La certificación internacional consiste en una herramienta para sumar transparencia, información y certeza sobre el proceso de fabricación de los productos alimentarios, más allá de que estén destinados a seres humanos o a animales. De esta forma, es posible llegar a más y mejores mercados.
Uno de los esquemas que existen a nivel global es GMP+ International, que está asociado a distintos laboratorios que realizan análisis de riesgos y poseen la capacidad para detectar eventuales sustancias indeseables. Una de las empresas que hace este trabajo es la rosarina Greenlab.
“La inocuidad alimentaria es una herramienta de garantía de salud, y una certificación es hoy la mejor carta de presentación para una empresa”, asegura Erica Siegrist, quien es gerente de calidad de la compañía y auditora matriculada en los Países Bajos con esta certificación.
Surgida en 1992, esta herramienta se gestó bajo un conjunto de pautas para el sector neerlandés de piensos: alimento seco para animales. Con el tiempo, se convirtió en un esquema completo que en la actualidad es reconocido y respetado en todo el mundo. En parte, gracias a la integración de los requisitos de gestión de calidad ISO y HACCP.
Con más de 19.000 certificados emitidos, se considera una verdadera licencia para vender a nivel global. “Las empresas con certificado GMP+ contribuyen a la seguridad alimentaria, estableciendo un comercio confiable y una cadena de suministro sólida; es importante tomar conciencia de que estamos al comienzo de la cadena alimenticia y que somos un eslabón fundamental a la hora de garantizar al planeta alimentos inocuos”, indica Siegrist.
Cabe destacar que Greenlab logró ser el primer laboratorio fuera de las fronteras de Europa alineado con este esquema, lo cual lo ubicó a la altura de entidades de Países Bajos, Italia y Alemania, entre otros. De esta forma, tiene posibilidad de hablar el mismo idioma, sin que la ubicación geográfica sea una limitación y definiendo la importancia de trabajar según las exigencias más altas de las normas de referencia internacionales.
Las empresas certificadas bajo este esquema logran una licencia para vender con máximos niveles de transparencia e información de acceso público. “La certificación abre nuevas puertas y mercados y garantiza derechos”, señala la auditora para agregar que el último reporte anual de GMP+ explicita el derecho que tienen todas las personas del mundo, independientemente de dónde habiten o quiénes sean, a consumir alimentos inocuos.
La compañía cuenta con profesionales y técnicos que definen los riesgos mediante estudios y ensayos que después la certificadora valida a través de un análisis. De esta manera, se asegura de que los productos son inocuos y no poseen contaminantes físicos, químicos ni microbiológicos, lo que garantiza que cumplen con los requisitos establecidos, tanto para consumo animal como humano.
“Somos un laboratorio que compite en igualdad de condiciones con los que están en Europa; para estar a la altura, nos actualizamos, invertimos y capacitamos de forma permanente”, explica Siegrist. Además, remarca que todo el mundo debe tener acceso a alimentos seguros e inocuos.
La gerente de calidad de Greenlab indica que este esquema no solo es una herramienta para acceder a más y mejores negocios, sino que ayuda a optimizar la propia producción, ya que tener indicadores resulta clave para tomar mejorares decisiones que impacten en los productos y procesos.
“Contar con un sistema de gestión de inocuidad alimentaria bien aplicado no es agregar un gasto, es agregar valor”, argumenta la experta, quien entiende que una certificación actúa como una carta de presentación que habla de la empresa, de la industria, de su compromiso con la comunidad y del futuro en mercados globales.
Quienes estén interesados en conocer más información sobre la certificación GMP+ y los distintos servicios que brinda Greenlab pueden acceder al sitio web del laboratorio al hacer clic acá.