Las empresas están experimentando un punto de inflexión que pasa por volver al trabajo presencial, mantener el trabajo remoto o apostar por un sistema híbrido (unos días en la oficina y otros en la casa). A esto se le suma el auge de los llamados quiet quitting -hacer lo mínimo que exige el puesto-, lo que expuso la necesidad de revisar conceptos sobre la forma de trabajar.
El desafío que se plantea es construir una cultura abierta y colaborativa, capaz de ofrecer flexibilidad, reforzar las conexiones y mejorar el compromiso, independientemente del modelo elegido. Una encuesta reciente de PwC a más de 3.000 profesionales en 40 países mostró que las empresas a las que les fue mejor durante la pandemia pudieron adaptar su cultura a la nueva realidad ya que tienen más claridad sobre sus valores, estructuras jerárquicas más planas y modelos de gestión más humanizados.
Este modelo disruptivo es una realidad intrínseca en Red Hat, reconocido proveedor mundial de soluciones empresariales de código abierto. Fue una de las pioneras en traer al mercado corporativo la tecnología open source, basada en el concepto de comunidades trabajando asincrónicamente, pero en colaboración por un propósito común.
“En Red Hat siempre hemos creído en la flexibilidad. Antes de la pandemia, más del 30 % de nuestros empleados ya trabajaban de forma remota. No creemos que el equipo deba estar en una oficina para tener éxito porque hemos visto, a través de los años, el valor de brindar flexibilidad”, manifestó Jennifer Dudeck, vicepresidenta senior y directora de Recursos Humanos de Red Hat.
Según el estudio realizado por Atlassian en asociación con PwC con más de 6.000 empleados en varios países, el 78% de los encuestados considera que, para permanecer en el trabajo, es esencial un régimen de trabajo flexible. La flexibilidad no se basa en el modelo de trabajo sino en la promoción del bienestar de cada empleado, ofreciendo autonomía y equilibrio entre la vida personal y profesional, lo cual genera una cultura de confianza y respeto mutuo, fundamental para mantener el compromiso del equipo y para atraer nuevos talentos.
“Hay que tener en claro que nada volverá a ser igual. Aunque es posible traer de vuelta a la oficina a toda la plantilla, por ejemplo, los profesionales llegan con una nueva visión del trabajo. Y equiparar los propósitos personales con los de la empresa va mucho más allá de la definición de modelos operativos: requiere repensar y reconstruir la cultura organizacional”, dijo Alexandre Duarte, VP de Customer Success de Red Hat para América Latina.
Esto se debe a que la cultura no está conectada a un lugar de trabajo físico, e incluso puede fortalecerse en un entorno remoto híbrido. “El desafío es crear una experiencia significativa para los empleados, priorizando la colaboración, la tolerancia al error, la inclusión, la empatía y el intercambio de ideas que generan innovación. Las empresas deben cambiar su forma de trabajar para fomentar un equipo comprometido y un negocio sostenible y adaptable”, agregó Duarte.
Se trata de un trabajo continuo donde el liderazgo sea el motor del cambio y en el cual participen los empleados. En este sentido, Red Hat implementó recientemente el Open Decision Hub, que permite a los líderes tomar decisiones de manera transparente, involucrando a los empleados, y amplió los conceptos de oficina abierta, con espacios diseñados para promover la integración entre equipos y clientes.
“La idea es proporcionar un lugar para que nuestros asociados se conecten con la cultura de Red Hat y colaboren más plenamente. La cultura abierta y colaborativa está en el corazón de nuestra identidad, nos define e influye en la forma en la que interactuamos con el ecosistema, un compromiso que debe reflejarse en nuestras soluciones y también en nuestra forma de vivir, trabajar y crear”, explica Jorge Payró, country manager de Red Hat Argentina.
“Para nosotros, el futuro del trabajo viene de la mano de la libertad para proponer y la valentía para expresar pensamientos y opiniones con responsabilidad. Creemos que incorporar experiencia, conocimiento y diversidad conduce a mejores decisiones y promueve la innovación, lo que permite un impacto positivo para nuestras personas, para nuestro negocio y para la sociedad”, concluye Payró.
Otra iniciativa para fortalecer la cultura de la empresa es la campaña “Red es más que un color”, que busca reforzar los principios, valores y propósitos de la organización. Inspirada en la idea de construir una red de trabajo diversa, integrada, inclusiva y comprometida, que busca sacar lo mejor de cada colaborador.