En América Latina, la expansión de la conectividad no es solo una cuestión de infraestructura, sino también de acceso real para la población. Aunque las redes cubren amplias áreas, existe una brecha significativa que afecta a aproximadamente 240 millones de personas. Es crucial explorar a fondo las causas de esta brecha de uso y desarrollar iniciativas que motiven a las comunidades a aprovechar Internet. Construir las vías es el primer paso, luego es esencial que todos se suban al tren digital.
Mejorar la conectividad, cerrar las brechas digitales, aprovechar los beneficios de la digitalización debe ser una prioridad en las políticas públicas. Es imperativo dejar de percibir Internet como un lujo y empezar a considerarlo una necesidad básica. La Comisión de la Banda Ancha para el Desarrollo Sostenible de la ONU ha establecido la meta de hacer que los servicios de banda ancha básicos sean asequibles en los países en desarrollo, representando menos del 2% de la renta nacional bruta mensual per cápita para el 2025.
En América Latina, los impuestos y cargas fiscales afectan desproporcionadamente a los operadores de telecomunicaciones, impactando la asequibilidad de los servicios móviles. En algunos países de la región, las cargas fiscales ya sitúan los precios por encima del objetivo de asequibilidad de la ONU para el 20% más bajo de la pirámide de ingresos, según datos de la GSMA.