La Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos está analizando una serie de proyectos de reglamentación de Reportes de Sostenibilidad para empresas, demanda que llegará a la Argentina en algún momento ya que el fenómeno de la comunicación es planetario e impacta en los negocios. Los mercados bursátiles y los inversores se hacen eco de esta exigencia ya que las empresas que mejor se posicionan son las que logran mantener un diálogo fluido con sus públicos de interés.
“La transparencia de las empresas de cara a la sociedad se ha transformado en una condición central para su éxito. Se impone ser confiable y construir credibilidad reputacional, esto debe ser entendido por los líderes de las organizaciones quienes tienen que ser capaces de impulsar este cambio cultural”, sostiene Romina Bracco, socia líder de Sostenibilidad & ESG de KPMG en Argentina.
La Responsabilidad Social Empresaria (RSE) aglutinaba los programas de ayuda social que sostenían las relaciones con las comunidades donde una empresa actuaba y contribuían a construir imagen pública positiva. Ese paradigma está siendo superado por una concepción con valores más profundos -como responsabilidad, ética, compromiso y solidaridad- que se expresa en el concepto ESG (acrónimo en inglés que significa environmental, social and governance) e incluye el cómo se gobierna la propia organización, además de las acciones ambientales y sociales.
En el Reporte de Sostenibilidad (RS) –regido por estándares internacionales- se rinde cuentas a las comunidades, empleados, proveedores, clientes, instituciones públicas y asociaciones sin fines de lucro de todo lo realizado en relación con ESG. En algunos casos incluso forma parte de las memorias financieras de las empresas y el sistema financiero, los mercados bursátiles y los inversores lo analizan para la toma de decisiones.
“En la práctica, el Reporte de Sostenibilidad es el documento más importante para construir confianza pues manifiesta el compromiso de una empresa y sus iniciativas para llevar adelante estos compromisos en materia de ESG. Las últimas estadísticas indican que el 96% de las 250 empresas que más facturan en el mundo tienen RS y, en el caso de la Argentina, lo tienen el 67% de las 100 empresas que más facturan”, explica Bracco.
En tal sentido, KPMG, red de servicios de auditoría fiscal y legal presente en 156 países, destinó 1.500 millones de dólares a nivel mundial a su agenda ESG, lo que incluyó la capacitación de más de 100 mil empleados. En ese marco, creó un centro global de descarbonización y cambio climático que ofrece tecnologías emergentes así como un centro de recursos para la información sobre sostenibilidad que asesora al Consejo de Estándares Internacionales de Sostenibilidad (ISSB).
“El 45% del mercado mundial cree que los planes de sostenibilidad que abarcan temas ambientales, cambio climático, justicia, salud, diversidad, transparencia, anticorrupción, tienen un impacto positivo en la rentabilidad de una empresa, en los nuevos negocios y en un mejor desempeño económico en general. Hay una demanda creciente de mayor calidad de información que las empresas deben dar a sus públicos de interés”, confirma la socia líder de Sostenibilidad & ESG de KPMG en Argentina.
Cada vez más, los consumidores eligen productos, marcas y servicios de empresas que tienen acciones alineadas con las buenas prácticas de ESG. En la misma línea, los propios empleados tienen expectativas cada vez más grandes respecto de lo que hace la compañía donde trabajan y cómo se alinea con la Agenda 2030.
Si bien los RS aún no son obligatorios, se van imponiendo como informes necesarios para ser competitivo en el mundo de los negocios y los entes reguladores están buscando poner reglas claras para reportar con responsabilidad y con parámetros comunes y medibles. En línea con esta tendencia, el proceso de reglamentación está muy avanzado en Brasil, Chile y Colombia, en tanto en la Argentina está empezando.
La relevancia y credibilidad de un RS se relaciona con cómo se lo confecciona y se lo presenta. Este desafío es mayor en tanto, en general, el equipo que lleva adelante el trabajo de ESG (incluido el armado reportes) en las empresas, es pequeño. Sus procesos suelen ser manuales, descentralizados y descoordinados de la gestión, con dificultades para informar progresos, seguimientos limitados o inexistentes; además de que los datos críticos suelen ser generados por terceros.
“La conducción de una empresa debe entender que todas las acciones de ESG deben estar comprendidas en un proceso integrado con controles internos y que garanticen la supervisión, confiabilidad de los datos y su difusión. La gestión de los temas ESG debe considerarse como un tema de agenda estratégico y requiere del apoyo de todos los niveles de la organización y de un trabajo coordinado a mediano plazo”, concluye Romina Bracco.
Un Reporte de Sostenibilidad constituye una herramienta fundamental para comunicar con datos confiables y verificados qué hace la organización. Permite la toma de decisión con una mirada amplia en los impactos económicos, sociales y ambientales que ella genera.