Todos los martes y jueves a las cuatro y media de la tarde, un grupo de jóvenes y adultos se reúne en un club de barrio en Rosario, Santa Fe, con un mismo objetivo. Son dieciséis y tienen diversas discapacidades intelectuales, aunque eso no es impedimento para hacer lo que más les gusta: jugar al básquet.
Su entrenador es “El Loco” Aquino, profesor de básquet y ligado a esta disciplina desde toda su vida. Durante la pandemia decidió que quería hacer algo con un grave problema que afrontaban los jóvenes con discapacidades intelectuales de su ciudad.
De acuerdo con Aquino, si bien podían practicar deportes, al entrar a la adolescencia (12 o 13 años) se encontraban con que no existía ningún club en donde seguir entrenando. Quedaban completamente marginados.
Así nació el proyecto “Caramelos Surtidos”, en donde el mismo nombre simboliza la diversidad de quienes lo componen. El objetivo era construir un espacio que les permitiera hacer amigos, desarrollarse y aprender.
A partir de ese momento, comenzó para Maxi un largo camino en la búsqueda de un club que pudiera dar un espacio físico. El Club Social Fisherton se ofreció a convertir ese proyecto en una realidad e incluso destinó al equipo su horario central, es decir, el de mayor valor comercial.
Empezaron siendo cuatro jugadores, pero hoy ya cuadruplicaron ese número. Hay adolescentes, adultos, hombres y mujeres.
“Cuando sueño con algo, no paro hasta conseguirlo. Yo entrené a cientos de pibes, pero me preguntaba si iba a poder entrenarlos a ellos. Lo que yo sabía, ¿me alcanzaba para enseñarles? ¿Iba a poder encontrarles un lugar? Soñaba con conseguir todo esto. Así nació el proyecto Caramelos Surtidos y el Club Social Fisherton nos dio su lugar”, indicó Aquino.
“Yo también aprendí que si a cada uno se le da su propio tiempo, ellos pueden. Ellos pueden mucho”, agregó el entrenador.
Actualmente el proyecto “Caramelos Surtidos” no está compitiendo, debido a problemas de logística y movilidad, pero sus integrantes ya están planificando participar de dos eventos deportivos en 2024.
Otro de los sueños del equipo es contar con un medio de transporte especial para otros jóvenes de la ciudad y la provincia que quieran sumarse al proyecto, ya que muchas familias no tienen los medios para hacerlo. De acuerdo con Maxi, su deseo es que el proyecto “Caramelos Surtidos” logre inspirar a otras personas a crear nuevos proyectos de básquet inclusivo.
La marca que les cumplió el sueño
La campaña “Volvamos a los Clubes” de Topper llegó hasta Rosario para cumplir el sueño de los 16 jóvenes: llevaron dos aros de básquet móviles, un sistema de iluminación, marcadores electrónicos, elementos de entrenamiento, pelotas, indumentaria y calzado deportivo.
Incluso convocaron al artista urbano Lacast Stencil para realizar un mural que simbolice la diversidad del proyecto “Caramelos Surtidos”.
“Todos los días, Maxi Aquino y Caramelos Surtidos les enseñan a los chicos a compartir, a superarse y sentirse únicos. Ellos, los verdaderos héroes de esta historia, nos enseñan, a él y a todos nosotros, que cualquier sueño se puede alcanzar cuando el corazón manda”, expresaron desde Topper sobre el equipo rosarino.
Para la firma de indumentaria deportiva, los clubes de barrio son mucho más que deporte o esparcimiento, sino sitios de contención social para los chicos: es donde hacen amigos, reciben educación, alimentación y se los contiene de las malas influencias de la calle.
El equipo de Topper se encontró con la historia del proyecto “Caramelos Surtidos” luego de trabajar con su campaña en el Club Servando Bayo, en Rosario.
Hasta el momento, la marca de indumentaria deportiva ya llegó a muchos clubes de barrio argentinos en Ciudad de Buenos Aires, Buenos Aires, Río Negro, Tucumán, Jujuy, Córdoba y Santa Fe. Próximamente llegará a las ciudades de Bariloche y Chapadmalal.
Para más información sobre el proyecto Caramelos Surtidos, se puede visitar su cuenta de Instagram.