Para la industria electrónica argentina el 2022 fue un año de constante desafío al tener que seguir enfrentando los problemas que dejó la pandemia en la cadena de suministros de insumos a nivel global que se sumó al encarecimiento en los fletes, los faltantes de microchips y las dificultades locales para importar lo necesario para la producción.
A pesar de las contingencias enfrentadas a lo largo del año el sector logró sostener el crecimiento y tiene proyectado seguir en esta senda durante 2023 a través de la continua inversión y generación de trabajo, siendo esta industria la mayor empleadora privada de la provincia de Tierra del Fuego Antártida e Islas del Atlántico Sur lo que implica la ocupación de 8.500 trabajadores directos y 7.300 indirectos.
Más allá de las dificultades, la industria electrónica incorporó desarrollos tecnológicos a sus líneas de producción y a los bienes que fabrica, logrando estar a la par de los lanzamientos mundiales de marcas internacionales.
También, la industria trabajó en conjunto con el gobierno nacional para incentivar el consumo a través de los lanzamientos de programas de fomento de la demanda como el Ahora 30 y el Ahora 10, logrando en esta última etapa del año incorporar a los teléfonos celulares al programa oficial Ahora 12, que habían salido del plan de financiamiento en octubre de 2020.
Así, las empresas nucleadas en la Asociación de Fábricas Argentinas Terminales de Electrónica (AFARTE) siguen generando círculos virtuosos en la economía fueguina, además de proveer productos de calidad para todo el país y colaborando así en la consolidación de un polo productivo de alta tecnología donde se producen bienes de marcas tanto locales como internacionales.
Actualmente, cerca del 90% de los teléfonos celulares, televisores y acondicionadores de aire que se comercializan en el país son de fabricación nacional y se producen en la isla de Tierra del Fuego. Además, la línea de producción incluye hornos microondas, electrónica autopartista y centros de entretenimiento para autos.
El beneficio de producirlos en la Argentina permite una continua rotación de los modelos que se ofrecen al mantener un ritmo constante de actualización y de abastecimiento industrial del mercado. A esto se le suma que el rubro cuenta con un alto nivel de sofisticación, robótica y maquinaria de última generación lo que significa, entre otras cosas, que los lanzamientos de productos en el país se dan en simultáneo con los internacionales.
Desde que en 1972 se creó el área aduanera especial de Tierra del Fuego y su régimen industrial, no sólo se cumplió el objetivo geopolítico inicial que era poblar la isla, sino que también se dinamizó la economía de la provincia con una gran cantidad de empresas que fabrican bienes electrónicos de consumo y con industrias de otros rubros.
Las zonas con regímenes de promoción destinadas a fomentar el desarrollo del área beneficiada son una herramienta muy utilizada en todo el mundo. Un caso como el fueguino es el del régimen de Manaos en Brasil, que consiguió la extensión de su área económica especial hasta 2073.
El desafío de la economía fueguina se encuentra hoy en trabajar en pos de diversificar su matriz productiva para permitir el desarrollo de nuevas actividades que abrirán nuevas perspectivas de crecimiento y trabajo en Tierra del Fuego.
Es así que esta industria trabaja de manera coordinada con los distintos gobiernos tanto a nivel nacional, provincial como municipal, además de articular sus planes con universidades para ejecutar políticas públicas, aportar a la sinergia público-privada y contribuir a la formación de recursos humanos.
En esa línea, AFARTE fue cofundadora del Centro de desarrollo tecnológico de Tierra del Fuego (CEN-TEC) y participa activamente de programas, acuerdos e iniciativas gubernamentales lo que le permite a la industria electrónica argentina gozar de un gran presente de constante generación de empleo y producción, que se proyecta a futuro a través de la innovación constante.