Este 18 de diciembre los hinchas argentinos, por nacimiento o adopción, festejaron el primer aniversario de la Copa del Mundo. En ese mismo momento el año pasado, muchos estaban haciendo grandes promesas con la esperanza de que el capitán trajera a casa la “tercera”.
Son cientas las historias de hinchas que se tatuaron, casaron, raparon (o dejaron de cortarse el pelo por un año), comenzaron el gimnasio y peregrinaron hasta Luján. Y es que, si hubo un momento ideal para hacer promesas, fue la final del Mundial.
Un año atrás, en AFA Estudio (el streaming oficial de la Selección) se recopilaron en un cuaderno las promesas de distintos hinchas invitados. Este lunes ese documento salió a la luz para contrastar si los compromisos habían sido cumplidos, como el de Coscu, que prometió “streamear” todos los días durante 2023.
También se contaron las historias de cuatro fanáticos de Fernet Branca, que se comprometieron a dejar de tomar su bebida favorita por un año, por puro amor a la camiseta.
La promesa al ídolo
Si se habla de promesas difíciles, para Manuel Fanizza la suya no fue una excepción. Con 27 años e idolatría por Lionel Messi desde chico, tras la victoria 3 a 0 contra Croacia, se juntó con amigos a celebrar en un bodegón. La charla derivó en: ¿Qué hacer si Argentina sale Campeona del Mundo?
“Pensé, ¿qué sacrificio puedo hacer yo? Y la realidad es que mi trago favorito es el fernet, me acompañó durante todos los partidos del Mundial. Así que prometí que si Argentina ganaba la copa, yo no iba a tomar fernet por un año”, relata.
Dicho y hecho, hasta este 18 de diciembre, su último vaso del trago futbolero fue en los festejos del Obelisco después de la victoria contra Francia.
El joven relata que la promesa “costó mucho”, las tentaciones se presentaban en todo momento: fiestas, juntadas con amigos, personas que dejaban botellas en su casa.
“Yo soy muy fanático de Lio, se tornó un referente para mí, sobre todo porque muchas veces lo criticaron injustamente y yo sentía que había que bancarlo y acompañarlo. Y no le puedo mentir a Messi. Si yo le dije a Messi que voy a estar un año sin tomar fernet, estoy, estuve y estaré un año sin tomar fernet. Dejé algo que me gusta porque estos tipos me dieron la felicidad eterna”, cuenta.
Durante el mes del torneo también practicó muchas cábalas: usar una remera del Diego, ver todos los partidos en su casa, el aire acondicionado en 22 (por ser el Mundial 2022), el volumen de la tele en 86 y con la mirilla de la puerta abierta un tiempo y cerrada en el otro.
Para Manuel el momento único del Mundial, el que esperó durante los últimos diez años de su vida, fue ver a Messi levantar la copa. Hoy tiene una réplica en su casa y admite que por momentos la levanta y pasea por su departamento.
Las cartas premonitorias
Martes 22 de noviembre de 2022, 13 horas en Qatar y siete de la mañana en Argentina. La Selección estaba a punto de disputar el primer partido del Mundial de Qatar contra Arabia Saudita. Al igual que los 46 millones de argentinos, Nicolás Levy madrugó ese día para ver el debut con amigos y un desayuno peculiar con vacío, mollejas y mate.
Honrando a sus ídolos, decidió jugar a un peculiar juego de cartas que inventaron “Papu” y De Paul durante la Copa América 2021: se “adivinaban” las cartas entre sí y si acertaban, significaba que el torneo era suyo. Hoy Otamendi luce un tatuaje de un 7 de espadas y Messi, un 5 de copas.
“Lo miro a mi mejor amigo, que le decimos Dios, y le pido que me diga una carta. Tres de bastos. A la primera, de una, sale el tres de bastos. En la euforia nos paramos, festejamos, corrimos por toda la casa y ahí seguimos el día”, cuenta el joven.
Lo que no sabía es que, luego de tres goles anulados en los minutos 21, 27 y 34 para la Argentina, el equipo daría un paso en falso. Su mejor amigo, Gerónimo (alias Dios) lo contuvo: “Tranquilo, somos campeones del mundo igual”. Allí surgió su promesa: si Argentina ganaba, él se tatuaría.
Siguieron México, Polonia, Australia, Países Bajos, Croacia y finalmente rumbo a la gloria, Francia. Cuenta que, cuando “Holanda” puso el gol de empate 2 a 2, nuevamente “Dios” lo tranquilizó recordándole el juego de cartas.
Para cuando Argentina se coronó frente a Francia, Nicolás ya tenía presupuestado su tatuaje. Al día siguiente se presentó ante su tatuador a las 11 de la mañana con el diseño preparado: el tres de bastos.
“Se me pone la piel de gallina con la Selección. A mí me gusta el fútbol. Yo vi el Mundial 2002, 2006, 2010, 2014. Los vi, pero nunca sentí lo que me pasó con este. El nivel de sentirte completamente representado, no por el fútbol, sino por la actitud que tienen los jugadores en la cancha, me representa. Yo veo los goles y se me pone la piel de gallina”, concluye Levy.