.
Desde la reserva San Sebastián de la Selva, creada en 2009, explican que el sitio nació como una chacra de explotación forestal y actividad ganadera: “Estas prácticas fueron las causantes de la completa deforestación del 30% de su superficie total, lo que impactó de manera negativa en el normal funcionamiento del ecosistema”, desarrollan en el sitio web oficial.
De acuerdo con la organización de la reserva, esta cuenta con el 32,9% de las aves registradas en la Argentina, el 41% de los anfibios de Misiones y el 46,6% de los mamíferos de la provincia. En total, son 39.570 árboles nativos plantados.