Una marca es el diferencial que hace que un producto o un servicio se distingan en la sociedad y se destaquen de la competencia. Ella es la que permite que algo sea reconocido en una góndola, en un sitio web o en cualquier lugar donde es distribuido o promocionado.
El hecho de que una marca sobresalga permite que sea recordada, lo que implica que, al momento de definirla resulta crucial asegurar su exclusividad y resguardar su imagen, pues tendrá un impacto directo en el lucro que generará. Para lograr este objetivo, antes de exponer una marca al mercado se deben cumplir cinco pasos principales, según las recomendaciones de Estudio Iacona, especializado en la materia.
Es importante iniciar el proceso con la búsqueda de disponibilidad ya que de esto depende la posibilidad de avanzar con el registro. Es decir, hay que hacer un estudio del nombre, la imagen o el logo, y ver que no existan marcas similares tanto fonética, visual o gramaticalmente. Esto es necesario porque no pueden registrarse nombres o denominaciones que ya estén registradas o que no cumplan los requisitos mencionados.
Lo segundo es contar con la mayor cantidad de información posible sobre la marca a registrar. Tener a mano la documentación existente y los datos personales hará más fácil y ágil el proceso posterior a la búsqueda de antecedentes y permitirá dar inicio al trámite en el menor tiempo posible.
El tercer paso es identificar la clase donde se deberá hacer el pedido de registro. El nomenclador marcario cuenta con 45 clases distintas, de la 1 a la 34 se ubican los productos y de la 35 a la 45, los servicios. Por otra parte, según la opción que se elija, el trámite puede ser aprobado o denegado, por lo que se recomienda realizarlo de la mano de expertos en la materia y así optimizar el recurso más valioso, el tiempo.
Acreditar el pago de los aranceles ante el registro es el cuarto paso. Con ello se asegura la continuación del trámite y se evita su denegatoria, reduciendo márgenes de error de los que la competencia podría sacar ventaja.
El quinto paso implica el seguimiento de toda la gestión, el control de posibles vistas y oposiciones, informar la concesión y remitir al interesado el título de propiedad. Esto le asegura al cliente la resolución exitosa del trámite y la custodia del mismo a nivel nacional por 10 años.
En la Argentina el registro de marca se efectúa ante el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INPI). Es el ente que se encarga de implementar las normativas para el cumplimiento del artículo 4 de la ley 22.362 donde se establece que solo el registro de una marca garantiza su uso exclusivo.
En tal sentido, registrar una marca permite monopolizar y excluir a terceros de su uso dentro de todo el territorio nacional, por 10 años. Además, vale recordar que la marca es un bien registrable y tener dicho título acredita su propiedad, lo cual da legitimidad para intimar legalmente a terceros que la utilicen y, así, ejercer el derecho de defensa.
En la misma línea, Estudio Iacona recuerda que no registrar la marca puede habilitar a que terceros la registren o la utilicen de mala fe; perder la inversión hecha en imagen y marketing; o arriesgarse a ser intimados a cesar en el uso o ser demandados por daños y perjuicios. Todo esto puede ser evitado si se realiza la gestión de forma correcta y en los plazos establecidos.
A simple vista parecen pasos simples, pero dentro de cada uno de estos se consiguen implicancias legales de vital importancia para poder hacerse real y legalmente titular de una marca. Por esto, el INPI y las leyes de la República Argentina destinan matrículas a especialistas dedicados a gestionar lo relacionado con marcas y patentes, y todo lo que implica la propiedad industrial.
Tal es el caso de Estudio Iacona, donde expertos matriculados se encargan de realizar el proceso en su totalidad. Asimismo, ofrecen asesoría y seguimiento continuo por los 10 años de vigencia de cada marca y su posterior renovación a nivel nacional. Para más información se puede ingresar aquí.