Los adultos mayores habitualmente tienen una alfabetización financiera limitada y viven con preocupación el hecho de que los trámites bancarios están cada vez más digitalizados. Ellos todavía prefieren la atención personalizada, generar vínculos habituales y ser escuchados y orientados por personas físicas en lugar de verse obligados a usar el homebanking, los cajeros automáticos y las aplicaciones en teléfonos inteligentes.
En tal sentido, con el avance de la tecnología también se profundiza su reclamo: “No piensan en nosotros”. Este desafío fue asumido por el Banco Santa Fe, que desarrolló un espacio exclusivo para las personas de la tercera edad en cada una de las entidades bancarias que lo integran.
Se llama Palabras Mayores y es un programa desarrollado para los adultos mayores del Banco y que cuenta con un sitio web exclusivo con diversas herramientas que ayudan en el aprendizaje y en la resolución de problemas de estos clientes especiales. “Trabajamos sobre distintas problemáticas y necesidades de los adultos mayores, y mediante este programa buscamos ponerlos en el centro, brindarles herramientas y un soporte que pueda ayudarlos en sus gestiones bancarias diarias”, explicaron desde el Banco Santa Fe.
Una vez que fueron detectadas las principales consultas de los mayores sobre los diversos trámites, el Banco elaboró el material específico para brindarles el soporte adecuado y todas las herramientas para que puedan manejarse desde una PC o el celular y que no dependan de acercarse hasta una sucursal o de la ayuda de un familiar.
En este camino de facilitarles la vida, hay cuatro recomendaciones básicas que son sencillas de incorporar. Una de ellas es crear claves seguras y fáciles de recordar.
Para no olvidar nunca más una clave se puede pensar una frase corta que tenga un valor específico para cada persona. Un ejemplo podría ser: “En mi infancia tenía tres perros”, al tomar las iniciales de cada palabra se obtiene “Emit3p”, clave que contiene los elementos esenciales de una clave segura: una letra mayúscula, varias minúsculas y un número.
También es importante recordar que nunca se debe compartir una contraseña y que nadie del banco la va a solicitar, ni por teléfono, ni personalmente.
La segunda recomendación es operar desde el homebanking en la computadora o desde la aplicación bancaria instalada en el teléfono. Desde esos espacios se pueden hacer transferencias, ver los saldos, pagar impuestos, controlar los últimos consumos.
Usando estos recursos ya no se pierde tiempo yendo a la sucursal un día de lluvia o de mucho calor, hacer largas colas y cargar con el dinero o la documentación personal en la cartera. Además, evitará tener que pedir a otra persona que acompañe al cliente mayor a hacer estos trámites.
La tercera recomendación es usar la tarjeta de débito y así evitas tener que andar con el dinero en efectivo encima, con todos los problemas que eso conlleva. Además, hacer compras con la tarjeta de débito permite aprovechar descuentos y promociones, como la devolución del IVA, entre otros beneficios.
Una cuarta recomendación es usar el cajero automático con la tarjeta de débito ya que permite realizar una gran variedad de operaciones, como transferencias, consulta de saldos, pagar impuestos y, algo de mucha utilidad: obtener el recibo de haberes de la jubilación o pensión.
El sitio www.bancosantafe.com.ar/personas/palabrasmayores ofrece diversas opciones para hacer trámites bancarios, pero además, ofrece simuladores donde cualquier persona puede practicar cómo realizar estos trámites a través de los tres canales más importantes: el homebanking, el cajero automático y las aplicaciones en los teléfonos celulares. Asimismo, allí se encuentran múltiples tutoriales y videos donde se enseña el uso de estas nuevas tecnologías.
Con estos recursos que ahora están a la mano de cualquier adulto mayor y son fáciles de aprender, ya no será necesario usar el dinero en efectivo o realizar engorrosos trámites luego de largas esperas en las entidades bancarias.