Como producto indispensable y de uso diario, el jabón tiene miles de años de historia. Se estima que sus orígenes se remontan a los egipcios, mientras que los galos -pueblos que ocupaban Francia, Bélgica, Suiza y parte de Italia- fueron los primeros en fabricarlo de forma sólida con sebo de cabra y cenizas de haya.
Además, en Oriente Medio se desarrolló rápidamente: en el año 2000 A.C ya existían tablas de arcilla escritas en sumerio que hablaban sobre una pasta para preparar la lana antes de teñirla, mientras que en Siria nació el jabón de Alepo -compuesto por aceite de oliva y laurel, sal, soda y agua-.
Este fue el antecesor del jabón de Marsella, originario de la ciudad francesa homónima y utilizado por blanqueadores y lavanderos de profesión. Durante el siglo XII aparecieron las primeras fábricas del producto y a partir de 1688, con el “Edicto de Colbert”, se comenzó a priorizar la elaboración local y a prohibir el uso de grasa animal.
La “Edad Dorada” fue desde mediados del siglo XIX hasta la Segunda Guerra Mundial, período de gran prosperidad para las jabonerías de Marsella: no solo exportaban a todo el mundo, sino que alrededor del 30% de la población trabajaba directa o indirectamente en la industria.
Tras el fin del conflicto bélico, y con la llegada de la lavadora y los detergentes en polvo, su uso cayó en declive: las jabonerías pequeñas fueron compradas por otras grandes, que a su vez fueron adquiridas por grupos empresariales internacionales.
El renacimiento del jabón de Marsella
Casi 50 años más tarde, en 1990, la industria resurgió junto a dos emprendedores marselleses que decidieron seguir con la herencia histórica del sur de Francia y crear La Compagnie de Provence; una fábrica de pastillas de jabón a base de aceites vegetales y sin colorantes ni aditivos sintéticos.
La misma empresa presentó también en 1999 la primera versión líquida del jabón de Marsella, elaborada dentro de una caldera, como dicta la tradición, y diseñada para limpieza de manos, cuerpo, prendas e incluso pisos.
Actualmente, los consumidores están volviendo a elegir este tipo de productos naturales, nobles y con pocos ingredientes; La Compagnie de Provence asegura que vende 1,5 jabones líquidos por minuto.
Con aceites botánicos e inspirados en la región de Provenza, todas sus fórmulas son dermatológicamente testeadas y contienen al menos un 95% de ingredientes de origen natural; evitando utilizar componentes dañinos como parabenos, fenoxietanol, el BHT y sulfatos.
Uno de los ingredientes más utilizados son las algas marinas de fieltro del Mediterráneo, cultivadas y recogidas manualmente en el sur de Francia. Al ser ricas en minerales y aminoácidos, otorgan beneficios para la piel: hidratación de hasta 48 horas, protección de los rayos UV y de factores contaminantes internos y externos.
Además, tienen una composición similar a la del agua termal, por lo que La Compagnie de Provence recomienda su uso para reponer la humedad de la piel y restaurar su función de barrera protectora.
La manteca de Karité, originaria de un árbol de la sabana africana, es una de las excepciones de la compañía, que suele buscar ingredientes exclusivamente en el sur de Francia. Ideal para reparar la piel seca y sensible, puede utilizarse todo el año tanto para protegerla del frío como para aliviarla tras la exposición al sol.
Los aceites botánicos son otros componentes esenciales de los jabones de La Compagnie de Provence. El primero es de oliva y proviene de la finca francesa Château Virant, en la que la familia Cheylan lo produce desde hace varias generaciones y con métodos tradicionales.
También se utiliza el aceite de almendras dulces, originario de la comuna de Valensole, así como el de semillas de uva. Estas, que suelen ser descartadas durante el proceso de elaboración de vino, cuentan en realidad con propiedades muy beneficiosas en términos cosméticos.
En relación con la sustentabilidad, gran parte de las cajas de La Compagnie de Provence se elaboran con cartón procedente de bosques sostenibles, al tiempo que la compañía asegura que planea obtener materiales de envase de bajo impacto ambiental y aumentar la biodegradabilidad de sus fórmulas.
Para más información, se puede visitar el siguiente link.